Agentes de EU en México: los mexicanos no tienen derecho a saber
Los
mexicanos no tenemos derecho a saber cuántos agentes de corporaciones
de Estados Unidos se encuentran en misiones en México. La Secretaría de
Relaciones Exteriores –hoy encabezada por el “aprendiz” de diplomático
Luis Videgaray, según sus propias sinceras palabras– poseedora de la
información, dijo que revelar tal estadística vulneraría la seguridad
nacional de este país y, además, se molestarían nuestros vecinos.
Más sorprendente aún es que el Instituto
Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos
Personales (Inai) haya confirmado tal reserva de la información.
Lo que requerimos desde principios de año
es apenas una estadística básica. Sólo quisimos saber el número de los
agentes estadunidenses que están en México. A sabiendas de lo
quisquillosos que se vuelven los funcionarios mexicanos cuando se trata
de información que involucra a sus ¿pares? gringos, sólo les preguntamos
por el número total. No requerimos el número por agencia, los lugares
en que se encuentran ni la naturaleza de las misiones que cumplen en
México.
La pregunta cuya respuesta causaría una
hecatombe –si nos atenemos a los sesudos raciocinios de los censores de
Relaciones Exteriores y de la Inai– es bastante simple: “Solicito
conocer el número de integrantes de las agencias de seguridad de los
Estados Unidos de América que, en territorio mexicano, cooperan con las
autoridades mexicanas desde 2006. Desglosar por año”.
Ya en este espacio habíamos dado cuenta
–con documentos de la Secretaría de Relaciones Exteriores– de que un
número indeterminado de elementos de 13 agencias de seguridad
estadunidenses se encuentran en México “colaborando” con las autoridades
mexicanas. Siete de ellas están adscritas al Departamento de Justicia,
cinco al Departamento de Seguridad Interna y una al Departamento del
Tesoro.
Por parte del Departamento de Justicia,
se trata de la Oficina Federal de Investigación (Federal Bureau of
Investigation, FBI); la agencia antidrogas (Drug Enforcement
Administration, DEA); la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y
Explosivos (Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives, ATF);
la Oficina del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos (United States
Marshals Service, USMS); la Oficina de Asuntos Internacionales del
Departamento de Justicia (Office of International Affairs, OIA-DoJ); la
Oficina de Desarrollo, Asistencia y Entrenamiento Judicial Internacional
(Office of Prosecutorial Development Assistance and Training (OPDAT), y
la Oficina de Programas de Asistencia y Adiestramiento Internacional
para la Investigación Criminal (International Criminal Investigative
Training Assistance Program Office, ICITAP).
En lo que respecta al Departamento de
Seguridad Interior, las agencias que tienen presencia en México son la
Agregaduría legal; la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (Custom
and Border Protection, CBP); la Oficina de Inmigración y Control de
Aduanas (Inmigration and Customs Enforcement, ICE); el Servicio Secreto
(Secret Service, SS), y la Administración de la Seguridad en el
Transporte (Transport Security Administration, TSA).
Finalmente, la agencia dependiente del
Departamento del Tesoro con efectivos en México es la Oficina de Control
de Activos Extranjeros (Office of Foreign Assets Control, OFAC).
Si ya sabemos que todas esas
instituciones estadunidenses tienen agentes en misiones en México, ¿por
qué no informar del número total? ¿Qué “atentado” contra los mexicanos
significaría dar la cifra?
En su resolución, como una calca de las
disertaciones de Relaciones Exteriores, el Inai encontró que ofrecer el
dato perjudicaría a México en dos sentidos: se vulneraría la seguridad
nacional y se “menoscabarían” las relaciones con Estados Unidos.
Según la resolución del recurso de
revisión del Inai, cuya comisionada ponente fue María Patricia Kurczyn
Villalobos, revelar el número de integrantes de las agencias de Estados
Unidos con misiones en México “podría causar un serio perjuicio a la
seguridad nacional, ya que se estarían revelando aspectos que se toman
en cuenta al planear y conducir operaciones estratégicas y/o tácticas
para combatir al narcotráfico, la farmacodependencia y el crimen
organizado en territorio mexicano, con lo cual se estarían
proporcionando elementos que permitirían a miembros de las
organizaciones de la delincuencia organizada anticiparse, obstaculizar o
bloquear las operaciones o tareas específicas encomendadas a dichos
agentes, a partir del conocimiento de patrones de conducta en la
determinación del número de agentes extranjeros enviados al país a lo
largo del tiempo” (sic).
¡Sic! ¿En serio? ¿Saber que son 50, 500 o 2 mil de manera genérica permitiría a los delincuentes diseñar mejor sus golpes?
¿Cómo distinguirían a los capacitadores u oficinistas de los de
inteligencia? Vaya discurso para justificar una reserva de información.
Y el otro remache para guardar los datos
bajo llave es el de: no vaya a ser que se nos moleste el vecino. Resulta
que, en la disertación del Inai, revelar el número de agentes
estadunidenses en México, “se podría menoscabar la conducción de dicha
relación internacional [México-Estados Unidos], en tanto que se podrían
ver afectados los puntos de acuerdo a los que llegaron o podrían llegar
ambas partes”.
Más aún: “el incumplimiento de los
principios de derecho internacional por parte del Estado mexicano
afectaría de manera directa la confianza mutua que sustenta la relación
entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América” (sic).
El ocultamiento del número de agentes de
un país extranjero elevado a categoría de “principio de derecho
internacional”. ¿Pues qué tipo de actividades realizan los gringos en
México? La ley sólo dice que se trata de intercambio de información…
Además, como si los estadunidenses no
informaran del número de mexicanos de todas las agencias de seguridad
–civiles, policiacas y militares– que van al Norte a recibir
adiestramiento y a “colaborar”. Puede consultarse el interesante y basto
informe del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia
(Casede) y el Instituto Belsisario Domínguez del Senado de la República:
Atlas de Seguridad y Defensa de México 2016, en el que se consignan los datos de mexicanos en Estados Unidos proporcionados por las agencias de ese país.
En realidad el gobierno mexicano no desea
que se conozca el número de estadunidenses en México porque sería
escandaloso saber que, desde la llegada de Felipe Calderón y hasta la
fecha, los gringos han copado el país con sus agentes. Y el Inai,
presto, a lavarle la cara.
Zósimo Camacho
[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: ZONA CERO]
Contralínea 550 / del 31 de Julio al 06 de Agosto de 2017
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