Plantea Trump anular el TLCAN; México y Canadá, "muy difíciles"

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El presidente estadunidense, acompañado por su esposa Melania y su hijo Barron, insistió ayer en que el Congreso de su país debe encontrar la forma de financiar el muro que busca levantar en la frontera con MéxicoFoto Ap
Reuters, Afp y Dpa
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de agosto de 2017, p. 18
Washington.
Pocos días antes de que comience la segunda ronda de negociación para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó nuevamente con retirar a su país del acuerdo comercial y criticó en Twitter a sus socios comerciales: Canadá y México.
Estamos en el proceso de renegociación del TLCAN (el peor tratado jamás firmado) con México & Canadá. Los dos se están poniendo muy difíciles. ¿Tendríamos que ponerle fin?, escribió en su cuenta oficial de la red social.
Esta es la segunda amenaza que hace el mandatario estadunidense en menos de una semana, ya que el martes pasado, en un acto en Phoenix, Arizona, apenas dos días después de finalizada la primera ronda, Trump señaló que probablemente en algún momento iba a ponerle fin al acuerdo, vigente desde hace 23 años.
En ese momento sus palabras fueron calificadas de estrategia de negociación por el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, mientras Canadá indicó que continuaría apostando por un proceso constructivo de revisión.
Pero la nueva amenaza, que eleva la presión, tiene lugar pocos días antes de que los tres países realicen del primero al 5 de septiembre en Ciudad de México la segunda ronda de revisión del acuerdo.
El comercio es uno de los grandes temas que Trump ha manejado en contra de México desde antes de llegar a la presidencia de Estados Unidos, en enero pasado. De acuerdo con el re- publicano, el TLCAN es responsable de la pérdida de 700 mil puestos de trabajo en su país y del déficit comercial de 64 mil millones de dólares que Estados Unidos tiene con México.
El gobierno mexicano ha rechazado desde que comenzó la polémica la posibilidad de reinstalación de aranceles o de que se busque reducir el déficit con un recorte en el comercio –pues México envía 80 por ciento de sus exportaciones a su vecino del norte. En tanto, ha optado por incluir temas como el comercio electrónico, las telecomunicaciones y el sector energético. Mientras Canadá ha sido más cauteloso.
Los dos socios comerciales de Estados Unidos han manifestado su oposición para no eliminar el capítulo 19, que trata sobre la resolución de controversias, como pretende la Unión Americana.
La primera ronda de negociaciones –que se extendió por cinco días– entre los tres países concluyó el pasado 19 de agosto y todas las partes se comprometieron a seguir adelante con un proceso acelerado para actualizar el acuerdo, que fue firmado por el ex presidente estadunidense Bill Clinton, un demócrata.
En la serie de mensajes publicados ayer, el presidente de Estados Unidos también insistió en que el Congreso estadunidense debe encontrar la forma de sufragar su prometido muro fronterizo.
Con México, que es una de las naciones con más crímenes en el mundo, debemos tener EL MURO. México pagará por él mediante rembolsos u otras formas, escribió Trump.
El tema de la barda estará en el centro de las discusiones en el Congreso, que retomará sus funciones a comienzos de septiembre y deberá aprobar el presupuesto de 2018.
La Casa Blanca exige que la ley de financiamiento federal incluya fondos para la construcción del muro, pero los demócratas –que se oponen y tienen una minoría de bloqueo en el Senado– podrían ponerse intransigentes y forzar el cierre de las oficinas federales por falta de recursos.
Ese escenario ocasionaría que centenares de miles de funcionarios federales se vean obligados a quedarse en casa, paralizando muchos servicios no esenciales del gobierno.
En la actualidad, la frontera de Estados Unidos con México tiene mil 52 kilómetros de valla fronteriza, equivalente a un tercio de lo que mide la Gran Muralla China. Cerca de la mitad de esa barda está en la frontera de Arizona con México.
Si bien ambas posiciones enfrentan al mandatario con congresistas estadunidenses y los países vecinos, afianzan su popularidad entre su base electoral.

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