La ONU-DH llama al Poder Judicial a descartar pruebas obtenidas bajo tortura en caso Ayotzinapa
En conferencia de prensa para presentar el reporte “Doble injustica. Informe sobre violaciones a derechos humanos en la investigación del caso Ayotzinapa”, advirtió que la oficina de la ONU-DH no se erige como defensora de los procesados en cuyos casos se basa el informe, sino que “defiende el Estado de Derecho”, bajo la premisa de que “no se obtiene verdad ni justicia con confesiones bajo tortura”.
Al llamar al Poder Judicial a excluir las pruebas obtenidas bajo tortura y admitir los resultados de dictámenes del Protocolo de Estambul realizados por organismos independientes como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Jan Jarab consideró que en este caso “si no hay otros elementos probatorios que las confesiones viciadas, (los procesados) sí deberían salir libres”.
Agregó: “No podemos creer que una persona pueda ser sentenciada por una confesión bajo tortura. No estamos en ningún sentido cambiando lo que debería ser el desarrollo del proceso penal en un Estado de Derecho, estamos instando a que se respete el Estado de Derecho”.
Entre los casos analizados, de los 63 a los que, en total, tuvo acceso el organismo, se encuentran los implicados supuestamente con la desaparición de los estudiantes en el basurero de Cocula y el río San Juan, base de la “verdad histórica”.
Prudente en sus declaraciones, el comisionado señaló que el documento basado en la revisión de expedientes, entrevistas a inculpados y testigos de su detención y autoridades, “no establece una teoría del caso, no valora las teorías del caso existentes, no es una investigación paralela”, ni expresa opiniones sobre la culpabilidad o inocencia individual de los presuntos responsables.
Lo que mueve la publicidad del documento, puntualizó, es “contribuir con la verdad y la justicia, a la lucha contra la impunidad en las desapariciones y la tortura en México; la tortura debe ser rechazada cualquiera que sea el delito, no significa estar a favor de los delincuentes”.
Jan Jarab sostuvo que entre los principales hallazgos que se cuentan son las coincidencias y un mismo modus operandi en las torturas, además de que estas fueron cometidas por efectivos de la PGR, entre ellos, policías adscritos a la Agencia de Investigación Criminal (AIC) que era dirigida por Tomás Zerón de Lucio, así como de la Policía Federal (PF) y la Secretaría de Marina (Semar).
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