INE-Facebook: el convenio de la mentira

 
PROCESO 
 
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- ¿El empleo de internet y de las redes sociales pueden resultar determinantes en el desarrollo de campañas y elecciones hoy? Sí, considerando las conclusiones que arrojaron investigaciones efectuadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, las cuales confirmaron que en el desarrollo de la quincuagésima octava elección presidencial en ese país (celebrada el martes 8 de noviembre de 2016) participaron hackers profesionales sumamente calificados, quienes, se presume, colaboran con los servicios de la ciberinteligencia rusa.
A finales del año pasado, algunos medios informativos que advirtieron acerca del significado de las acciones realizadas por los presuntos hackers al servicio del gobierno ruso –The Dukes, uno de los alias empleados por el grupo Cozy Bear, también conocido como PT 29, Group 100, Cozy Duke y Euro APT– comenzaron a especular sobre la posible intromisión de la inteligencia rusa en el desarrollo de las próximas elecciones federales en México.

En una nota publicada en el diario The Washington Post el 19 de enero, León Krauze se atribuyó el mérito de haber documentado las intenciones del gobierno ruso de “influir en las elecciones y desestabilizar a democracias funcionales”. Y en ese sentido convendría cuestionarse si México efectivamente admitiría ser considerado como una democracia funcional.
Como prueba de la intervención rusa, Krauze Jr., advirtió un “conflicto de intereses” en el círculo cercano de Andrés Manuel López Obrador; fundamentó tal aseveración en la participación de la investigadora Irma Eréndira Sandoval en el equipo de campaña del candidato de la coalición Juntos Haremos Historia. Irma Eréndira es esposa de John Ackerman, a quien León señala como miembro de los servicios de inteligencia del gobierno ruso.
La mencionada nota contribuyó a levantar una cortina de humo en torno al tema efectivamente medular: la posibilidad de que servicios de ciberinteligencia, no necesariamente rusos, pudieran definir el rumbo de las elecciones federales en México.
El 3 de febrero último, Edmundo Jácome Molina, secretario ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE), firmó un convenio con Shane Crehan, directora de Facebook en Irlanda. El instituto no hizo público el contenido del convenio; sin embargo, lo justificó a partir de un argumento aparentemente sensato: la necesidad de frenar la circulación de noticias falsas –fake news– en las redes sociales –Facebook en este caso– durante el periodo de campañas y la elección.
El 12 del mismo mes, Horacio Duarte Olivares, representante propietario de Morena ante el INE, mediante el oficio REPMORENAINE-054/2018, solicitó al instituto dar a conocer el contenido del convenio celebrado con Facebook, en el cual destacan tres aspectos medulares:
1.- Del 30 de marzo al 1 de julio de 2018, Facebook tiene la intención (más no la obligación) de incluir en su plataforma en México algunos servicios destinados a estimular la participación ciudadana.
2.- El día de las elecciones, el INE proporcionará a Facebook información en tiempo real sobre los resultados de la votación (Programa de Resultados Electorales Preliminares o PREP).
3.- El día de las elecciones, el instituto proporcionará un espacio físico en sus oficinas para que Facebook pueda realizar actividades informativas relacionadas con las elecciones, como la publicación de videos en la plataforma.
El tema de las noticias falsas, con base en el cual Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del INE, justificó la celebración del mencionado convenio, sencillamente fue omitido. ¿Por qué? Si ese no era el propósito fundamental del convenio, ¿para qué mentir?
Ello definitivamente merma la credibilidad del instituto ante los comicios más importantes en la historia de los años recientes. Además, haber ocultado el contenido real del convenio fue lamentable.
En primera instancia, el acuerdo parece sumamente ventajoso para Facebook. El INE se compromete a compartir información preferencial y dar todo tipo de facilidades a la firma estelar del imperio Zuckerberg. ¿A cambio de qué?
Resulta difícil creer que los consejeros en el INE desconocieran las críticas contra Facebook por el uso que hace de la información que ha logrado almacenar a lo largo de los años.
Julian Assange, por ejemplo, ha dicho que Facebook es la “máquina de espionaje más espantosa jamás inventada. Los usuarios están creando la base de datos más completa del mundo para la inteligencia de los Estados Unidos” [https://www.csoonline.com/article/2229148/microsoft-subnet/microsoft-subnet-julian-assange-facebook-is-a-spy-machine-for-us-intelligence.html].
A su vez, Edward Snowden definió a Facebook como “una compañía de vigilancia rebautizada como red social” [https://www.genbeta.com/redes-sociales-y-comunidades/facebook-es-una-compania-de-vigilancia-rebautizada-como-red-social-afirma-edward-snowden].
Si el objetivo del INE era reducir la circulación de noticias falsas que circulan en las redes sociales, los consejeros bien podrían haber apoyado la iniciativa #NoMásFakes, impulsada por Marco Levario, director de la revista Etcétera, que antecedió a #Verificado2018, proyecto que encabezó Animal Político y al cual se han sumado algunos medios de comunicación que comprenden la importancia y urgente necesidad de contrarrestar la propagación de noticias falsas en el actual proceso electoral.
No, las noticias falsas no fueron el principal motivo en el convenio que el INE celebró con Facebook.
En noviembre de 2017, Andrés Manuel López Obrador solicitó al INE investigar a Cambridge Analytica (CA), firma británica que a partir de una aplicación desarrollada por el académico Aleksander Kogan implementa estrategias de persuasión profunda sustentadas en minería de datos y orientadas a influir en el sentido del voto ciudadano. Mark Turnbull, director general de CA, afirmó que la compañía ha participado en procesos electorales en Estados Unidos, Malasia, Brasil, Australia, China y México.
CA es señalada como responsable directa de la profunda crisis de credibilidad que hoy enfrenta Facebook. Fue fundada el 31 de diciembre de 2013 y forma parte de Strategic Communication Laboratories (SCL Group). Robert Mercer –un administrador estadunidense de fondos de cobertura, conservador– figura como uno de los propietarios de la compañía, que colaboró en el Reino Unido con los partidarios de abandonar la Unión Europea (Brexit), así como en la campaña presidencial de Donald Trump, candidato del Partido Republicano, hoy presidente de Estados Unidos.
El 17 de marzo, con base en revelaciones de Christopher Wylie, exempleado de CA, The New York Times, The Guardian y The Observer dieron a conocer que la empresa había explotado información personal de usuarios de Facebook para utilizarla en la estrategia de persuasión profunda que aplicó en la campaña presidencial de Donald Trump. La información personal de 50 millones de usuarios fue obtenida a partir de una encuesta en línea que supuestamente respondía a fines académicos.
De acuerdo con el diario británico The Guardian, desde 2016 Facebook tuvo conocimiento de las acciones realizadas por CA y no hizo nada para proteger a sus usuarios. Si CA ha participado en más de 40 elecciones, resulta difícil creer que únicamente en las celebradas en Estados Unidos haya utilizado a Facebook.
Para colmo, una investigación realizada por Channel 4 News, en la cual dos altos directivos de CA fueron grabados sin saberlo, ofrece un panorama aún más delicado.
En el video correspondiente –refiere Manuel Hernández Borbolla en The Huffing­ton Post México– “se documentan una serie de encuentros con Alexander Nix (director ejecutivo de Cambridge Analytica), Mark Turnbull (director general de Política Global) y Alex Tayler (jefe de la oficina de datos), quienes aseguran que la firma utiliza sobornos, exespías, noticias falsas y trabajadoras sexuales para poner a políticos en situaciones comprometedoras e interferir en procesos electorales y manipular las elecciones a través de herramientas digitales que permiten incidir en la opinión de los votantes en redes sociales”.
La presencia de CA en México se atribuye al senador Ernesto Cordero, quien está perfectamente familiarizado con el empleo de propaganda negra en campañas. Hace 12 años, López Obrador fue el blanco de la furiosa campaña de desprestigio que implementó el consultor español Antonio Solá, quien ahora afirma que el tabasqueño ganará la Presidencia.
La crisis de credibilidad que enfrenta Facebook se extiende por supuesto al INE. Si el instituto mintió al fundamentar el convenio celebrado con Facebook –en el cual las noticias falsas ni siquiera fueron mencionadas–, haber desatendido la exigencia de investigar al INE resulta muy grave.
Lorenzo Córdova categóricamente ha rechazado que el convenio que el instituto celebró con Facebook incluya la entrega de información personal de los mexicanos almacenada en la base de datos del padrón electoral, pero resulta ingenuo suponer que personal de Facebook no pudiera obtenerla cuando el INE le abrió las puertas de par en par.
*Licenciado en sociología, maestro en comunicación y desarrollo, maestro en administración y tecnologías de información, doctor en ciencias sociales. Director del Centro de Altos Estudios en Internet y Sociedad de la Información, Universidad de los Hemisferios, Quito, Ecuador.
Este análisis se publicó el 1 de abril de 2018 en la edición 2161 de la revista Proceso. 

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