Germán Martínez subrogó guarderías en el IMSS por $1 mil millones
Aunque el presidente López Obrador ha criticado que las subrogaciones en el IMSS son una privatización velada, el Instituto –con Germán Martínez al frente– destinó 1.3 mil millones de pesos entre enero y abril de 2019 a contratos de este tipo, sólo en la Ciudad de México. El 80 por ciento del gasto –1 mil millones – fue para 24 guarderías
En los primeros 4 meses de 2019, el
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) destinó 1 mil 314 millones
de pesos a contratos de subrogación tan sólo en la Ciudad de México. La
información oficial revela que el 80 por ciento de ese gasto fue
destinado al pago de los servicios de 24 guarderías.
La corta gestión del panista Germán
Martínez Cázares comprometió recursos públicos hasta 2024. Y es que
entre enero y abril pasados, el Instituto contrató 22 empresas para
asegurar la existencia de 24 guarderías subrogadas por los siguientes 4
años 9 meses.
En total, por esos servicios, el
presupuesto del IMSS pagará 1 mil 47 millones 290 mil pesos a las
estancias infantiles. Las empresas más privilegiadas con estos contratos
fueron Bambinello y Centro Ecológico de Desarrollo Infantil, que
recibieron más de 94 millones de pesos cada una, de acuerdo con los
contratos disponibles en el portal Compranet.
El otro 20 por ciento del presupuesto
comprometido en subrogaciones –267 millones 321 mil 583 pesos– benefició
a 12 empresas prestadoras de servicios médicos, como cirugía, monitoreo
de signos vitales, hemodiálisis, radioterapia, dosimetría,
hospitalización, estudios de laboratorio, traslado de pacientes,
atención oftalmológica y psiquiátrica, así como el uso de grabadoras
Holter (empleadas para monitorear la actividad del corazón).
En el periodo de Martínez Cázares –quien
renunció a la dirección el pasado 21 de mayo y ahora se desempeña como
senador por el partido Movimiento Regeneración Nacional– el IMSS realizó
336 concursos –entre el 1 de enero y el 13 de mayo de 2019– para la
asignación de contratos de subrogación a nivel nacional, refieren los
datos oficiales del Compranet. Esta tendencia contrasta con las
declaraciones del presidente de la República, Andrés Manuel López
Obrador, quien, al referirse a las estancias infantiles el pasado 13 de
febrero, consideró que las subrogaciones “son parte de la concepción
neoliberal de privatizarlo todo”.
Algo que reiteró en su conferencia
matutina del pasado 3 de abril, cuando aseguró que las subrogaciones se
hicieron “con la idea de privatizar la función del Seguro. Se subrogaban
las guarderías y ya no atendía de manera directa el Seguro Social la
guardería o la estancia, sino que daba el dinero. Nosotros no
compartimos eso porque no sólo es el manejo del dinero, sino la
seguridad. Cómo garantizamos la seguridad de los niños, la
corresponsabilidad”.
En desacato de esa instrucción, el IMSS
entonces encabezado por Martínez Cázares continuó con las subrogaciones
multianuales, como lo demuestra el seguimiento hecho por Contralínea a los procesos de contratación publicados en Compranet.
Subrogaciones, puerta para la corrupción
El rechazo del gobierno de López Obrador
a las subrogaciones, sobre todo de las llamadas estancias infantiles,
deriva no sólo del riesgo de privatización, sino también de la
corrupción. Algo que ha criticado reiteradamente en torno de la
desgracia de la Guardería ABC, en Hermosillo, Sonora, que el 5 de junio
de 2009 se incendió y cobró la vida de 49 niños. En ese mismo siniestro,
otros 106 menores resultaron gravemente heridos por falta de medidas
de seguridad básica, como salidas de emergencia.
Los integrantes del Frente de
Trabajadores y Trabajadoras por el Derecho a la Salud y la Seguridad
Social consideran que las subrogaciones son una forma de traslado de
recursos públicos a la iniciativa privada en la que opera la corrupción y
el compadrazgo.
En entrevista, acusan como
gremio que éstas se basan en la precarización intencional de los
servicios para justificar los convenios con privados y la falta de
contratación de personal.
De las subrogaciones que el IMSS realizó
en la Ciudad de México durante los primeros meses del año, la empresa
más beneficiada fue Centro de Diagnóstico Ángeles, con contratos por 114
millones 239 mil pesos para el servicio de hemodiálisis que brindará en
menos de 1 año: 247 días.
Para Hildelisa González, diputada por el
Partido del Trabajo (PT) y miembro de la Comisión de Seguridad Social
de la Cámara de Diputados, si bien las subrogaciones siempre han
existido, es preferible que el IMSS otorgue los servicios para que tenga
control del proceso y evite la inflación de precios en beneficio de una
empresa.
En esos primeros meses, Germán Martínez
no sólo subrogó guarderías, sino también el servicio médico
psiquiátrico. Para éste, contrató por 306 días, Sanatorio Psiquiátrico
del Carmen , con un costo para el erario de 58 millones 912 mil pesos.
Otro servició cedido a la iniciativa
privada fue el de cirugías de traumatología y ortopedia que, durante 238
días, otorgará Operadora de Hospitales Grupo Torre Médica, por 47
millones 900 mil pesos.
Octavio García Maldonado, profesor e
investigador de la Universidad de Guadalajara, considera que las
subrogaciones son un mecanismo efectivo en el abaratamiento de los
gastos de la institución, puesto que la eximen de tener una relación
obrero patronal con los trabajadores de las empresas contratistas: de
esta forma se reduce el gasto destinado a nómina.
Para este trabajo, Contralínea buscó
al nuevo director general del Seguro Social, Zoé Robledo Aburto, con el
objetivo de conocer si habrá cambios en materia de subrogación
orientados por la nueva política de austeridad y las instrucciones
giradas por el presidente López Obrador en el sentido de acabar con esa
práctica del pasado; no obstante, hasta el cierre de edición no se
obtuvo respuesta.
Onerosas contrataciones
Los 1 mil millones que comprometió la
administración de Germán Martínez en guarderías subrogadas benefició no
sólo a las empresas Bambinello y Centro Ecológico de Desarrollo
Infantil. También a: Guardería Infantil Felices Hacia el Futuro, Colegio
Bilingüe Richardson Tercero, El mundo Feliz de los Bukis, Instituto
Pedagógico de Educación Inicial, Colegio de las Baleares, Guarderías
Coapa, Instituto de las Baleares, Centro Educativo para Peques, Integra
Cuidados Maternales, Kindergarden, Ali Jardín de Niños.
En la lista de subrogados también
figuran: Colegio Bilingüe Richardson, Dreams House, Kings Dominion
Estancia Infantil, Centro de Desarrollo Infantil Ámsterdam, Centro de
Atención y Estimulación Psicopedagógica Infantil, Centinela de Infantes,
Asociación de Ayuda Infantil, Centro de Desarrollo Infantil Caramelo y
Centro de desarrollo infantil Kin Kanik. Los montos de los contratos van
de los 94 millones de pesos a los 24 millones.
Aunado a éstos están los de la
subrogación de servicios de hospitalización, radioterapia, sistema de
monitoreo de signos vitales, traslado de pacientes, grabadoras Holter,
oftalmología, dosimetría y estudios de laboratorio costó a la
institución 16 millones 269 mil pesos. Las empresas contratadas fueron:
Clínica Médica Santa Rosa, Médica Sur, Procesos Adquisitivos, Cuidados
en Salud Prehospitalaria Sipromedic, Idea Médica Hospitalaria, Juan
Carlos Bravo Ortiz, Alsa Dosimetría, Quest Diagnostics México y
Laboratorio de Estudios Perinatales.
Aunque los trabajadores y jubilados del
Frente de Trabajadores por el Derecho a la Salud admiten que la
subrogación no es un fenómeno nuevo, señalan que a partir del periodo
neoliberal los contratos se comenzaron a otorgar de forma indiscriminada
y sin motivos suficientes. Con sede en la capital, la organización
considera que en vez de que ayuden a ampliar la cobertura de servicios
en favor de los derechohabientes, desmantelan la infraestructura
existente y merman las capacidades del Instituto.
De acuerdo con María Moya Valero,
integrante del Frente, en la Ciudad de México esta tendencia inició a
finales de la década de 1990 con la subrogación del servicio de
intendencia: el IMSS argumentó que gastaba más dinero en trabajadores
(con sueldo, vacaciones, aguinaldo y prestaciones) que en contratar a
una empresa privada que permitiera, además, reducir el tiempo de
limpieza.
Más tarde, cedió las guarderías, en este caso sin que existiese un diagnóstico que motivara su privatización, señala.
“En 2000, el Instituto y el Sindicato
tenían 123 guarderías a nivel nacional; hoy nada más tiene 40
guarderías, todas las demás desaparecieron, pero tenemos cerca de 2 mil
guarderías de la iniciativa privada”, asegura Víctor Ortega, trabajador
jubilado del IMSS.
Después se subrogaron los servicios de
diálisis, hemodiálisis y radioterapia; luego, los laboratorios y
servicios de rayos X. La más reciente forma de subrogación, de acuerdo
con Ofelia Oliva, también miembro del Frente, es la de ambulancias: “es
terrible porque el instituto tenía ambulancias, ¿dónde están?
Arrumbadas, almacenadas, descompuestas. Hasta donde sabemos, las
empresas no cumplen con los requisitos para el traslado de pacientes,
sino que los tienen contratados como vehículos normales, como si
contrataras una camioneta para trasladar unas mesas”.
Los integrantes del Frente advierten que
cuando el Instituto subroga servicios y deja de invertir en sus
instalaciones, las desmantela. Cada año que pasa se requiere una
inversión más fuerte para reactivarlas.
De acuerdo con Ofelia Oliva, las
subrogaciones en el IMSS son, además, una forma velada de
reestructuración institucional. Por ejemplo, el Instituto tenía
laboratorios y patólogos contratados en la capital, pero decidió
subrogar el servicio y adoptar la estructura organizativa de la empresa
privada.
Esta reestructuración es ilegal, acusa
Oliva, toda vez que transforma las condiciones de trabajo y excede los
momentos de revisión contractual del Sindicato Nacional de Trabajadores
del Seguro Social.
Los derechos laborales, en entredicho
Todos los servicios subrogados por el
IMSS han mermado no sólo su capacidad instalada, sino también a su
plantilla laboral. Francisco Reyes, trabajador jubilado, refiere que
cuando las empresas privadas cubren la materia de trabajo que
originalmente compete al Sindicato, el Instituto congela las plazas y no
abre nuevas. Así, en la práctica, este tipo de contrataciones derivan
en recortes de personal de base.
Para el investigador Octavio García
Maldonado, con estos esquemas el IMSS no incurre en ninguna falta de
carácter legal, pues tiene facultades y atribuciones para subcontratar
servicios, particularmente los que corresponden a las prestaciones en
especie (asistencia médica, quirúrgica, farmacéutica, hospitalaria y
rehabilitación).
Seguridad social, pendiente
Uno de las grandes deudas del gobierno
es garantizar el derecho humano a la salud de todos los residentes del
país. El catedrático García Maldonado, titular de la materia de derecho
de la seguridad social en la Facultad de Derecho de la Universidad de
Guadalajara, señala que, para ampliar la cobertura de servicios, el IMSS
requiere un mayor ingreso de cuotas obrero patronales: actualmente
destina la mayor parte de su presupuesto, un 70 por ciento, al pago de
la nómina y las pensiones de sus propios jubilados.
Por su parte, el Frente de Trabajadores
por el Derecho a la Salud considera que también hace falta un andamiaje
legal. Ello, porque la reforma a la Ley Federal del Trabajo marcó la
pauta para el deterioro de la seguridad social en el país. Desde que se
determinó un tope a los incrementos salariales, los recursos que
ingresan a las instituciones de seguridad social se redujeron de forma
importante, afectando las capacidades de atención de la institución.
El Frente considera necesario regresar a
la ley con la que se regía el Instituto en 1973. “Es la mejor ley que
ha tenido el IMSS y los mexicanos”, señala Víctor Ortega. Asimismo,
considera que el nuevo gobierno debe esforzarse por recuperar el
personal de base que se ha perdido con los años, pero “por lo visto no
vamos hacia allá y no va a haber dinero para pagar más personal. Antes
teníamos médico, enfermera, auxiliar, técnico, trabajadora social,
promotor, hasta polivalente: seis integrantes del equipo. ¡Un médico y
una enfermera no van a poder atender a toda la población!”
Consultada al respecto, la diputada
petista Hildelisa González dice que la Comisión de Seguridad Social se
reunirá en los próximos días con el director general del IMSS para
presentar un diagnóstico de la institución y hacer recomendaciones
respecto al uso de los recursos disponibles.
En este sentido, considera que es
preferible invertir en el equipamiento de los hospitales propios de la
institución, aunque el esfuerzo sea mayor, que gastar en contratos de
subrogación, siempre y cuando se asegure el servicio médico a los
derechohabientes.
Señala que la privatización del sector
salud es una tendencia del régimen pasado que hoy debe revertirse
brindando atención médica de calidad para todos. “Es muy importante la
definición del próximo presupuesto y la evaluación de cómo está la
institución. Nosotros estamos comprometidos a que en el presupuesto
daremos énfasis al destinado para salud”.
El presidente de la República señaló,
durante la inauguración de las oficinas del IMSS en Morelia, Michoacán,
que el nuevo proyecto en materia de salud y seguridad social implica la
integración del sistema nacional, es decir, del Instituto Mexicano del
Seguro Social, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado y de la Secretaría de Salud, para que la
atención médica primaria sea “universal”.
Sin embargo, los trabajadores y
jubilados del Frente consideran que, al hablar de “universalización” de
la salud, el gobierno federal está, en realidad, focalizando la atención
primaria y desmantelando la seguridad social. “No se trata del sistema
de salud por sí mismo, es la seguridad social. Estamos hablando de
guarderías, teatros… es una visión integral del bienestar social”,
señala Jorge Castañeda.
Los trabajadores jubilados consideran
que las subrogaciones, junto con los convenios de asociación
público-privada, son una forma de privatización de los servicios
públicos. A esta situación, se suma el riesgo de focalizar y limitar la
atención médica y la seguridad social: el plan de proporcionar
únicamente atención primaria a la salud, explican los jubilados, permite
a las aseguradoras incrustarse en el sistema público para cubrir los
padecimientos que quedan fuera del catálogo básico.
Aseguran que el discurso de López
Obrador no corresponde con lo que el IMSS, y el sector salud en general,
está viviendo en la práctica. “Lo que vemos es la continuidad de la
política neoliberal. Mientras no veamos indicios de que realmente se
esté echando atrás todo lo lesivo de las reformas que han instrumentado,
no podemos confiar. Nos deja muchas dudas”, concluye Ofelia Oliva.
Subrogaciones en la CDMX, sólo la punta del iceberg
Las subrogaciones de guarderías en la
Ciudad de México, que tan sólo entre enero y abril de este año
comprometieron recursos públicos por más de 1 mil millones de pesos, son
apenas una muestra de todo lo que ha cedido el Instituto Mexicano del
Seguro Social.
Por ejemplo, con Germán Martínez al
frente, el IMSS convocó en abril cuatro licitaciones públicas para
subrogar el servicio de guarderías en otras entidades federativas,
consta en el sistema Compranet.
Una de esas es la convocatoria
AA-050GYR075-E93-2019, que lanzó la delegación estatal Querétaro, para
adjudicar directamente “el servicio de guardería en el esquema vecinal
comunitario único, con vigencia 1 de abril de 2019 al 31 de diciembre de
2023”.
La convocatoria benefició a seis
estancias infantiles: Guarderías Siglo XXI, SA de CV; Guarderías Siglo
XXI, SA de CV; Centro de Desarrollo Infantil Lili, SC; Estancia Infantil
Fray Toribio de Benavente, SC; Centro de Desarrollo del Niño, AC;
Centro de Desarrollo Infantil Castores, SC.
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