Siemens y su legado de electrificación en México
Si bien Siemens cuenta con un sólido prestigio como una de las empresas tecnológicas líderes a nivel global, ha logrado establecer un “hogar” en cada uno de los más de 200 países en los que opera, responder a los retos de cada uno de ellos y, de esta forma, contribuir al desarrollo industrial y al bienestar de las personas. En otras palabras: dejar una “huella local”.
México no ha sido la excepción: Siemens –con una trayectoria de 125 años en el país, que la colocan como una de las firmas extranjeras más longevas– ha demostrado qué tan grande es su compromiso con la sociedad.
Pocas compañías pueden presumir los logros de la multinacional alemana alrededor del mundo: superar los desafíos de más de un siglo y escribir una historia de más de 170 años de éxito desde su fundación en 1847 en Berlín.
Desde sus inicios, su filosofía de innovación le ha permitido revolucionar una amplia gama de sectores: desde el informático y de comunicaciones, hasta el energético y médico, gracias a soluciones de electrificación, automatización y digitalización.
Un aliado de confianza
Parte del éxito de Siemens radica en su capacidad para volverse un aliado y promotor del desarrollo en las comunidades donde se inserta.
Con la convicción de que las empresas solo tienen éxito si están alineadas con las necesidades de la sociedad, Siemens rige su labor bajo el concepto de Business to Society, que tiene un propósito relevante: servir a la sociedad y mejorar la calidad de vida de las personas.
Actualmente, las soluciones de Siemens impactan positivamente a más de 2 mil millones de personas alrededor del mundo.
Y en México ha sido uno de los aliados tecnológicos más importantes, con más de mil soluciones en su portafolio, siete plantas y tres centros de investigación y desarrollo a lo largo de la República.
Siemens se estableció en México con la inauguración de su primera oficina técnica el 1 de agosto de 1894, ubicada en la capital del país. Allí se idearon proyectos que se convirtieron en símbolos de innovación como el alumbrado eléctrico del Paseo de la Reforma y logros en campos cruciales como la movilidad, el aprovechamiento de la energía de vapor y la construcción de centrales hidroeléctricas de gran magnitud.
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