Los paneles solares chinos han recibido un ‘regalazo’ de Trump
Desde junio pasado, estos productos han quedado libres de aranceles para entrar a Estados Unidos, aunque este beneficio podría no durar mucho tiempo.
14/02/2020
Durante buena parte de 2019, el látigo de los aranceles que Donald Trump impuso a China
no castigó a un pequeño rincón: los paneles solares. Las empresas que
construyen los grandes parques solares en Estados Unidos pasaron 2018 y
parte de 2019 rogándole a Washington que eximiera del impuesto a los
paneles bifaciales de gran tamaño utilizados para crear plantas
fotovoltaicas de gran escala, pues muy pocos se fabrican en Estados
Unidos. Y, por alguna razón, cuando la administración finalmente acordó
emitir una exención arancelaria, esta fue mucho más amplia de lo que la
industria había propuesto. Tan amplia, de hecho, que reconfiguró el mercado y perpetuó el dominio de los fabricantes chinos.
Desde
junio, todos los paneles bifaciales han estado libres de aranceles y
los fabricantes chinos están convirtiendo ese diseño en una piedra
angular de sus líneas de producto. Un tribunal de comercio ha bloqueado
temporalmente los esfuerzos de la Casa Blanca para derogar la exención.
Y se espera que Trump decida en febrero si endurecerá los aranceles
sobre los paneles solares. Aunque la Casa Blanca declinó hacer
comentarios, su asesor comercial Peter Navarro declaró que “esa rendija arancelaria para los paneles solares bifaciales que China está aprovechando hoy, debe cerrarse”.
La energía solar es una de las fuentes de electricidad más baratas en Estados Unidos y su instalación no ha hecho más que crecer. Los paneles baratos de manufactura china
son una causa importante y desplazaron a los fabricados en Estados
Unidos, lo que significa que la Casa Blanca podría contentar dos pájaros
de un tiro: a los fabricantes nacionales de paneles y a las industrias
de combustibles fósiles.
A
principios de 2018 la administración de Trump tenía a los paneles
solares, incluidos los bifaciales, entre su primera tanda de aranceles.
La tasa tenía como punto de partida el 30 por ciento, con reducciones
anuales programadas en los años dos a cuatro. (Esas disminuciones se
encuentran entre los posibles temas de la revisión para febrero).
La
amenaza de los aranceles hizo que incluso desde 2017 muchas empresas
dedicadas a la energía solar retrasaran o suspendieran temporalmente proyectos de plantas solares. Ante tal panorama, la Asociación de Industrias de Energía Solar, el grupo del gremio en Estados Unidos, presionó por una exención arancelaria en los paneles bifaciales de gran tamaño
utilizados en parques solares de gran escala (estos paneles pueden
pesar más de 30 kilos, y son hasta un tercio más largos que los modelos
residenciales).
Durante
más de un año, un grupo que representa a una docena de compañías de
plantas solares cabildeó para que Washington otorgara la exención, entre
ellos los ejecutivos del Southern Current, SPower, Clearway Energy
Group y Cypress Creek Renewables.
Algunos
cabilderos dudaban que se les concediera la exención, pero el
Departamento de Energía se mostró más receptivo que el de Comercio a su
argumento: esos enormes paneles bifaciales representaban un oscuro pero
crítico mercado que las empresas estadounidenses podrían transformar en
una pujante actividad comercial. Presentaron la
exención como inofensiva para los fabricantes de paneles residenciales
porque los grandes módulos bifaciales son difíciles de colocar en el
techo de una casa típica.
En junio de 2019, los partidarios de la energía solar agradecieron a Trump por otorgar la exención arancelaria, pero pronto se dieron cuenta de que habían ganado más de lo que esperaban, que en lugar de ahorrar solo en la importación de paneles bifaciales de gran tamaño,
el gobierno había incluido a todos los paneles bifaciales en la
exención. El día después de que se hiciera pública la decisión, BloombergNEF, que analiza los mercados de energía limpia, estimó que con ese incentivo, los fabricantes chinos podrían convertir líneas de producción de paneles monofaciales para producir bifaciales si estaban dispuestos a cerrar la producción durante dos meses.
La dispensa arancelaria, así de amplia, ha sido un desastre para los fabricantes de paneles “made in” Estados Unidos,
sopesa Andy Munro, asesor jurídico de la compañía fotovoltaica Hanwha Q
Cells America, el brazo local de un fabricante surcoreano. “Es una
amenaza existencial para los fabricantes de paneles de Estados Unidos”,
dijo en un comunicado. En diciembre, el juez del tribunal de comercio de
Estados Unidos, Gary Katzmann, emitió un mandato preliminar que bloqueaba los esfuerzos de la administración para anular la exención,
arguyendo que el gobierno no había seguido el procedimiento debido para
tal efecto, como otorgar el tiempo suficiente para comentarios
públicos.
A pesar de todo el caos que han sembrado los aranceles y la exención, las políticas han alentado la manufactura en Estados Unidos,
donde se han abierto algunas fábricas a raíz de los aranceles. No
obstante, la gran mayoría de los empleos en el sector no se generan en
la fabricación.
La industria solar está en negociaciones con la administración Trump para resolver la anulación de la exención,
pero, si requiere ser sometida un periodo de debate público, puede
permanecer en vigor durante al menos unos meses más. Mientras tanto, la economía sigue favoreciendo los paneles fabricados fuera Estados Unidos,
dice Jigar Shah, cofundador de la firma de inversión verde Generate
Capital. “No hay forma de fabricar paneles solares aquí tan barato como
lo haces en Asia”.
Con la colaboración de Justin Sink.
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