STPS defiende ante OIT estrategia para recuperar empleos perdidos por Covid-19

EL ECONOMISTA 

Por: Blanca Juárez 09 Jul 2020

Luisa María Alcalde aseguró ante líderes laborales del mundo que el plan de reactivación económica el gobierno federal para enfrentar las crisis por la pandemia beneficiará a más de 25 millones de familias.

Dos millones de nuevos empleos, 2 millones de créditos a la palabra a micro y pequeñas empresas y el fortalecimiento de la política social, esos son los tres ejes de la estrategia del gobierno de México “para reactivar la economía y recuperar el empleo perdido” por la pandemia de Covid-19.
Esto fue lo que explicó Luisa María Alcalde Luján, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), en la clausura de la Cumbre Mundial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

"Crisis sin precedentes" en el mundo laboral debido a la COVID-19

En su participación virtual, ante 36 ministros del Trabajo, detalló que la generación de 2 millones de nuevos empleos en lo que resta de este 2020 se conseguirá a través de grandes proyectos de infraestructura. Algunos de ellos son la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, en el Estado de México, o el tren maya, al sur del país. Así como también la refinería de Dos Bocas, en Tabasco.

Con programas de mejoramiento urbano en zonas de alta marginación y créditos de vivienda a los trabajadores también pretenden llegar a la meta de 2 millones de nuevas plazas.
El segundo eje “se basa en la entrega de 2 millones de créditos a la palabra a las grandes creadoras de empleos en México, que son las micro y pequeñas empresas”. Esas unidades económicas, “además, han resultado las más afectadas durante estos meses de confinamiento” por el nuevo coronavirus.
Por último, el tercer eje consiste en “reforzar la política social”. Este año la inversión en los programas del Bienestar llegará a 650,000 millones de pesos. “Un monto que jamás se había destinado a los sectores más desprotegidos en México”, expresó.
Con este plan, afirmó en la cumbre, liderada por Guy Ryder, director general de la OIT, protegerán a 25 millones de familias. Es decir, a 70% de los hogares en México. La atención a los más pobres es por sentido de justicia, señaló. Pero también porque si esa población cuenta con recursos habrá una reactivación del consumo y de la economía.
Luisa María Alcalde también resaltó la reciente entrada en vigor del Tratado Comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Este acuerdo “permitirá la atracción de inversión, lo que generará más y mejores empleos”, aseguró.
Destacó que con el TMEC y reforma laboral de 2019 “se garantiza la libre organización sindical, la negociación colectiva auténtica y un modelo de justicia imparcial y expedito, logrando así mejorar salarios y condiciones de empleo”.

Protección social e informalidad, los retos

Ningún país “ha disminuido la gravedad de la crisis que nos afecta”, apuntó Guy Ryder en su mensaje de clausura de la Cumbre Mundial de la OIT. Sin embargo, agregó, la pandemia de Covid-19 “nos ha permitido ver con más claridad lo que no funciona en el mundo del trabajo, los fallos políticos” en protección social e informalidad.
Antes de esta crisis se sabía cuáles son las consecuencias de esos errores u omisiones, “lo hemos sabido por decenios”. Pero ahora “lo tenemos claramente frente a nosotros. Nuestro debe es hacer algo al respecto, de manera adecuada y a tiempo”.
En su intervención, la ministra de Trabajo, Empleo e Inserción de Francia, Elisabeth Borne, indicó que su país apoya la creación de un fondo mundial para la protección social.
Para ello será necesario “coordinar y establecer sinergias” con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM). Esto con el fin de “promover la inversión en la protección social en los países”.
Nuevamente, Guy Ryder, director general de la OIT, anunció que el Consejo de Administración del organismo se reunirá en noviembre de este año y en marzo del 2021. “Su labor será negociar, acordar y adoptar el programa y presupuesto para el próximo bienio, 2022-2023”, informó.
“Porque está muy bien decirnos o acordar cosas que creemos que hay que hacer en el mundo del trabajo”, apuntó. Pero estos acuerdos los tiene que hacer posibles la OIT y con un presupuesto.

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