Furia en Líbano; miles exigen la caída del régimen tras explosiones

Crean comisión investigadora y le dan 4 días para rendir un informe
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▲ Policías antimotines reprimieron ayer a manifestantes en Beirut.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 7 de agosto de 2020, p. 23
Beirut. Las fuerzas de seguridad libanesas dispersaron anoche con gas lacrimógeno a decenas de manifestantes enfurecidos por las explosiones del martes en el puerto de Beirut, tragedia que se convirtió en símbolo de la incompetencia y la corrupción de las autoridades. Horas antes, al grito de ¡revolución, revolución!, multitudes asediaron al presidente francés, Emmanuel Macron, de visita en esta capital, quien prometió apoyo e investigación internacional y afirmó que sin reformas, Líbano seguirá hundiéndose.
Los manifestantes destrozaron comercios y lanzaron piedras a la policía en el barrio del Parlamento, según la Agencia Nacional de Información. La policía respondió y varios manifestantes resultaron heridos.
La ira y la consternación se acrecientan en Beirut luego de que medios de comunicación confirmaron que las autoridades recibieron advertencias sobre el cargamento de 2 mil 700 toneladas de nitrato de amonio almacenadas en el puerto que estallaron el martes dejando 149 muertos, 5 mil heridos y 300 mil personas sin techo.
Durante el recorrido de Macron por las devastadas calles capitalinas la multitud enfurecida le gritaba: Queremos la caída del régimen. (El presidente) Michel Aoun es terrorista. ¡Ayúdenos!
El mandatario prometió que propondrá un nuevo pacto político y reiteró que su país dará a la nación asistencia médica y humanitaria que no terminará en manos corruptas, e instó al gobierno a implementar reformas indispensables para evitar el hundimiento de Líbano. También anunció una conferencia internacional para recaudar fondos para la nación.
Macron pidió una investigación internacional sobre las explosiones provocadas por el incendio en un depósito del puerto donde se guardaban 2 mil 700 toneladas de nitrato de amonio desde 2014.
Líbano no está solo, tuiteó el presidente francés.
Macron se dirigió primero al puerto y luego al devastado barrio de Gemmayze, donde enfrentó a una multitud enojada con la clase política, que apenas ha cambiado desde el final de la guerra civil (1975-1990), y a la que acusa de corrupción y negligencia.
Francia, que ejerció un mandato sobre Líbano desde la década de 1920 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial y conserva lazos profundos con el país, quiere organizar la cooperación europea y más ampliamente la ayuda internacional, mientras la diáspora libanesa ya empezó a movilizarse.
Varios países ya enviaron socorristas y material y la Unión Europea anunció ayuda de emergencia por 33 millones de euros (unos 40 millones de dólares).
El jefe de la diplomacia libanesa, Charbel Wehbé, anunció ayer la creación de una comisión investigadora que tiene cuatro días para dar un informe detallado con el fin de deslindar responsabillidades.
Las autoridades no pusieron en marcha ningún dispositivo para albergar a las personas sin techo, pero los libaneses salieron a las calles a limpiar los escombros y acogieron a quienes perdieron sus hogares.
Según fuentes de seguridad, las autoridades del puerto, los servicios de aduanas y los de seguridad estaban todos al corriente de que había material químico peligroso en el puerto, hablaban incluso de una bomba flotante, pero se acusan mutuamente de ser responsables. En Twitter circulaba la tendencia #Cuélguenlos para exigir castigo a los culpables.
Esta tragedia ocurre en un país sumido en una crisis económica, con hiperinflación y despidos masivos, además de la pandemia de coronavirus.

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