Mucha leche cooperativa
Alcona y Caja Popular San Nicolás impulsan proyecto de comercio justo, alimentación saludable y cuidado ambiental.
La Alianza Cooperativista Nacional y la Caja Popular San Nicolás (CPSN) impulsaron en Guanajuato el proyecto de dispensadores lácteos Mucha Leche, un esfuerzo que toca ángulos de cuidado ambiental, alimentación saludable, rescate de productores locales de leche, generación de empleos y la cooperación.
Hace dos semanas se inauguraron cinco sucursales en León, en las colonias San Nicolás, Presitas, La Piedad de la Joya, Las Américas y Valle Hermoso, donde se ofrece el litro de leche pasteurizada en 15 pesos, muy por debajo del precio que se oferta en cadenas comerciales donde el litro ronda los 27.50 y los 28.50 pesos.
En cada dispensador de Mucha Leche la gente puede llegar con su recipiente, o puede adquirir uno ahí mismo, es atendido por una operadora que realiza la sanitización del envase, el llenado y el pago a través de un sistema automatizado. Se puede adquirir uno, dos, tres o cuatro litros de leche por compra.
Rescate de la cuenca lechera
El ingeniero Iván
Aranda, coordinador del proyecto de dispensadores, recuerda que apenas
el año pasado los pequeños productores de la cuenca lechera de
Guanajuato gastaban más en producir que lo que les pagaban las grandes
compañías.
Las empresas pagaban de 7 pesos o hasta 8.20 a los mejores productores, cuando el costo de producir un litro se aproximaba a los 8 pesos. Hoy ya les pagan hasta 9.20, pero hace un año “no era mucho negocio y por eso quienes tenían pequeños establos de 10 a 15 vaquitas estaban a punto de cerrar”, sostiene.
Para rescatar la cuenca lechera se buscó articular a pequeños productores, algunos organizados en cooperativa, “hacer células” donde se pudiera instalar un pasteurizador, que al mismo tiempo sea centro de acopio, montar un sistema de cuidado y monitoreo de 24 horas a través de un comando de videovigilancia (C4) de acuerdo a los lineamientos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Además, se estableció un pago justo para los productores con una base de 11 pesos por litro de leche ya pasteurizada. De los centros de acopio parten las pipas a los dispensadores. Actualmente cada dispensador tiene una capacidad de venta de hasta 500 litros diarios.
De acuerdo a Iván Aranda, la característica principal de este producto es la pureza de la leche, 100% de vaca, “no es fórmula, es fresca, contiene 3 puntos de grasa y una vida de anaquel de 10 días”.
Cuidado ambiental
Otro tema que han buscado
atender es dejar de consumir plásticos, envases desechables o incluso
los tetra packs, que aunque a simple vista parecen estar hechos de
cartón, contienen aluminio y plásticos que hacen que su proceso de
degradación dure de 20 a 30 años.
En cambio, Mucha Leche ha vuelto al antiguo pero efectivo esquema del envase de cristal retornable. Los dispensadores tienen la posibilidad de sanitizar cada envase previo al llenado.
Aranda destaca que este proyecto abre una opción para que la gente decida qué consumir, en el caso de los cooperativistas de la caja de ahorro “nos convertimos en prosumidores, pues somos consumidores y productores de nuestros propios productos”. Por ello la calidad que buscan es la mejor, afirma.
Franquicia cooperativa
El esquema completo de
este proyecto de comercio justo se cierra con la participación de
mujeres cooperativistas, socias de la Caja Popular San Nicolás, a
quienes se les capacita y se les contrata para que sean ellas las
encargadas de despachar y cobrar.
La proyección de crecimiento es que en un año logren abrir hasta 160 puntos de venta, dice Aranda.
La caja de San Nicolás y Alcona tienen el compromiso de articular más células, juntar a pequeños productores de leche y beneficiar a la cadena lechera de la cuenca de Guanajuato. “A medida que articulemos más lecheros abriremos más dispensadores”, apunta.
Como todo el proceso es monitoreado bajo los estándares de Cofepris, la CPSN abrió la posibilidad de ofrecer la franquicia de Mucha Leche a cooperativas, a cajas de ahorro, o a grupos de cinco personas. “La idea es darnos trabajo, darnos salud, darnos una buena alimentación y aprovechar los beneficios de un comercio justo, responsable y solidario”, concluye Aranda.
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