Argentina : La energía no es un paquete de yerba
viernes 7 de enero de 2011
José Rigane (ACTA)
Después del proceso de privatización del sector eléctrico nacional, cuyas consecuencias aún sufrimos, todas las leyes y reglamentaciones se mantienen inalterables desde aquellos años. Es decir la estructura que dio origen a la entrega del patrimonio nacional energético está vigente. Los organismos de control, como ENARGAS (gas); ENRE (electricidad) hace años que están intervenidos por el gobierno nacional, sin cambios legislativos ni en su estructura legal.
Es decir que los citados organismos, no están integrados de acuerdo a ley, no tienen autonomía, no cuentan con poder de decisión y menos aun con la necesaria capacidad de control y exigencia a las empresas multinacionales de la energía.
La crisi senergética tiene un fundamento de fondo, es estructural. El modelo energético basado en la privatización y división de la generación, del transporte y la distribución de energía eléctrica, es un fracaso global.
¿Qué originó la privatización en la Argentina?
Aumento de tarifas.
Despidos masivos de trabajadores (desocupación).
Desarrollo de las contrataciones basura (tercerizaciones, subcontrataciones etc.) sin límite con graves consecuencias para el servicio, los usuarios, y los propios tercer izados al arriesgar sus vidas en un marco de mayor explotación.
Existe una estructura de tarifas cuyos costos están calculados en época de la convertibilidad, con base en el dólar e indicadores de actualización internacionales, aunque luego se pesificaron, los contratos de concesión no fueron renegociados.
Nunca se modificó la estructura de costos y las normativas.
El usuario que menos consume subvenciona al que más consume (costos fijos todos pagamos igual, en tarifa residencial.)
En toda la zona Atlántica existe la” tarifa estacional” que obliga a pagar más al que no consume.
El Estado perdió la capacidad de la Planificación, del control y se convirtió en el socio “bobo” de las multinacionales.
Desintegración del sector eléctrico creando unidades independientes sin coordinación entre ellas.
No hubo inversiones en mantenimiento ni expansión del sistema.
No se cumplieron con las obligaciones contractuales.
Se siguen girando dividendos fronteras afuera sin control alguno.
El “usuario” paso a ser “cliente” porque dejo de ser servicio público, y paso a ser una actividad regulada que tiene tarifa, pero que no tiene precio.
La energía dejo de ser estratégica para pasar a ser una “mercancía” un “commodity”.
Miles de millones de pesos en subsidios para el sector energético, 16.000 millones en el 2009 y más de 21.000 en el 2010, que paga el gobierno nacional o sea los argentinos, sin olvidar que como usuarios tenemos descuentos (impuestos) de más o menos 5,5% en las factura para las inversiones de las privadas.
Depredación de las reservas de gas (teníamos para 30 años, solo queda para 8 años) y del petróleo (YPF descubrió reservas por 18 años, quedan solo para 7 años).
Matriz energética altamente dependiente de los hidrocarburos 90% (petróleo y gas) mientras en el mundo esa dependencia ya bajo al 58%.
Los recientes cortes masivos de la electricidad, aunque se destacan los de Capital Federal y gran Buenos Aires, también existieron en el interior del país, en las provincias y en las grandes ciudades como Mar del Plata y parte de la costa atlántica;
Cabe aclarar que los cortes no fue por falta de generación, ni por falta de transporte de la energía eléctrica. Se produjeron los apagones porque las distribuidoras no hacen mantenimiento preventivos, no invierten, basados en el falso argumento permanente que no hay tarifas.
¿Qué empresa del sector energético, sobre todo eléctrico, abandonó el país en los últimos 10 años porque el "negocio" no es rentable?
En el ámbito de la distribución eléctrica no cambió nada desde Menem, sí hay que reconocer a este gobierno y al Estado, que sin reconocer la crisis energética y sin cambiar nada de la estructura privatizada, estuvo activo y realizó inversiones (discutibles) y en parte financiadas por los propios usuarios, en el área de generación y transporte eléctrico.
Ni con las obligaciones de última hora sobre inversiones y menos con multas millonarias (según el informe de la Auditoría General de la Nación “entre el 2002 y 2005, las eléctricas solo pagaron el 0,29% de las multas que le aplicaron” Leonardo Mindez 04/01/11) se resuelve la crisis energética, que es producto de un modelo basado en la privatización y descentralización.
El gobierno nacional puede actuar en la Capital Federal, pero no lo puede hacer en el resto de las provincias por la descentralización. Esto genera diferentes Marcos regulatorios, tarifas, concesiones de distinta duración, etc.
La salida a esta crisis energética, no es actuar solo sobre lo coyuntural. Hay que recuperar el concepto que la energía es un derecho para el usuario, y un insumo estratégico para la nación, no es un “paquete de yerba “; por eso la solución de fondo es recuperar el patrimonio nacional energético a manos del pueblo y poner fin al oligopolio extranjero, poniendo, en marcha los mecanismos que vuelvan al Estado el papel de planificador, controlador y garante de una planificación general del sector energético integrado.
Esta propuesta está muy lejos del planteo de volver al pasado, pero nada tiene que ver con alentar el negocio para los “amigos” del poder.
José Rigane es Secretario Adjunto de la CTA; Secretario General de la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA-CTA)
Fuente
José Rigane (ACTA)
Después del proceso de privatización del sector eléctrico nacional, cuyas consecuencias aún sufrimos, todas las leyes y reglamentaciones se mantienen inalterables desde aquellos años. Es decir la estructura que dio origen a la entrega del patrimonio nacional energético está vigente. Los organismos de control, como ENARGAS (gas); ENRE (electricidad) hace años que están intervenidos por el gobierno nacional, sin cambios legislativos ni en su estructura legal.
Es decir que los citados organismos, no están integrados de acuerdo a ley, no tienen autonomía, no cuentan con poder de decisión y menos aun con la necesaria capacidad de control y exigencia a las empresas multinacionales de la energía.
La crisi senergética tiene un fundamento de fondo, es estructural. El modelo energético basado en la privatización y división de la generación, del transporte y la distribución de energía eléctrica, es un fracaso global.
¿Qué originó la privatización en la Argentina?
Aumento de tarifas.
Despidos masivos de trabajadores (desocupación).
Desarrollo de las contrataciones basura (tercerizaciones, subcontrataciones etc.) sin límite con graves consecuencias para el servicio, los usuarios, y los propios tercer izados al arriesgar sus vidas en un marco de mayor explotación.
Existe una estructura de tarifas cuyos costos están calculados en época de la convertibilidad, con base en el dólar e indicadores de actualización internacionales, aunque luego se pesificaron, los contratos de concesión no fueron renegociados.
Nunca se modificó la estructura de costos y las normativas.
El usuario que menos consume subvenciona al que más consume (costos fijos todos pagamos igual, en tarifa residencial.)
En toda la zona Atlántica existe la” tarifa estacional” que obliga a pagar más al que no consume.
El Estado perdió la capacidad de la Planificación, del control y se convirtió en el socio “bobo” de las multinacionales.
Desintegración del sector eléctrico creando unidades independientes sin coordinación entre ellas.
No hubo inversiones en mantenimiento ni expansión del sistema.
No se cumplieron con las obligaciones contractuales.
Se siguen girando dividendos fronteras afuera sin control alguno.
El “usuario” paso a ser “cliente” porque dejo de ser servicio público, y paso a ser una actividad regulada que tiene tarifa, pero que no tiene precio.
La energía dejo de ser estratégica para pasar a ser una “mercancía” un “commodity”.
Miles de millones de pesos en subsidios para el sector energético, 16.000 millones en el 2009 y más de 21.000 en el 2010, que paga el gobierno nacional o sea los argentinos, sin olvidar que como usuarios tenemos descuentos (impuestos) de más o menos 5,5% en las factura para las inversiones de las privadas.
Depredación de las reservas de gas (teníamos para 30 años, solo queda para 8 años) y del petróleo (YPF descubrió reservas por 18 años, quedan solo para 7 años).
Matriz energética altamente dependiente de los hidrocarburos 90% (petróleo y gas) mientras en el mundo esa dependencia ya bajo al 58%.
Los recientes cortes masivos de la electricidad, aunque se destacan los de Capital Federal y gran Buenos Aires, también existieron en el interior del país, en las provincias y en las grandes ciudades como Mar del Plata y parte de la costa atlántica;
Cabe aclarar que los cortes no fue por falta de generación, ni por falta de transporte de la energía eléctrica. Se produjeron los apagones porque las distribuidoras no hacen mantenimiento preventivos, no invierten, basados en el falso argumento permanente que no hay tarifas.
¿Qué empresa del sector energético, sobre todo eléctrico, abandonó el país en los últimos 10 años porque el "negocio" no es rentable?
En el ámbito de la distribución eléctrica no cambió nada desde Menem, sí hay que reconocer a este gobierno y al Estado, que sin reconocer la crisis energética y sin cambiar nada de la estructura privatizada, estuvo activo y realizó inversiones (discutibles) y en parte financiadas por los propios usuarios, en el área de generación y transporte eléctrico.
Ni con las obligaciones de última hora sobre inversiones y menos con multas millonarias (según el informe de la Auditoría General de la Nación “entre el 2002 y 2005, las eléctricas solo pagaron el 0,29% de las multas que le aplicaron” Leonardo Mindez 04/01/11) se resuelve la crisis energética, que es producto de un modelo basado en la privatización y descentralización.
El gobierno nacional puede actuar en la Capital Federal, pero no lo puede hacer en el resto de las provincias por la descentralización. Esto genera diferentes Marcos regulatorios, tarifas, concesiones de distinta duración, etc.
La salida a esta crisis energética, no es actuar solo sobre lo coyuntural. Hay que recuperar el concepto que la energía es un derecho para el usuario, y un insumo estratégico para la nación, no es un “paquete de yerba “; por eso la solución de fondo es recuperar el patrimonio nacional energético a manos del pueblo y poner fin al oligopolio extranjero, poniendo, en marcha los mecanismos que vuelvan al Estado el papel de planificador, controlador y garante de una planificación general del sector energético integrado.
Esta propuesta está muy lejos del planteo de volver al pasado, pero nada tiene que ver con alentar el negocio para los “amigos” del poder.
José Rigane es Secretario Adjunto de la CTA; Secretario General de la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA-CTA)
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