Supercomité de EU no logró un acuerdo para reducir el déficit
Dpa, Afp y Notimex
Periódico La Jornada
Martes 22 de noviembre de 2011, p. 25
Washington, 21 de noviembre. El supercomité de congresistas republicanos y demócratas, encargado de buscar cómo ahorrar hasta 1.2 billones de dólares en el presupuesto durante los próximos diez años, anunció que ha fracasado en sus intentos de llegar a un acuerdo bipartidista, por lo que los recortes serán automáticos. Además del problema del déficit del país, el gobierno encara la titánica tarea de hacer frente a la colosal deuda de 15 billones de dólares, que supera el total de su producto interno bruto.
"Tras meses de duro trabajo e intensas deliberaciones, hoy llegamos a la conclusión de que no será posible lograr un acuerdo bipartidista antes de la fecha límite", que se cumple este miércoles, escribieron los copresidentes del supercomité en un comunicado.
El panel de seis demócratas del partido del presidente Barack Obama y otros tantos de la oposición republicana han pasado semanas en negociaciones a puertas cerradas, en busca de un acuerdo común para reducir el gigantesco déficit del país.
El anunciado fracaso de la supercomisión envía una señal negativa a los mercados, pero deja tiempo a Estados Unidos para solucionar el problema del déficit, no sólo porque los recortes comenzarán en 2013, sino porque el país se endeuda a tasas muy bajas.
Por su parte, el presidente Barack Obama amenazó hoy con vetar cualquier iniciativa para eliminar los recortes automáticos al gasto público por 1.2 billones de dólares que entrarán en vigor en 2013 tras el fracaso de las negociaciones de la supercomisión.
Obama acusó a los republicaos de obstaculizar un acuerdo político, y sostuvo que no permitirá que ese partido busque modificar los recortes que fueron pactados en agosto, como parte de un plan de reducción del déficit y la deuda nacional.
"Mi mensaje a ellos es simple: no. Vetaré cualquier esfuerzo de eliminar esos recortes automáticos al gasto interno y de defensa" señaló Obama en un mensaje desde la Casa Blanca.
Obama ha dejado claro que hará campaña por un segundo mandato, en gran parte criticando a los republicanos por su negativa a acordar aumentos de impuestos a los ricos, como parte de la política de reducción del déficit.
Algunos demócratas culparon a los republicanos del fracaso, debido a su oposición a considerar aumentos de impuestos a los estadunidenses más ricos, cuyos ingresos superen el millón de dólares al año.
A su vez, los republicanos acusaron a los demócratas de dejar fuera de la mesa de negociaciones dos de los mayores factores del gasto público, el Medicare y el Seguro Social.
La ley señala que en ausencia de un compromiso antes de la medianoche del miércoles, el presupuesto será amputado de la misma suma total. En consecuencia, "es improbable que las proyecciones de déficit cambien sustancialmente", subrayó Alec Phillips, analista del banco de inversiones Goldman Sachs.
Puesto que esta comisión tenía todas las potestades para repartir su objetivo entre un aumento de los ingresos y una reducción de gastos, si no logra un acuerdo todo el esfuerzo recaerá en los gastos, forzando al Estado federal a realizar drásticos recortes.
Los recortes se aplicarán en proporciones similares a los gastos militares del Departamento de Defensa, y a programas sociales internos, aunque sin tocar al programa de atención a mayores de 65 años Medicare, ni los pagos del Seguro Social.
Sin embargo, éstos no se efectuarán de inmediato: el efecto previsto para el ejercicio 2012 es bastante indoloro y se sentirá realmente a partir de 2013.
En su estado actual, la ley incitará al próximo Congreso a trabajar rápido. Según cálculos de analistas de Nomura, si no cambia nada, la economía estadunidense deberá manejarse con una austeridad tal en 2013 que la política presupuestaria reducirá el crecimiento en tres puntos porcentuales.
“Esto suma los efectos combinados de los límites de gastos en el marco de la ley de control de presupuesto (votado en agosto y que instauró la supercomisión), de las reducciones adicionales en los gastos a través de los mecanismos automáticos, de la expiración prevista de las exoneraciones de impuestos de la presidencia Bush y de otros impuestos que deben aumentar automáticamente a comienzos de 2013”, precisaron.
Se replanteará entonces la cuestión que radicalizó la política de Washington en julio y agosto, cuando se debatía sobre el límite de la deuda: ¿cómo reducir el déficit sin comprometer el crecimiento?
La tarea es colosal. La deuda pública, que superó en los últimos días 15 billones de dólares, equivale casi a 100 por ciento del PIB. El déficit presupuestario alcanzó 1.299 billones de dólares en el ejercicio 2011, finalizado el 30 de septiembre.
Pero los congresistas estadunidenses gozan por el momento de un lujo que los políticos de otros países no pueden permitirse: tasas de interés muy bajas. La fuerte demanda de los títulos de deuda del Tesoro permite pagar rendimientos excepcionalmente bajos. Este lunes, las obligaciones a seis meses pagaban una tasa media de 0.04 por ciento.
Aunque el anuncio del fracaso fue hecho después del cierre de los mercados financieros, tanto el Dow Jones como el Nasdaq y el Standard & Poor’s de 500 acciones selectas cerraron la jornada bursátil con pérdidas debido a la incertidumbre sobre el acuerdo.
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Martes 22 de noviembre de 2011, p. 25
Washington, 21 de noviembre. El supercomité de congresistas republicanos y demócratas, encargado de buscar cómo ahorrar hasta 1.2 billones de dólares en el presupuesto durante los próximos diez años, anunció que ha fracasado en sus intentos de llegar a un acuerdo bipartidista, por lo que los recortes serán automáticos. Además del problema del déficit del país, el gobierno encara la titánica tarea de hacer frente a la colosal deuda de 15 billones de dólares, que supera el total de su producto interno bruto.
"Tras meses de duro trabajo e intensas deliberaciones, hoy llegamos a la conclusión de que no será posible lograr un acuerdo bipartidista antes de la fecha límite", que se cumple este miércoles, escribieron los copresidentes del supercomité en un comunicado.
El panel de seis demócratas del partido del presidente Barack Obama y otros tantos de la oposición republicana han pasado semanas en negociaciones a puertas cerradas, en busca de un acuerdo común para reducir el gigantesco déficit del país.
El anunciado fracaso de la supercomisión envía una señal negativa a los mercados, pero deja tiempo a Estados Unidos para solucionar el problema del déficit, no sólo porque los recortes comenzarán en 2013, sino porque el país se endeuda a tasas muy bajas.
Por su parte, el presidente Barack Obama amenazó hoy con vetar cualquier iniciativa para eliminar los recortes automáticos al gasto público por 1.2 billones de dólares que entrarán en vigor en 2013 tras el fracaso de las negociaciones de la supercomisión.
Obama acusó a los republicaos de obstaculizar un acuerdo político, y sostuvo que no permitirá que ese partido busque modificar los recortes que fueron pactados en agosto, como parte de un plan de reducción del déficit y la deuda nacional.
"Mi mensaje a ellos es simple: no. Vetaré cualquier esfuerzo de eliminar esos recortes automáticos al gasto interno y de defensa" señaló Obama en un mensaje desde la Casa Blanca.
Obama ha dejado claro que hará campaña por un segundo mandato, en gran parte criticando a los republicanos por su negativa a acordar aumentos de impuestos a los ricos, como parte de la política de reducción del déficit.
Algunos demócratas culparon a los republicanos del fracaso, debido a su oposición a considerar aumentos de impuestos a los estadunidenses más ricos, cuyos ingresos superen el millón de dólares al año.
A su vez, los republicanos acusaron a los demócratas de dejar fuera de la mesa de negociaciones dos de los mayores factores del gasto público, el Medicare y el Seguro Social.
La ley señala que en ausencia de un compromiso antes de la medianoche del miércoles, el presupuesto será amputado de la misma suma total. En consecuencia, "es improbable que las proyecciones de déficit cambien sustancialmente", subrayó Alec Phillips, analista del banco de inversiones Goldman Sachs.
Puesto que esta comisión tenía todas las potestades para repartir su objetivo entre un aumento de los ingresos y una reducción de gastos, si no logra un acuerdo todo el esfuerzo recaerá en los gastos, forzando al Estado federal a realizar drásticos recortes.
Los recortes se aplicarán en proporciones similares a los gastos militares del Departamento de Defensa, y a programas sociales internos, aunque sin tocar al programa de atención a mayores de 65 años Medicare, ni los pagos del Seguro Social.
Sin embargo, éstos no se efectuarán de inmediato: el efecto previsto para el ejercicio 2012 es bastante indoloro y se sentirá realmente a partir de 2013.
En su estado actual, la ley incitará al próximo Congreso a trabajar rápido. Según cálculos de analistas de Nomura, si no cambia nada, la economía estadunidense deberá manejarse con una austeridad tal en 2013 que la política presupuestaria reducirá el crecimiento en tres puntos porcentuales.
“Esto suma los efectos combinados de los límites de gastos en el marco de la ley de control de presupuesto (votado en agosto y que instauró la supercomisión), de las reducciones adicionales en los gastos a través de los mecanismos automáticos, de la expiración prevista de las exoneraciones de impuestos de la presidencia Bush y de otros impuestos que deben aumentar automáticamente a comienzos de 2013”, precisaron.
Se replanteará entonces la cuestión que radicalizó la política de Washington en julio y agosto, cuando se debatía sobre el límite de la deuda: ¿cómo reducir el déficit sin comprometer el crecimiento?
La tarea es colosal. La deuda pública, que superó en los últimos días 15 billones de dólares, equivale casi a 100 por ciento del PIB. El déficit presupuestario alcanzó 1.299 billones de dólares en el ejercicio 2011, finalizado el 30 de septiembre.
Pero los congresistas estadunidenses gozan por el momento de un lujo que los políticos de otros países no pueden permitirse: tasas de interés muy bajas. La fuerte demanda de los títulos de deuda del Tesoro permite pagar rendimientos excepcionalmente bajos. Este lunes, las obligaciones a seis meses pagaban una tasa media de 0.04 por ciento.
Aunque el anuncio del fracaso fue hecho después del cierre de los mercados financieros, tanto el Dow Jones como el Nasdaq y el Standard & Poor’s de 500 acciones selectas cerraron la jornada bursátil con pérdidas debido a la incertidumbre sobre el acuerdo.
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