EU desconfía de Peña Nieto
Añadió que me preocupa que nuestra relación esté llegando a su punto más alto con el inminente cambio en la oficina de la Presidencia.
Revista EMET
En los Estados Unidos, la cúpula del Partido Republicano y sus legisladores federales manifiestan inquietud y preocupación porque el candidato presidencial del PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, en caso de ganar la Presidencia de México, como lo señalan las últimas encuestas, realice cambios cruciales a la actual estrategia dictada desde el Departamento de Estado, lo que obligaría a los militares estadounidenses y sus agencias de inteligencia a una reconfiguración de la “guerra contra el narcotráfico” en su traspatio. No hay que olvidar que los Estados Unidos comprometieron 1,400 millones de dólares para apoyar las labores antinarcóticos de Felipe Calderón, que han dejado más de 60 mil muertos desde el 2006 a la fecha, costo que no les ha importado dado que han logrado mantener abastecido el mercado de estupefacientes de más de 30 millones de adictos y logrado que las ganancias por el narcotráfico, alrededor de 40 mil millones de dólares anuales, se “laven” y queden en el sistema financiero estadounidense.
La atención de la opinión pública del pueblo norteamericano esta concentrada en aspectos secundarios y no de fondo del problema del tráfico de estupefacientes desde América Latina hacia su territorio, y en las disputas políticas entre demócratas y republicanos: así, mientras el presidente Barack Obama invocó este miércoles la autoridad de “privilegio ejecutivo” para mantener confidenciales los documentos sobre el polémico y fallido operativo de trasiego de miles de armas a México, conocido como “Rápido y furioso”, el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes aprobó una resolución de censura contra el fiscal general, Eric Holder, por ese hecho. Totalmente de lado se ha dejado el fracaso del gobierno de Barack Obama en el combate al consumo de estupefacientes en su territorio.
La administración de Obama, en una carta dirigida al representante republicano Darrel Issa, indica que el fuero se aplica a los documentos que explican cómo se enteró el Departamento de Justicia de que había problemas con la operación de trasiego de más de dos mil armas a México para rastrearlas hasta las manos de los sicarios al servicio de los cárteles del narcotráfico. El subsecretario de Justicia, James Cole, reportó que “el presidente ha ejercido su fuero ejecutivo” y expresó que “lamento que hayamos llegado a este punto después de los muchos pasos que hemos dado para responder a las inquietudes del Comité para satisfacer los intereses legítimos del Comité”. Darrel Issa, presidente del Comité de Supervisión, señaló que la declaratoria es insuficiente para poner en suspenso el voto de desacato.
En efecto, el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes aprobó –con 23 votos a favor y 17 en contra- la resolución de censura contra el fiscal general, Eric Holder, por su negativa a entregar más documentos sobre la operación de “Rápido y furioso”, exigidos en octubre pasado, y que estuvo a cargo de la Oficina para el Control del Alcohol, el Tabaco y las Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés). Cabe destacar que a los legisladores les preocupa el hecho de que las armas adquiridas dentro de dicha operación fueron a parar a los cárteles de la droga mexicanos. El punto neurálgico es que dos de ellas fueron halladas en la escena del asesinato del agente estadounidense de la Patrulla Fronteriza, Brian Terry, en diciembre de 2010. La resolución de 48 páginas deberá ser votada ahora –seguramente la próxima semana- por el pleno de la Cámara Baja. Si la aprueba el pleno donde los republicanos tienen mayoría, se abriría una larga y tortuosa batalla legal entre el Congreso y la administración de Obama.
Durante la audiencia en el subcomité de crimen, terrorismo y seguridad interna de la Cámara Baja de EU, quedó de manifiesta la preocupación sobre un eventual triunfo del candidato priísta a la Presidencia de México, Enrique Peña Nieto, que representaría una regresión en la política antinarco del país, ya que el mexiquense ha señalado como prioridad reducir la violencia en lugar de capturar capos, según el congresista republicano por Wisconsin, James Sensebrenner. Este legislador señaló que “cuando estuvo en el poder, el PRI redujo al mínimo la violencia haciéndose de la “vista gorda” ante los cárteles”. El actual presidente Felipe Calderón cambió esa estrategia y combatió agresivamente al crimen organizado”.
Añadió que “me preocupa que nuestra relación esté llegando a su punto más alto con el inminente cambio en la oficina de la Presidencia. El señor (Peña) Nieto no enfatiza el decomisar cargamentos de drogas o capturar capos”. También recordó que recientemente el abanderado priísta le dijo al periódico New York Times que mientras México continuará trabajando con EU, no se debe subordinar a las estrategias de otros países. Más aún, enfatizó que su prioridad será la reducción de la violencia y no desmantelar a las organizaciones criminales”. Y razonó que “desde cualquier punto de vista esto suena a una regresión a las antiguas políticas del PRI. Obviamente no tenemos ningún voto en la próxima elección mexicana y nuestra única esperanza es que sea libre y justa”.
En ese mismo subcomité., la titular de la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA), Michelle Leonahart, destacó que la extradición de 230 personas desde 2010 en el marco de una cooperación antidrogas sin precedentes ha logrado que un buen número de los extraditados no puedan seguir dirigiendo cárteles en México tras haber recibido sentencias condenatorias en Estados Unidos. A juicio de esa funcionaria, la detención de líderes de carteles ha resultado de gran utilidad para México porque neutraliza a “esas personas con poder para corromper funcionarios gubernamentales mexicanos”.
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