“En Neza compraron muchos votos, pero triunfó la dignidad del pueblo”

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Habitantes de Ciudad Nezahualcóyotl acudieron a la Plaza de la Esperanza para mostrar su respaldo a Andrés Manuel López Obrador y aportar sus testimonios sobre la compra de votos por parte del PRIFoto Jesús Villaseca
Blanche Petrich
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de julio de 2012, p. 7
Ciudad Nezahualcóyotl, Méx., 29 de julio. El Parque de la Esperanza, en este municipio fronterizo con Iztapalapa, no se parece, ni de lejos, al Zócalo capitalino, con su enorme latido político. Es pequeño, con una fuente seca y sucia, bancas de concreto y perros pulgosos. Este domingo los niños no interrumpieron sus juegos en los columpios. El mercado aledaño siguió con su ritmo habitual, con las familias haciéndose de vituallas baratas para una población mayoritariamente inscrita en la economía informal, si no es que en el crudo desempleo. Fue aquí, ante no más de 3 mil personas, donde Andrés Manuel López Obrador decidió salir a la movilización popular, por primera vez, a cuatro semanas de distancia del día electoral.
La protesta contra unas elecciones que no fueron ni libres ni limpias, en palabras de AMLO, seguirá una ruta muy distinta a la de las concentraciones multitudinarias y los plantones de 2006. Siguiendo la huella de la campaña pie a tierra, ardua y enfocada a tejer organización social, López Obrador optó hoy por este espacio perdido en la interminable cuadrícula de cemento y concreto de Neza, el territorio más densamente poblado de México. Mítines pequeños, cara a cara con sus seguidores, intensa la participación ciudadana.
En este distrito electoral 31 fue donde se produjo el primer brote del escándalo Soriana-PRI, cuando los pobladores de los barrios sobrepoblados cruzaron en masa hacia rumbos de Cabeza de Juárez, pocos días después de las elecciones, a cambiar por mercancías las tarjetas de débito entregadas por el PRI, a cambio de su voto por Enrique Peña Nieto, provocando tumultos inéditos en las cajas de cobro. Aquí, a pesar de todo, López Obrador le ganó al priísta Enrique Peña Nieto por nueve puntos porcentuales, 46 contra 37 por ciento, según los conteos oficiales del Instituto Federal electoral (IFE).
Por eso AMLO decidió arrancar en este parque –calle Cielito Lindo esquina con calle Dos– la consulta popular para nutrir con pruebas y testimonios la impugnación de los comicios presidenciales. Por gratitud y reconocimiento. Porque en el estado de México, y principalmente en los distritos regionales de Neza, Chimalhuacán, Chalco, Amecameca y Tlalmanalco –orillas de las tierras mexiquenses que son el bastión de Enrique Peña Nieto–, según las cifras del Movimiento Progresista, se compró una quinta parte de los cinco millones de votos envenenados que sostienen el presunto triunfo del priísta.
“Porque aquí –diría un AMLO cálido, cariñoso casi– no pudieron; porque aquí, con todo su dinero, no les alcanzó para comprarlos, Porque aquí pudo más la dignidad de ustedes”.
De parte del padrino
La asamblea informativa arrancó cerca del mediodía, sin figuras de la política nacional en escena. Tomaron el micrófono los ciudadanos: el señor que analiza que la venta de votos masiva, una vergüenza nacional, pudo ocurrir porque la mayoría de los mexicanos tienen el estómago a medio llenar. Se luce David, el niño orador, que arenga al respetable con frases como México quiere a López Obrador, no a ese tonto copetudo. Y la abuela que se para por primera vez en un templete, sin soltar la bolsa de la compra, para decirle al IFE y al tribunal electoral: No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír. Pura sabiduría de esta mujer que viene de la colonia Norte, en Valle de Aragón.
En las mesas instaladas para recabar pruebas de la compra ilícita de votos se identifica una mujer, anota nombre, dirección y número de credencial de elector. Y presenta su prueba: un vaso de vidrio grabado que dice: Mi graduación, junio 2012. Mi padrino: Peña Nieto. Redacta de su puño y letra su testimonio. Explica que todas las secundarias y primarias del municipio tuvieron como padrino de graduación al candidato del PRI, a quien, por cierto, nunca vieron. En su nombre les entregaron uniformes, útiles escolares y el vaso conmemorativo, de parte del padrino.
Desde el templete, AMLO explica cómo va el proceso de impugnación. Cada vez están saliendo más cosas. Porque ahora tenemos una ventaja: existen las redes sociales y con ellas la verdad no se puede ocultar. Explica paso a paso la estrategia a seguir, el objetivo de anular la elección, de ampararse en la Constitución para nombrar un presidente interino mientras se organizan nuevos comicios, esta vez legales. “Esto no nos va a desestabilizar –asegura–; al contrario, desestabilizar es permitir que reine la corrupción”.
Insiste: tenemos las pruebas para demostrar que no se cumplió con el artículo 144; que se usó mucho dinero de procedencia ilícita para comprar conciencias y votos.
En su turno ante el micrófono, el coordinador regional de la zona oriente del estado por el Movimiento Progresista, Antonio Jiménez, informa que sólo en el distrito 31 se recogieron 8 mil 700 tarjetas de Soriana, entregadas voluntariamente por la gente, y se recabaron 8 mil 700 testimonios que describen la mecánica de la compra y coacción del voto.
Al fondo del parque está el periódico mural, donde con tarjetas Soriana se dibujó una silueta del territorio nacional y un letrero: La nación no se vende. Se exhiben decenas de testimonios. Con la firma de puño y letra de cada quien, muy al estilo del ex gobernador mexiquense.
Ahí refiere, por ejemplo, Angélica Cruz Gallardo, de la avenida Chimalhuacán: A mi vecina Cecilia una señorita que se identificó como trabajadora del PRI le proporcionó una tarjeta para cada miembro de su familia, para canjear en Soriana. El compromiso era votar por el PRI.
Dos hermanas, Karina y Claudia Zárate Sánchez, declaran que en su casa se organizaron reuniones de vecinos para proponer el canje de votos por tarjetas de consumo; que a ellas les pagaron 2 mil 500 pesos a cada una por vigilar durante medio día una casilla. A cada elector que mostrara con su celular la boleta marcada por Peña Nieto le pagaban 500 pesos. Pero nosotros votamos por AMLO. Y Víctor Hernández asienta: A mi puerta nunca tocaron, porque nosotros teníamos ahí nuestros cartelones de Morena (Movimiento Regeneración Nacional).
Con el paso de las horas, participar con testimonios en el recurso de impugnación parece una cuestión de honor entre estos vecinos. Después del mítin, en las mesas donde se recaban las pruebas para la impugnación el trabajo es intenso.
Resuena lo que López Obrador decía minutos antes, desde el templete: Podrán tener el dinero, pero no tienen el respaldo sincero del pueblo.

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