De Calderón a Peña: México será el hogar de la barbarie por 6 años más
Por
eso estas elecciones eran definitorias, quizá hace 6, 12 o 18 años, la
devastación aún no llegaba a los grados tan severos en que se encuentra
ahora
La pasada elección del primer domingo de
julio, tenía una diferencia cualitativa con respecto a cualquier otra
elección reciente, la situación crítica y los momentos decisivos que
vive tanto México como la región y el mundo, le daban esa característica
especial.
Ya son tres largas décadas de la aplicación de un modelo económico atroz y destructivo (salvo para los de arriba), que ha dejado resultados desastrosos, como por ejemplo la cruda pobreza que sigue barriendo con las esperanzas de bienestar de millones de mexicanos, como lo deja ver la nota de Revista EMET, que nos señala, que solo en el sexenio de Calderón, se han creado seis nuevos pobres por minuto, muchos de los cuales se encuentran en la pobreza alimentaria, en la abierta desnutrición.
Por eso estas elecciones eran definitorias, quizá hace 6, 12 o 18 años, la devastación aún no llegaba a los grados tan severos en que se encuentra ahora, y el país podía “aguantar” un poco más. Hoy no es lo mismo, el país ha llegado al punto de sufrir el reciente desabasto de huevo (por distintas razones como lo son la especulación con los alimentos que hacen ciertas corporaciones o el total abandono del campo y la falta de créditos baratos para los productores), y se anuncia un importante desabasto de maíz para finales de este año y principios del próximo.
En tema de seguridad, el imperio de la violencia y el narcoterror sigue extendiendo su poder por todo el país, desgarrando el tejido social y dejando miles de víctimas a su paso. En fin, sería completamente innecesario enlistar los problemas de seguridad que todos ya conocemos, sufrimos y padecemos.
Y así como los anteriores, podríamos pasarnos llenando cuartillas enteras describiendo los problemas económicos, políticos, educativos y sociales que nos aquejan como sociedad. De ahí la importancia que tenía la elección presidencial para darle un giro a la situación, para darle un respiro al país y empezar a construir una nueva realidad que le devolviera la esperanza a los millones que han sido hundidos en la desesperanza.
Era un combate no solo político, era un combate entre la posibilidad del bien común y la continuidad de la feroz desigualdad, entre el bienestar y la miseria, era un combate, como reza el título de un documental, entre la barbarie y la esperanza.
Para desgracia de las mayorías y para la dicha de una ridícula minoría de explotadores, han vuelto a triunfar, han vuelto a hacer de México uno de sus lugares predilectos, la desesperanza, la desigualdad y la barbarie.
Twitter: @alfredordz_
Ya son tres largas décadas de la aplicación de un modelo económico atroz y destructivo (salvo para los de arriba), que ha dejado resultados desastrosos, como por ejemplo la cruda pobreza que sigue barriendo con las esperanzas de bienestar de millones de mexicanos, como lo deja ver la nota de Revista EMET, que nos señala, que solo en el sexenio de Calderón, se han creado seis nuevos pobres por minuto, muchos de los cuales se encuentran en la pobreza alimentaria, en la abierta desnutrición.
Por eso estas elecciones eran definitorias, quizá hace 6, 12 o 18 años, la devastación aún no llegaba a los grados tan severos en que se encuentra ahora, y el país podía “aguantar” un poco más. Hoy no es lo mismo, el país ha llegado al punto de sufrir el reciente desabasto de huevo (por distintas razones como lo son la especulación con los alimentos que hacen ciertas corporaciones o el total abandono del campo y la falta de créditos baratos para los productores), y se anuncia un importante desabasto de maíz para finales de este año y principios del próximo.
En tema de seguridad, el imperio de la violencia y el narcoterror sigue extendiendo su poder por todo el país, desgarrando el tejido social y dejando miles de víctimas a su paso. En fin, sería completamente innecesario enlistar los problemas de seguridad que todos ya conocemos, sufrimos y padecemos.
Y así como los anteriores, podríamos pasarnos llenando cuartillas enteras describiendo los problemas económicos, políticos, educativos y sociales que nos aquejan como sociedad. De ahí la importancia que tenía la elección presidencial para darle un giro a la situación, para darle un respiro al país y empezar a construir una nueva realidad que le devolviera la esperanza a los millones que han sido hundidos en la desesperanza.
Era un combate no solo político, era un combate entre la posibilidad del bien común y la continuidad de la feroz desigualdad, entre el bienestar y la miseria, era un combate, como reza el título de un documental, entre la barbarie y la esperanza.
Para desgracia de las mayorías y para la dicha de una ridícula minoría de explotadores, han vuelto a triunfar, han vuelto a hacer de México uno de sus lugares predilectos, la desesperanza, la desigualdad y la barbarie.
Twitter: @alfredordz_
Alfredo Rodríguez - Opinión EMET
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