Desalojan Torre de Pemex por amenaza de bomba
La Torre de Pemex.
Foto: Eduardo Miranda
Foto: Eduardo Miranda
“Ante amenaza, aplicamos protocolo de seguridad en la torre ejecutiva de Pemex en la Ciudad de México”, publicó la paraestatal en su cuenta de Twitter, sin ofrecer mayores detalles.
En las inmediaciones de la Torre de Pemex, elementos de diferentes corporaciones policiacas montaron un operativo y ayudaron en el desalojo del personal.
En tanto, la paraestatal confirmó que hay una revisión integral de sus edificios para descartar la existencia de algún daño o artefacto.
El pasado 31 de enero, entre las 15:30 y las 15:45 horas, se registró una explosión en la Torre B2 de Pemex ubicada en la calle Marina Nacional de esta ciudad.
La versión oficial sobre las causas del accidente, en el que perdieron la vida 37 personas, no convenció a un segmento importante de la sociedad mexicana, incluyendo a la comunidad científica.
De acuerdo con especialistas consultados por la revista Proceso (1893), es inverosímil la versión de la Procuraduría General de la República (PGR) de que la explosión en el edificio B-2 del Complejo Administrativo de Pemex fue causada por concentración de gas metano.
Más aún, tras analizar la información emitida por las autoridades, peritos consultados por el semanario consideran que el estallido del 31 de enero fue producto de un sabotaje o un atentado.
La noche del 4 de febrero, en conferencia de prensa, el aparato gubernamental encabezado por el procurador Jesús Murillo Karam informó que la explosión que afectó al edificio B-2 fue producto de una concentración de gas natural que detonó a raíz de una chispa producida por los tres trabajadores que daban mantenimiento a los pilotes del complejo.
Esa versión fue sostenida por peritos españoles, estadunidenses, de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional –expertos en explosivos y en estructuras colapsadas– que fueron llamados por el gobierno mexicano para que determinaran el origen de la explosión, en coadyuvancia con los expertos de la Secretaría de la Defensa, la Marina y la PGR.
El 7 febrero pasado, en una conferencia de prensa ofrecida en el auditorio 18 de Marzo de las oficinas centrales de Pemex, el perito Brian Dunagan, vicepresidente de Integridad Operacional Global de la empresa británica SGS, entró en una serie de contradicciones al tratar de confirmar la versión: “La razón por la que están seguros de que fue gas metano es porque en este momento no hay una forma específica de diferenciar sobre el gas metano, no saben exactamente de dónde salió; es lo que están investigando porque pudo haber sido una acumulación”.
Explicó que investigan “qué otro tipo de gas pudiera haber estado ahí y que hubiera penetrado de manera muy lenta. Va a tomar un largo tiempo poder eliminar todo tipo de gases para saber con seguridad qué gas fue”.
Según Dunagan, para considerar que existe una concentración de metano es necesario encontrarlo en un nivel por arriba de 10%. Si hay mucho metano en el aire no hay suficiente oxígeno para causar una explosión. También indicó que una explosión ocasionada por metano no deja residuos, es una explosión “limpia”.
En este caso la explosión fue pequeña, por el bajo contenido de metano. “Por lo que no hubo fuego es porque la concentración de metano era muy poca y por eso se apagó rápidamente.
“Es poco común que se vea una acumulación de gas metano en un edificio tan grande. Fue un accidente desafortunado”, consideró el experto, quien tiene una maestría en administración de negocios por la Universidad de Texas en Austin.
En la conferencia de prensa también participó Mauricio Chequer, director industrial en México de la misma firma, quien expuso que como parte del análisis causa-raíz se investigan tres probables fuentes de la filtración del metano: El suelo, la red hidrosanitaria o un ducto de gas natural que está fuera de operación desde hace tiempo.
A su vez, un experto en física con reconocimiento internacional, quien pidió el anonimato para salvaguardar su situación laboral, declaró a Proceso: “No fue por gas, porque éste se incendia inmediatamente y todo lo inflamable se quema. Por el contrario, si fue un estallido provocado por explosivos, normalmente se crea una gran cantidad de aire en expansión que destruye las cosas por la presión, pero no las quema. No soy perito en explosivos pero creo que si no se quemó nada, o lo que se quemó fue muy poco, realmente fueron explosivos y no gases”.
Recordó el final del sexenio de López Portillo, cuando presuntamente explotaron las computadoras de Pemex: “En 40 años que tengo de trabajar con computadoras no he visto que una explote. Estaban interesados en destruir algo, pero nunca supimos qué y por qué. Lo seguro es que el objetivo fue borrar archivos”, dijo.
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