La Policía turca impide el regreso de manifestantes a la plaza Taksim con cargas y gas lacrimógeno

Las cargas han regresado a las calles de Estambul para evitar que miles de manifestantes accedan a la plaza Taksim.


El parque Gezi y la plaza adyacente permanecen blindadas por cientos de policías y miembros de la gendarmería turca, un cuerpo dependiente del ejército, que no han dudado en emplear gases lacrimógenos, cañones de agua y balas de goma contra quienes intentan acercarse a la zona.
Las calles cercanas al centro de las protestas de Estambul continúan cortadas y son escenario permanente de cargas y enfrentamientos entre manifestantes y agentes. Los antiditurbios turcos han disparado a primera hora de la tarde gases lacrimogenos en la céntrica calle Istiklal de Estambul, para impedir que un grupo de manifestantes se acercara a la plaza, tomada desde anoche por los agentes.
La Policía ha empleado vehículos blindados para cerrar la calle ante los manifestantes que siguen profiriendo cánticos de resistencia,mientras los comerciantes de la vía piden a los policías que no disparen más gas. Los canales de televisión turcos están emitiendo también imágenes de una multitud que marcha por Akaretler, en el distrito de Besiktas.

Batalla campal de madrugada

Estambul ha sido escenario a lo largo de toda la madrugada de una batalla campal que ha dejado decenas de heridos tras el violento desalojo del parque Gezi. La tensión no ha abandonado el centro de la ciudad hasta primeras horas de la mañana. Un amplio despliegue policial ha blindado el parque Gezi y sus inmediaciones con cortes de calles y puentes que han dejado atrapados a miles de ciudadanos.
Los medios turcos hablan de una de las peores noches de violencia desde que comenzasen las protestas antigubernamentales hace más de dos semanas en el país euroasiatico. Protestas, que se han extendido en forma de caceroladas y enfrentamientos con la Policía a todo el país. Según las autoridades de Estambul, la cifra de hospitalizados como consecuencia de la dura intervención policial ronda el medio centenar, aunque los manifestantes consideran que es muy superior.
La Policía, que ha vuelto a emplear cañones de agua, balas de goma y gas pimienta, ha contado en esta ocasión como novedad con el apoyo de miembros de la Gendarmería turca, un cuerpo dependiente del Ejército, que se ha desplegado por toda la ciudad. Los agentes no han empleado incluso gas lacrimógeno en el interior del hotel Divan, cercano a Taksim, en el que cientos de personas intentaban refugiarse. En su interior se han vivido escenas de pánico como consecuencia de la dureza de la actuación policial.
Con la llegada de las primeras luces del día, una columna de miles de manifestantes se ha desplazado desde la zona asiática de Estambul, en la que los incidentes han obligado a cortar algunas de las principales arterias comerciales, hasta la parte europea, en la que se encuentran Gezi y Taksim.
Los representantes del movimiento de protesta de Taksim han acusado al primer ministro, Recep Tayyim Erdogan, de “aplastar a su propio pueblo para satisfacer sus ambiciones autoritarias”. “Condenamos la violencia contra las mujeres, los niños y los ancianos que estaban en el parque”, han denunciado en un comunicado en el que han llamado a la población a participar en una gran manifestación a primera hora de la tarde.
El Diario

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