El operativo contra maestros, primer acto represivo del relevo de Gordillo: disidentes

Karina Avilés
 
Periódico La Jornada
Lunes 1º de julio de 2013, p. 11
 
El ingreso de la policía para ‘‘reventar’’ el congreso de renovación de la dirigencia magisterial en Chiapas, ‘‘además de ser el primer acto represivo del sucesor de Elba Esther Gordillo, Juan Díaz de la Torre, prueba que nada ha cambiado, pues en la práctica continúan las mismas tácticas gangsteriles, violentas, corruptas para frenar a toda costa el avance democrático en este gremio’’, dijeron maestros disidentes.
Sin embargo, fuentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) señalaron que el congreso podría reanudarse en cualquier momento, ya que está en ‘‘receso’’. Para los disidentes, lo anterior significa que el charrazo ‘‘puede concretarse de un minuto a otro’’.
Así, denunciaron la intervención del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, en los asuntos internos del sindicato, y la compra por parte de los charros ‘‘del SNTE’’ de delegados al congreso, a quienes les ofrecieron desde 30 mil hasta 150 mil pesos.
Agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), los profesores responsabilizaron de la agresión que dejó 29 detenidos y alrededor de ‘‘200 heridos’’ al secretario general del SNTE, Juan Díaz de la Torre, y a Velasco Coello. A este último por actuar en ‘‘respaldo y complicidad’’ con el charrismo sindical para imponer a la nueva dirigencia de la sección 7.
Los maestros destacaron su exigencia al SNTE de reponer el 26 congreso seccional extraordinario para elegir a su dirigentes en condiciones apegadas a cualquier proceso democrático, pues los hechos ocurridos el pasado sábado sólo demuestran que ‘‘lo único que cambió fue la persona, pero la política gangsteril es la misma’’, afirmó Daniel López, representante de dicha sección en la dirección política nacional de la coordinadora.
El docente indicó que en el desarrollo de este congreso ocurrieron las tácticas utilizadas en las últimas décadas en ese sindicato: enviar a los representantes del comité nacional para evitar cualquier avance de la disidencia, romper el evento en caso que sea necesario, comprar conciencias, controlar a delegados y ejecutar acciones violentas en contra de los maestros.
En este caso contó que el detonador de la ‘‘agresión’’ de los charros fue que la corriente disidente ganó ocho de los 12 secretarios de organización en las regiones. Esa situación los puso en alerta. En aras de romper el congreso, los enviados del CEN plantearon un receso; luego, se retiraron de la mesa de debates pero no regresaron, y al paso del tiempo, cuando los participantes exigieron el reinicio de los trabajos, los institucionales pidieron abandonar el congreso.
Por ello, el bloque democrático, al enterarse de esta situación, no permitió que las personas abandonaran el lugar. El SNTE, bajo el argumento de que los habían ‘‘secuestrado’’, pidió el ingreso de la fuerza pública, para lo cual contó con todo el respaldo político del gobierno de Velasco Coello, lamentó.
Por su parte, el magisterio disidente de Chiapas expresó: ‘‘Una vez más, queda demostrado que a pesar de la corrupción, del compadrazgo, del clientelismo, de la venta de plazas, de las grandes borracheras a sus incondicionales (del SNTE), de la asignación de préstamos e interinatos, los charros no pudieron alcanzar una mayoría de delegados, pues fueron 429 sufragios para el movimiento democrático y 363 para los oficialistas’’.

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