Niñas mexicanas diseñan helicóptero solar; autoridades mexicanas les negaron su apoyo
jueves, 4 de julio de 2013
Aunque
en su momento las autoridades no apoyaron la construcción del
artefacto, el trabajo de las tres niñas fue reconocido por una fundación
alemana.
Claudia Quevedo Montejo, Iyari Madrigal Badillo y Alejandra Puente León,
estudiantes mexicanas de secundaria, concursaron a finales del año
pasado, en el certamen internacional de la Fundación Conrad ”Desafío
Espíritu de Innovación”. Lamentablemente, no consiguieron los recursos
para construir su proyecto: un helicóptero que funciona con energía
solar.
Después del cambio de administración
en Tabasco, estado al sur de México, a principios del 2013, las niñas
obtuvieron diez mil pesos para construir el helicóptero a escala, y una
vez concluido, comprobaron que el artefacto en realidad funciona. La
Fundación Conrad reconoció a las tres niñas con un viaje a la NASA,
aunque, de haber conseguido el financiamiento en su momento, habrían
accedido a un premio de diez mil dólares, y a la construcción de su
helicóptero en tamaño real.
Alejandra Puente, una de las diseñadoras, declaró que dicho helicóptero
se trata de “un prototipo a base de paneles solares que empezamos a
diseñar desde agosto del año pasado y que prácticamente, en diseño,
lo teníamos listo cuando nos enteramos de la convocatoria, pero que no
concluimos cuando esperábamos que nos apoyara la Secretaría de Educación
(…) Habíamos hecho investigación, diseño, un plan de financiamiento y
un video para explicar nuestro proyecto, pero no terminamos el proyecto
con la elaboración del helicóptero, que ahora sabemos que sí vuela y que
si se construye en grande, sirve para llevar alimentos y agua a zonas
de sequía y no contamina”.
El caso anterior, se suma a los estudios publicados recientemente en Pijama Surf, en donde se comprueba que la Secretaría de Educación desalienta
o desaprovecha el talento de por lo menos el 96% de los niños mexicanos
con coeficientes intelectuales altos. La historia de estas niñas,
revela uno de los muchos casos en que emprendedores mexicanos, especialmente en el campo de la ciencia, carecen del apoyo para materializar o desarrollar sus investigaciones.
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