Requiere el país cambios para erradicar la corrupción, sostiene Lorenzo Meyer

Emir Olivares Alonso
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de octubre de 2013, p. 10 


La nacionalización del petróleo en 1938 fue el primer gran triunfo de México sobre Estados Unidos. Sin embargo, con la propuesta de reforma energética del gobierno de Enrique Peña Nieto se pretende abrir la industria energética a la participación de capital privado, con lo cual se daría marcha atrás a esa victoria.
El anterior fue uno de los planteamientos presentados durante el seminario sobre la reforma energética organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
También se dijo que, además de ser privatizadora, la propuesta del Ejecutivo federal, de modificar la Constitución, resulta contradictoria con las metas que México se ha comprometido a cumplir para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, pues se pretende elevar la producción de barriles diarios de un combustible fósil sólo por un beneficio mercantil.
En el seminario, el historiador Lorenzo Meyer, de El Colegio de México; y los universitarios Claudia Sheinbaum, del Instituto de Ingeniería; Rocío Vargas, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, y John Ackerman, del IIJ, se manifestaron contra las reformas planteadas por Peña Nieto. Mientras que Juan Pardinas Carpizo, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, se pronunció en favor.
Meyer planteó que el primer triunfo de México ante Estados Unidos fue la nacionalización de la industria petrolera. Consideró que si bien es necesaria una reforma en la materia, se debe atacar la raíz de la problemática en la industria: la corrupción.
Indicó que la iniciativa del gobierno federal –que permitiría la participación de capital privado en la industria energética y le quita al petróleo y la electricidad la categoría de sectores estratégicos– sólo propone trasladar el tema de la corrupción a otro plano. No plantea resolverlo, sólo transferirlo.
Para el historiador, México debe continuar con el control estratégico de esos recursos y ahorrarlos con la finalidad de poder definir su destino y no depender de agentes externos.
Jonh Ackerman afirmó que durante 30 años los gobiernos neoliberales han insistido en el mismo modelo económico que, entre otras cosas, plantea la privatización de los sectores estratégicos. Pero los hechos demuestran que esas políticas no le han funcionado al país, como la privatización de las comunicaciones y la banca, que sólo han dejado ganancias a los grandes capitales.
En la segunda mesa del seminario, Claudia Sheinbaum aseveró que la propuesta del Ejecutivo federal representa la regresión de la reforma de 1938, ya que se pretende arrebatar al Estado la exclusividad en toda la cadena relacionada con los energéticos y se realizarán contratos con particulares aprobados directamente por el gobierno, con lo que se dejaría fuera a Pemex.
La intención del gobierno es incrementar la producción de petróleo hasta 3.5 millones de barriles diarios, lo cual perjudicaría al medio ambiente, debido a que habría mayor producción de combustibles fósiles causantes del cambio climático, además de que se trata de un recurso no renovable que debe cuidarse.
Pardinas Carpizo sostuvo qye la reforma constitucional es viable y se debe incrementar la producción, porque el país tiene muchas necesidades y con el actual esquema los recursos petroleros no se usan para el bien social.
Agregó que con la entrada de capital privado a la industria energética los precios de los combustibles se reducirían y los ingresos nacionales se elevarían. Dijo que uno de los errores de México es subsidiar las gasolinas, pues se beneficia a quienes más tienen: el dueño de una camioneta Hummer recibe (por subsidio) al mes mil 800 pesos, mientras a un beneficiario de Oportunidades sólo le entregan mil 400.

Fuente

Comentarios