Brecha entre mexicanos ricos y pobres tardará 120 años en revertirse: Oxfam


 
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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Las cifras desmienten el triunfalismo que campea en la administración federal en la lucha contra la pobreza: durante los primeros cuatro años del sexenio de Enrique Peña Nieto el ingreso del 10% de los hogares más pobres del país creció apenas 10 pesos diarios –de 65 a 75 pesos–, una cantidad que no alcanza siquiera para comprar un kilo de tortillas.
El incremento resulta todavía más irrisorio cuando se calcula por integrante de los hogares más pobres: cada uno tuvo 2.72 pesos más en el bolsillo diario. En paralelo el valor de la canasta básica creció de siete pesos diario.
En 2016, la mitad de los hogares más pobres del país reportó ingresos de 5 mil 519 pesos mensuales, en promedio, lo que equivale a 184 pesos diarios por hogar y 50 pesos por persona cada día, si se considera que un hogar promedio tiene 3.67 integrantes.
En el otro extremo de la pirámide social, los hogares más ricos reportaron ingresos de 53 mil 606 pesos mensuales en promedio en 2016 –3 mil pesos más que en 2012– y, el mismo año, las 12 millones de personas más ricas del país concentraban el mismo ingreso que los 84 millones de mexicanos más pobres.
Diego Vázquez Pimentel, investigador en la organización Oxfam y autor de un reporte sobre la desigualdad presentado hoy, aseveró que en la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2016, el 10% de los hogares más ricos del país reportó ingresos 23 veces mayor al del 10% más pobre, que declaró ingresos mensuales de 2 mil 273 pesos en promedio.
La situación real es mucho más grave, pues la encuesta del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) subestima los ingresos de los más ricos. Al analizar los datos fiscales de los mexicanos, Julio Santaella, Gerardo Leyva y Alfredo Bustos –respectivos presidente e integrantes del instituto– descubrieron que el ingreso promedio de los hogares más ricos rebasa 55 veces el de los más pobres.
Durante un evento con algunos medios, Vázquez subrayó que, al ritmo actual, la brecha de la desigualdad en México tardará 120 años en revertirse. “Revertirse” no significa que los más pobres tendrán un ingreso similar a los más ricos; quiere decir que la brecha empeorará hasta el año 2137 y que a partir de esta fecha empezará a reducirse.
Según el informe de Oxfam, entre 2012 y 2016, los hogares mexicanos que integran los deciles séptimo, octavo y noveno –los que ingresan entre 13 mil y 22 mil pesos mensuales– sufrieron una reducción de su ingreso corriente, y ello sin tomar en cuenta la inflación ni la depreciación del peso.
En materia de desigualdad, “la película no ha cambiado en décadas”, deploró el investigador.
Luego sostuvo que la extrema desigualdad refuerza el poder del reducido grupo de mexicanos que acapara la mayor parte de la riqueza del país y “capturó” al Estado mexicano para mantener sus privilegios y pagar impuestos irrisorios.
También recordó que la fortuna de los cuatro hombres más ricos de México –Carlos Slim Helú, Germán Larrea, Alberto Bailleres y Ricardo Salinas Pliego– tiene su origen en la privatización o la concesión de sectores de la economía regulados y de su colusión con la élite política.
Ante este panorama desalentador, Vázquez insistió en la necesidad de reponer el tema de la desigualdad en el centro de la agenda pública, con miras a la determinación del presupuesto federal para el año entrante.
Igual estimó que la reducción de la desigualdad en México pasa por mayores captaciones de impuestos a los más ricos, un incremento de las inversiones en sectores clave como la educación y salud públicas, así como un aumento del salario mínimo.

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