Con el movimiento estudiantil nació una revolución que se quedó para siempre
▲ El ex rector de la UNAM Pablo González Casanova habló del legado del movimiento del 68 durante la inauguración del congreso Pensar con Marx Hoy.Foto Universidad Complutense
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de octubre de 2018, p. 8
Miércoles 3 de octubre de 2018, p. 8
Madrid. Pablo González Casanova, intelectual y ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que
El pensador mexicano inauguró en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) el Congreso Internacional Pensar con Marx hoy, por el 200 aniversario del nacimiento del autor de El Capital, acto en el cual se rindió homenajea los estudiantes asesinados en la Plaza de las Tres Culturas de Ciudad de México, que a 50 años del movimiento estudiantil de 1968 y de la matanza de Tlatelolco, vemos que esa nueva revolución que nació en medio del drama se quedó y ya nunca más se fue de nuestra sociedad, de nuestros movimientos sociales.
cambiaron para siempre las formas de lucha de la izquierda en América Latina.
La elección de la fecha de inicio del congreso en torno a la figura del legado teórico y crítico del pensador Karl Marx fue intencionada, para que coincidiera con el 50 aniversario de la matanza de Tlatelolco y se convirtió también en un homenaje al movimiento estudiantil de México de 1968, reconoció el catedrático Eduardo Sánchez Iglesias, uno de los organizadores del encuentro.
Es parte de la historia de nuestros pueblos y por eso era importante recordar ese octubre de 1968, que cambió la historia de los movimientos sociales en América Latina, explicó.
El congreso reunió a más de 100 docentes de 36 universidades de Europa, América Latina, África y Estados Unidos para analizar la obra de Marx desde un punto de vista actual y en temáticas como economía aplicada, política, sociología, periodismo y libertad de expresión, feminismo, sicología, filosofía, educación, ciencia, cultura, historia, ecología, derechos humanos, geopolítica e imperialismo, entre otros.
El responsable de abrir el congreso fue el también fundador y articulista de La Jornada, Pablo González Casanova, a quien el rector de la UCM, Carlos Andradas, presentó como
uno, si no el más importante pensador de la actualidad, al definirlo como un intelectual que ha sido implacable en desarrollar un pensamiento crítico a lo largo de sus 96 años de existencia. Marcos Roitman Rosenmann, también catedrático de sociología y discípulo suyo, presentó a González Casanova
como una joven promesa que nunca ha dejado de pensar, y que
ahora nos va a provocar para pensar nuestro tiempo y para hacerlo además desde la mirada crítica de Marx.
Cuando se registró la brutal represión en la Plaza de las Tres
Culturas, González Casanova era director del Instituto de
Investigaciones Sociales de la UNAM y conoció la noticia de la matanza
cuando salió de ver una obra de teatro. En su conferencia magistral, el
sociólogo mexicano señaló:
En su aportación, la que estuvo reflexionando con la mirada puesta en sembrar una semilla para la reflexión crítica, González Casanova advirtió que,
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Ahora que estamos celebrando los 50 años del movimiento de 1968, una de las aportaciones fue la presencia de la juventud como un todo. Con los jóvenes apareció el amor, la alegría, la fiesta, el baile y apareció otra revolución. Eso se quedó y no se fue de nuestros movimientos sociales. Fue cuando asumieron la lucha de clases que habíamos hecho los mayores y dijeron que ellos además harían su lucha por la libertad, la justicia y la democracia. Además, se asumió la idea de que la democracia debe radicar en el pueblo y pensamos la democracia como un poder del pueblo, no como una mediación del Estado y de los grupos que lo controlan. El 68 fue un nuevo ejemplo de lucha y de alegría en la lucha, pero con el objetivo de crear una red de redes como la que han construido ahora los zapatistas.
En su aportación, la que estuvo reflexionando con la mirada puesta en sembrar una semilla para la reflexión crítica, González Casanova advirtió que,
en este momento, en número es mucho mayor la cantidad de despojados o desplazados en éxodo y mucho mayor el de los que han muerto en los desiertos, las selvas o en los lagos, que los que mató Hitler en los campos de concentración. Y eso no podemos ignorarlo.
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