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“Los derechos no se consultan, ¡se respetan!”: opositores al NAIM


El rechazo al NAIM se vivió en todo momento por parte de los presentes a la mesa de trabajo con equipo de AMLO. Foto: Benjamín Flores

PROCESO

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Cuatro integrantes del futuro gobierno de Andrés Manuel López Obrador se pronunciaron este miércoles “por el lago de Texcoco” para construir ahí la nueva terminal aérea internacional.
“Nosotros preferimos el lago”, soltó Alejandro Encinas, futuro subsecretario de Derechos Humanos en la Secretaría de Gobernación (Segob), y explicó que el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) –el megaproyecto más oneroso de la administración saliente de Enrique Peña Nieto– resulta un “monumento a la corrupción” y un “enorme error por el lado que se vea”.

En la misma línea se pronunciaron María Luisa Albores –futura secretaria de Bienestar, que sustituirá a la Sedesol–, Jesús Ramírez Cuevas y Adelfo Regino Montes, quienes fungirán como coordinador de Comunicación Social y titular del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, respectivamente.
Los integrantes del próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador se comprometieron a realizar una visita de manera directa e indirecta a los pueblos afectados por las obras del NAIM. “Para que se ensucien los zapatos”, dijo un poblador que se encontraba en el público.

Ello ocurrió durante un largo encuentro que sostuvieron representantes de pueblos afectados por el NAIM y siete futuros secretarios de Estado, en el marco de las “mesas de trabajo” que el gobierno entrante realiza con los actores involucrados: empresarios a favor del proyecto, ingenieros, expertos ambientales y pueblos afectados (en contra).
Estas mesas de trabajo culminarán el próximo domingo 28 con una “consulta ciudadana” que sellará el destino del megaproyecto.
Javier Jiménez Espriú, futuro secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), no pudo detallar cómo se llevará a cabo dicha consulta, pero prometió que se escuchará a “todos los mexicanos” y que la consulta será “informada”.
Para los representantes de los pueblos del oriente del Estado de México que participaron en el evento, la única consulta legítima es la que debió realizarse con las comunidades indígenas afectadas, de manera previa, libre e informada, como lo establecen los tratados internacionales que ratificó México.
“No es posible que ustedes le den más atención al poder empresarial y no a los pueblos, que permitan que ellos tengan todo y nosotros nada”, dijo Felipe Álvarez, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT). Y advirtió: “Si no hace justicia a los pueblos, vamos a creer que este gobierno es más de lo mismo”.
Asimismo, exigió a la próxima administración “que no agarre las herramientas que el gobierno corrupto de Enrique Peña Nieto utilizó y sigue utilizando para despojarnos de nuestras tierras”. Luego, dirigiéndose a los futuros secretarios, soltó: “No quieran pagar los platos rotos que ustedes no han quebrado”.
Y en un tono provocativo pidió: “Hagamos una consulta para que repartamos la fortuna de la dinastía Slim entre nuestros pueblos”, en referencia al magnate cuyas empresas recibieron los contratos más jugosos para la construcción del NAIM.
Tras señalar a las empresas de los magnates Slim, Carlos Hank Rhon, Rolando Cantú Barragán –presunto primo de Juan Armando Hinojosa Cantú– o Hipólito Gerardo Rivero –cuñado del expresidente Carlos Salinas de Gortari–, Vicente García de Jesús, un poblador de Chalco, lanzó: “¿Nos quedará duda de a quién beneficia esta obra?”.
Luego sostuvo que los empleos vinculados con el NAIM “son temporales, mal pagados y bajo esquemas de subcontratación”.
Jiménez Espriú negó que el próximo gobierno dé más importancia a los empresarios, deploró que las consultas a los pueblos indígenas no fueran “libres y previas”, e insistió: “Lamentablemente estamos ante la vía de los hechos, ya con bastantes pasos adelante”.
El próximo titular de la SCT resaltó la importancia de “tomar la mejor decisión para la nación”, y recordó que en materia de costos “hay muchas cosas que no están claras”, pues “el incremento ha sido verdaderamente fenomenal”.
Añadió: “Yo suscribo con los ingenieros: casi no hay obras imposibles, pero hay obras incosteables”.
Al final del evento, cuando un niño le preguntó si se pronunciaba a favor del NAIM o del lago de Texcoco, el político evadió con una retórica ambigua: “Yo creo en la juventud, la niñez y los mexicanos, estaré con lo que digan gente como tú, como tus papás”.
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Diálogo
El evento arrancó después de un minuto de silencio en homenaje a Jesús Javier Ramos Arriola, el activista opositor al NAIM y defensor del cerro del Tenayo, quien el pasado 28 de septiembre fue asesinado en su domicilio de un balazo en la cabeza. Durante aproximadamente tres horas afloraron los casos de injusticia, represión y criminalización que han sufrido las comunidades opositoras a lo largo de los últimos 17 años de resistencia.
Se rememoró la violenta represión contra pobladores y mujeres de Atenco en 2006 –avalada por el entonces gobernador Enrique Peña Nieto, a quien los afectados piden se juzgue por delitos de lesa humanidad–; los asesinatos y agresiones contra activistas, perpetrados por grupos de choque; las “políticas de racismo” y los despojos de tierras, o la corrupción de comisarios ejidales y procuradores agrarios.
“Cada administración llegó con su veneno a corromper nuestro tejido social”, deploró América del Valle, activista de Atenco.
Los pobladores subrayaron que el NAIM “no tiene base legal en materia ambiental” –pues sus impactos rebasan los contemplados en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA)–, y su construcción violó los derechos de los pueblos indígenas sobre sus territorios.
De hecho, el abogado Sandino Rivero recordó a los futuros funcionarios que al asumir el poder el próximo 1 de diciembre heredarán varias demandas contra el NAIM, entre ellas un juicio de amparo contra la construcción, interpuesta por 80 indígenas en 2015. “Parece que la voluntad política está dada, está en la mesa”, dijo.
En el patio del Club de Periodistas, ubicado en el Centro Histórico capitalino, los pobladores, machete en mano, se levantaban a menudo para gritar consignas en contra del megaproyecto. “¡Lago sí, proyecto no!”, “¡Tierra sí, aviones no!”, “La decisión de los pueblos no es una opinión”, los gritos que rebotaron en el espacio.
Hilda Fernández Beltrán, habitante de Ixtapaluca, deploró la devastación del cerro El Elefante y denunció la “voracidad de los poderosos” en el NAIM, que calificó como “proyecto colonizador que provoca un ecocidio, un uso irracional de los recursos naturales y la destrucción de nuestro entorno vital, un proyecto que viene acompañado de violencia y muerte”.
Según la activista, el proyecto del NAIM no evalúa los costos de “seguir enriqueciendo a mafias político-empresariales”, y preguntó: “¿Cuánto cuesta un ecocidio?”.
Los representantes de los pueblos también afirmaron que las obras del NAIM están devastando cerros enteros, y detallaron que para sacar el tezontle, que sirve para llenar la losa de cimentación del aeropuerto y evitar que se hunda, operan más de 150 minas, cuando la MIA sólo autorizó 16.
En ello coincidió Josefa González Blanco Ortiz Mena, la futura encargada de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), al reconocer que las consecuencias ecológicas y medioambientales del proyecto “pueden ser catastróficas a largo plazo”, y reiteró que “el derecho humano al agua está por encima del desarrollo económico de unos cuantos”.
Sin embargo, cuando informó que la próxima semana se reunirá con expertos ambientales para “tomar una decisión conjunta, consensada”, las voces del público se elevaron para reclamarle: “La decisión está tomada, el aeropuerto a la chingada”. Y una pobladora añadió: “Los derechos no se consultan, ¡se respetan!”.
En su turno, Encinas exhortó a los pobladores a apoyar a López Obrador. “Necesitamos un respaldo fuerte para llevar a cabo acciones contra la corrupción y la represión, y por esto hacemos este proceso de consulta, para que se vuelva una fuerza de campo para combatir estos proyectos”.
María Luisa Albores, quien tomará las riendas de la Secretaría del Bienestar, recordó que ella viene del movimiento de la Sierra Oriental de Puebla, y soltó: “Yo prefiero la vida, y la vida es el lago y son ustedes”.
Y, tras criticar “las estructuras de despojo”, añadió: “Aquí hay decisiones tomadas, y como instituciones tenemos que escuchar y respetarlas”.
Román Meyer Falcón, próximo titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), admitió que “no ha sido un proceso claro desde un inicio”, y aseveró: “No queda claro si tendríamos los recursos urbanos en el caso de que la obra se lleve a cabo”.
“¡No al aeropuerto señor, no lo queremos!”, rechazó un poblador en el público.
En el evento también participaron otros pueblos afectados por las “obras complementarias” al NAIM, como el Tren Interurbano México-Toluca, otro megaproyecto que lanzó la administración de Peña Nieto. Adriana Torres, vecina de la delegación Álvaro Obregón, destacó que dicha obra afecta a tres vasos reguladores de la Cuenca del Valle de México.
Jesús Ramírez Cuevas aseguró que la próxima administración escuchará a los pueblos indígenas y afirmó: “Es una muestra de lo que va a ser la cuarta transformación”. Asimismo, condenó el “uso de la violencia” y la “represión” contra los pueblos en resistencia, así como la violación de las mujeres de Atenco.

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