Piñera cancela cumbres de APEC y clima por el conflicto en Chile

La crisis empeora y el gobierno apuesta al desgaste, señala experto
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▲ Sebastián Piñera, presidente chileno (a la izquierda), y el ministro del Exterior, Teodoro Ribera, ayer en el palacio de La Moneda.Foto Afp
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Periódico La Jornada
Jueves 31 de octubre de 2019, p. 27
Santiago. Ni en la peor de sus pesadillas el presidente Sebastián Piñera se soñó obligado por la profundidad de la crisis social y política que estremece a Chile a salir a anunciar que su gobierno desiste de ser anfitrión de las próximas cumbres del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) y de la 25 Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25).
Nuestro gobierno, con profundo dolor, ha resuelto no realizar la cumbre de APEC que estaba programada para noviembre, y tampoco la reunión de la COP, que estaba programada para diciembre, declaró muy afectado, flanqueado por el canciller Teodoro Ribera y la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, a cargo de la organización de la COP.
Se trata de un durísimo golpe personal y político para Piñera, quien en los últimos meses procuró mayor protagonismo internacional no exento de fracasos rotundos, por ejemplo, su papel en los acontecimientos de Cúcuta, en febrero pasado, destinados a derrocar el régimen de Nicolás Maduro; o bien cuando pretendió interceder en la áspera disputa entre los presidentes de Francia y de Brasil por los incendios en la Amazonia; también ha sido un revés para Chile, cuya imagen como destino seguro ha venido cayendo conforme distintos gobiernos advierten a sus ciudadanos de los riesgos que corren de viajar a acá. El mercado bursátil cerró con una baja de 2.8 por ciento en las acciones preferentes y el peso se devaluó 1.6 por ciento para cerrar en 739.5 respecto del dólar.
La perspectiva de que, primero la APEC y después la COP 25 se convirtieran en un espectacular anfiteatro mundial para edificar, con renovados bríos, una representación de masivas protestas con cientos de miles de personas en la calle, sin ninguna capacidad de controlarlas y con impredecibles posibilidades de violencia, terminaron por hacer evidente que es mejor pasar ahora por la humillación de replegarse.
La cumbre de líderes de APEC se realizaría en Santiago el 16 y 17 de noviembre, reuniendo a los gobernantes de Australia, Brunei, Canadá, Chile, China, Hong Kong, Indonesia, Japón, República de Corea, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Filipinas, Rusia, Singapur, Taipei, Tailandia, Estados Unidos y Vietnam. Estas economías en conjunto representan 40 por ciento de la población mundial; 60 por ciento del PIB global y 50 por ciento del intercambio comercial total.
La COP 25, en tanto, sería del 2 al 13 de diciembre, con participación de los 193 países de Naciones Unidas, pero adicionalmente vendrían unos 25 mil delegados de la sociedad civil. Para este acto, el gobierno presupuestó 35 millones de dólares (40 por ciento a cargo de privados) y ha estado construyendo instalaciones en un ex aeropuerto ubicado en la Comuna de Cerrillos, aledaña unos 7 kilómetros al centro de Santiago.
El presidente fue explícito al asegurar en que tomó la decisión dadas las difíciles circunstancias que ha vivido nuestro país en las últimas semanas, y considerando que nuestra primera preocupación y prioridad como gobierno es concentrarnos absolutamente en restablecer plenamente el orden público, la seguridad ciudadana y la paz social.
Agregó que su deber ahora es dar urgencia y fuerza a lo que describe como nueva agenda social, y prometió impulsar un amplio y profundo proceso de diálogo con las fuerzas políticas. Por la tarde, después de visitar a carabineros (policías) lesionados en las protestas, anunció que invitó a los presidentes de los partidos opositores con representación en el Parlamento a una reunión este jueves con el ministro del Interior, Gonzalo Blumel. Consultado acerca de avanzar en reformas estructurales, Piñera no descartó ninguna medida; estoy abierto a considerarlas todas, pero después de que avancen los paliativos que anunció la semana pasada. Vamos a analizar las reformas estructurales una vez que hayamos escuchado con atención a todos los chilenos, afirmó.
El magistrado Lamberto Cisternas, portavoz de la Corte Suprema de Justicia, indicó que a estas alturas (de la crisis), la reforma constitucional es una salida viable, para lo cual debe consensuarse un mecanismo de plebiscito.
Cristián Fuentes, politólogo de la Universidad Central, estimó que la renuncia a ser sede de cumbres internacionales obedece a que el gobierno es incapaz de ofrecer una seguridad mínima tanto de índole política como de administración de las conferencias, sobre todo la COP, que es un acto muy grande. Esto es un gran golpe para la imagen de Chile, pero refleja la realidad y el pésimo manejo de la crisis política y social.
Fuentes recordó que las avanzadas diplomáticas y de seguridad enviadas a Chile, con seguridad reportaron lo que está ocurriendo, además de que las embajadas están informando de manera permanente y tienen una idea clara de lo que pasa.
Respecto de la evolución de la crisis, el analista menciona que una lucecita en el oscuro túnel es la idea de un plebiscito para generar una nueva Constitución, algo que necesariamente pasa por la generación de un marco legal, o sea, depende del Congreso. Hasta ahora lo que el gobierno ofrece es absolutamente insuficiente y la movilización social va a continuar, advirtió.
La crisis ha empeorado y el gobierno parece que sigue apostando al desgaste, pero pueden pasar semanas y meses antes de que el movimiento acuse señales de cansancio, advirtió.
Ayer continuaron las manifestaciones pacíficas por todo el país; los gremios de la salud y los profesores realizaron jornadas de paro, a la vez que hubo enfrentamientos entre jóvenes encapuchados y la policía, saqueos y vandalismo.

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