Proyecto Hidroeléctrico Puebla 1 avanza con hostigamiento y criminalización,: ONG

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Por defender y dar acompañamiento jurídico a tres comunidades totonacas ubicadas en San Felipe Tepatlán, Altica y San Mateo Tlacotepec, en la Sierra Norte de Puebla, que se oponen a la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Puebla 1 (PHP1), integrantes de Fundar, el Consejo Tiyat Tlali y el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec) han sufrido hostigamiento, criminalización e intimidación, denunciaron.


La construcción del megaproyecto está a cargo de la empresa Deselec 1, de grupo Comexhidro, señalaron. En conferencia de prensa, Itzel Silva, abogada de Fundar, explicó que las acciones de hostigamiento comenzaron en 2016, después de que las tres organizaciones presentaron una demanda de amparo para cancelar el Proyecto y se les otorgó la suspensión de éste.
La abogada señaló que las primeras acciones se hicieron en contra de las financiadoras de Fundar, ya que el líder del grupo conformado por integrantes de las comunidades que señalan estar a favor de la construcción, Héctor Muñoz, entregó a dichas entidades una carta en la que descalificó el trabajo de la organización y además, aseguraba que ésta y el Consejo Tiyat Tlali incitaban la violencia en las comunidades.
Posteriormente se realizaron descalificaciones a través de un medio local hacia una de las integrantes de Imdec, Silvia Villaseñor; así como a uno de los peritos que realizó peritajes para contribuir a las investigaciones del juicio. A éste se le acusó de ser un “hombre que incitaba a la violencia en las comunidades, agitador y desestabilizador social”.
Luego de esto se abrió una carpeta de investigación en contra de las abogadas de Fundar Itzel Silva y Diana Pérez, por las acusaciones falsas de lesiones que realizó Jesús de la Luz Sánchez Cuevas, exsecretario del municipio de Aguacatlán.
“La carpeta de investigación que se abrió en contra nuestra pensábamos que había sido cerrada, [ya que] hicimos las diligencias necesarias para que fuera cerrada. De hecho el Ministerio Público determinó el cierre mediante un no ejercicio de la acción penal. Es decir, la cerró diciendo que no había acusación que hacer en contra nuestra”, indicó Itzel.
A pesar de esto, en diciembre de 2018 el Ministerio reabrió la carpeta y se giró un nuevo documento en el que se ordenaba buscar los domicilios de ambas abogadas y solicitaron a través de un juez de control abrir una audiencia para hacer una acusación formal en su contra.
“Debo decir que esta reactivación de la carpeta se inscribe en el contexto en el que estaba por dictarse sentencia en el juicio de amparo [a favor de las comunidades indígenas] y vemos obviamente que ahí hay una intención también de tratar de intimidarnos para inhibir el trabajo de defensa”, subrayó la abogada Silva.
También denunciaron que han estado siguiendo a los miembros de las organizaciones defensoras, ya que en las comunidades hicieron circular una hoja en la que aparece una fotografía de la casa de uno de los familiares de Silvia Villaseñor.
La directora de Amnistía Internacional México, Tania Reneaum, dijo que las personas defensoras de comunidades son los blancos perfectos para violentarlos y criminalizarlos. Además, esto debilita e inhibe la lucha que emprenden para defender los derechos humanos.
Por su parte, Antonio Márquez Zaragoza, integrante del Comité Defensores del Río Ajajalpan, denunció que la construcción de la planta hidroeléctrica ha causado mucha división en las comunidades afectadas. Esto se debe a que algunos pobladores están de acuerdo con la construcción y otros, la mayoría, no.
Asimismo, apuntó que la estrategia que utilizó Deselec fue garantizar a los pobladores que obtendrían ganancias cuando el proyecto estuviera terminado. “Les dijeron que iban a ganar hasta 500 pesos diarios”, comentó.
Por último, los defensores que representan a las comunidades y las organizaciones acompañantes afirmaron que van a impugnar la sentencia de amparo que ya fue emitida porque se les negó la cancelación del proyecto y se avaló una consulta que no se hizo bajo los lineamientos obligatorios.
Esto sucedió a pesar de que la entonces Procuraduría General de la República hizo un peritaje en el que se encontró que algunos impactos son la disminución en la calidad del agua, erosión, destrucción y reducción del hábitat de varias especies y de los ecosistemas del río. Así como el aislamiento de peces por efecto barrera. Además de la vulneración de los derechos humanos de las comunidades.
Aseneth Hernández

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