La
decisión del Archivo General de la Nación de mantener fuera de consulta
pública por tiempo indefinido el fondo documental denominado
Investigaciones Políticas y Sociales debe tener felices a los
perpetradores de la represión del México contemporáneo, dice a Proceso
María de los Ángeles Magdaleno, experta en el manejo de acervos
históricos. Y sentencia: Si los archivos se cierran por incompetencia,
“el resultado es censura”.
CIUDAD DE MÉXICO (proceso).– Un anuncio estilo oficio
institucional, escrito en mayúsculas y con errores ortográficos –en
realidad copia simple sin firma, sin sellos ni responsable formal–,
sepultó indefinidamente la historia oficial de las represiones, los
expedientes sobre las actividades tempranas del presidente Andrés Manuel
López Obrador, Elba Esther Gordillo, Manuel Bartlett y otros
funcionarios federales, así como de miles de personas cuya actuación
pública fue definitiva en procesos electorales, actividades
político-religiosas, relaciones y negociaciones con el hampa, e,
inclusive, el registro que las policías políticas hicieron de las
privatizaciones:
“Le informamos que a partir del 06 de enero de 2020 el fondo
documental denominado ‘Investigaciones Políticas y Sociales (IPS)’,
estará fuera de consulta por encontrarse en proceso de revisión. Por su
comprensión y apoyo. muchas gracias” (sic).
La imagen del anuncio fue difundida por la historiadora María de los
Ángeles Magdaleno Cárdenas, especializada en ese acervo desde 1998, año
en el que por primera vez ese fondo estuvo abierto como parte de un
convenio internacional suscrito y ratificado por México en materia
archivística.
El 14 de febrero de 2019 el presidente López Obrador anunció la
apertura de los fondos documentales de las policías políticas alojados
en el Archivo General de la Nación (AGN). El 27 del mismo mes emitió un
decreto reiterando la instrucción, pero la expectativa rápido se
revirtió hasta dejar el acervo más inaccesible que en los tres sexenios
anteriores debido a una serie de medidas administrativas que a mediados
de abril redujeron a 200 versiones públicas las 3 mil que hasta entonces
estaban disponibles.
Sujeto de apertura y censura de sexenio en sexenio, o bien, de
restricciones normativas a capricho del director del AGN en turno, el
fondo del IPS (que en realidad es el Fondo Gobernación, secciones IPS y
DFS) fue abierto en 1998, en el contexto de la primera Comisión para la
Verdad sobre la represión al Movimiento Estudiantil de 1968 y, pese a
todo, jamás ha estado, como hoy, en el centro de la polémica pues –según
coinciden historiadores– hay una regresión en materia de transparencia y
acceso al conocimiento del pasado inmediato.
Ángeles Magdaleno, quien ha dedicado la mayor parte de su carrera a
documentar los procesos represivos del siglo XX, aventura una ironía:
“Los perpetradores deben estar felices”.
Y es que en los archivos hoy vedados está documentado todo el
conocimiento del presente: desde las primeras intervenciones telefónicas
durante la presidencia de Plutarco Elías Calles, hasta las
privatizaciones salinistas; hay conversaciones enteras como producto del
espionaje contra la agencia de noticias cubana Prensa Latina,
expedientes de personalidades de todas las filiaciones ideológicas…
También hay expedientes de escritores como Gabriel García
Márquez y Carlos Fuentes, de periodistas como Julio Scherer García; de
los represores y ejecutores del autoritarismo hegemónico como Miguel
Nazar Haro y Jorge Carrillo Olea; de negociaciones de secuestros en los
que intervino como mediador Marcial Maciel, el fundador de los
Legionarios de Cristo, así como, entre otros, de grupos que intentaban
tomar el poder desde los años sesenta formando cuadros en la Iglesia,
como Onésimo Cepeda o la Organización Nacional El Yunque.
A esos ejemplos se suman las relaciones entre políticos y criminales
que con el tiempo serían identificados como capos de la droga, y los
registros sobre la corrupción policial, como la del temible jefe
capitalino Arturo
El Negro Durazo.
“Para decirlo de una vez: ahí está toda la historia del PRI”, dice la historiadora.
La polémica por el cierre de lo que el AGN identifica indebidamente
como Fondo IPS creció a lo largo de enero hasta que el AGN debió
explicar que había solicitado al Instituto Nacional de Transparencia,
Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) una
revisión para proteger los datos de los individuos cuyos nombres
aparecen en esos archivos. El pasado 30 de enero ambas instituciones
emitieron una declaratoria conjunta que considera al “Fondo IPS de
interés público” y anunciaron su apertura.
En conferencia de prensa, el director del AGN, Carlos Enrique Ruiz
Abreu, y el presidente del INAI, Francisco Javier Acuña Llamas, en
compañía de otros funcionarios, presentaron la declaratoria, que el
primero consideró como “un suceso histórico” porque abrirá los
documentos sin restricciones; esto es, el fondo documental que bajo su
dirección se cerró y se ha ido censurando quedará abierto y sin
restricciones.
Tras la aparente rectificación del AGN no existe fecha para su
reapertura porque los documentos entraron a “proceso técnico”, lo que,
en los hechos, los hace inconsultables por tiempo indefinido.
En entrevista con Proceso, Magdaleno Cárdenas apunta: un proceso
técnico (que implicaría retiro de grapas, conservación, agrupación,
entre otros tratamientos) puede llevarse todo el sexenio o más tiempo.
En cualquier caso, un archivo que estaba abierto, ahora permanece
cerrado.
Fragmento del texto publicado en la edición 2257 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
Fuente
Comentarios