Trabajadores mexicanos, los más vulnerables al desempleo por Covid-19 en AL

El 48% de la fuerza laboral en México se desempeña en actividades con alto riesgo de pérdida de empleo o reducción de jornadas por los efectos de la pandemia.

Escrito por: Gerardo Hernández y Pilar Martínez
Trabajadores mexicanos, los más vulnerables al desempleo por Covid-19 en AL La contracción económica en América Latina tendrá repercusiones en el empleo. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) alertó que en la región el 42.2% de las plazas de trabajo se encuentra en alto riesgo. México es uno de los países con mayor proporción de trabajadores en esta situación.
Sólo superada por El Salvador, nuestro país es la nación de América Latina con más porcentaje de trabajadores con posibilidad de perder de su empleo o ver reducida su jornada de trabajo. Cerca de 48% de la fuerza laboral en México se encuentra en esta condición debido a que sus fuentes de empleo provienen de áreas como comercio, reparación de vehículos, industria manufacturera, hotelería y restaurantes, actividades inmobiliarias y servicios administrativos y de apoyo.

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“El impacto en los mercados laborales de cada país de la región dependerá, entre otras cosas, de la estructura productiva y la composición del empleo de cada sector. Entre las áreas que se verán gravemente afectadas se encuentran las relacionadas con el turismo (aerolíneas, alojamiento, restaurantes y hoteles), el comercio y la industria manufacturera, así como las actividades inmobiliarias y administrativas”, resaltaron la Cepal y la OIT a través del estudio El trabajo en tiempos de pandemia: desafíos frente a la enfermedad por coronavirus (Covid-19).
A pesar de que México tiene un porcentaje alto (por encima de la media regional) de trabajadores en riesgo alto por pérdida de empleo, también posee una proporción de trabajadores en bajo riesgo mayor que la de los países centroamericanos (con excepción de Panamá y Costa Rica), Ecuador y Bolivia, aunque distante de Brasil, Uruguay, Chile o República Dominicana.
Otro de los factores que incidirán en el impacto de los mercados laborales de los países latinoamericanos, es la proporción de empleo informal y los apoyos económicos que destine cada país para los trabajadores de este sector.
La Organización Internacional del Trabajo estima que la tasa de informalidad en la región de América Latina y el Caribe es de 54 por ciento. Es decir, 54 de cada 100 trabajadores en la región tiene un empleo que no le garantiza servicios de salud, con ingresos generalmente bajos, no tienen mecanismos de sustitución de ingresos como un seguro de desempleo y es complicado cubrirlos con programas de apoyo financiero.
” Por este motivo, en los países con una elevada proporción de trabajadores informales, probablemente exista una mayor presión para retomar rápidamente las actividades laborales, lo que podría agravar la situación de contagio“, dice el estudio coordinado por Gerhard Reinecke, especialista principal en Políticas de Empleo de la OIT, y Sonia Gontero, oficial de Asuntos Económicos de la Unidad de Estudios del Empleo de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL.
Además de la composición del mercado y la informalidad, la Cepal y la OIT advierten que el impacto en el empleo también dependerá de la capacidad de los países de adaptarse a las nuevas formas de trabajo. “Si bien el trabajo a distancia, o teletrabajo, es una posibilidad para muchos trabajadores, no todos los países cuentan con la infraestructura tecnológica adecuada para ello”.

Ingreso de emergencia

Tras dar a conocer que en el 2020 caerán en el desempleo 11.5 millones de personas, cuya tasa de desocupación estará en 11.5% en América Latina ,y afectará a 37.8 millones de personas en la región, Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Cepal, dijo que una salida para atender esta problemática es a través de un ingreso de emergencia, sobre todo porque no hay un tiempo estimado para una recuperación económica y, por ende, laboral.
En conferencia de prensa conjunta con la OIT, Bárcena expuso que la propuesta de un ingreso de emergencia comprende otorgar un monto igual a la línea de pobreza durante seis meses para satisfacer las necesidades básicas y sostener el consumo de los hogares.
La línea de pobreza es de 143 dólares de 2010 (aproximadamente 3,600 pesos) y permitiría apoyar a quienes no tienen acceso a ninguno de los programas sociales que ha puesto en marcha la presente administración, por lo que una salida para atender a quienes perdieron su empleo, dijo Bárcena, es utilizar un seguro de desempleo, crédito a costo cero, o bien el ingreso de emergencia.
“Es muy difícil hablar de tiempo y de una recuperación del empleo, es difícil porque hay una incertidumbre tan grande, no sabemos cuándo termina y en donde en América Latina apenas está en un proceso que se está extendiendo la pandemia. Recuperar el empleo es lento y está rezagado conforme al PIB; justamente por eso hay que apuntalar el ingreso y la relación laboral con los empleados es fundamental”, expresó.
En América Latina y el Caribe, en donde se ubican 18 países, el costo de una medida de esta naturaleza representaría 2.1% del PIB para abarcar a todas las personas en situación de pobreza en 2020.
Respecto a las medidas que ha aplicado México, Bárcena expuso que si bien se han tomado medidas de apoyo a los sectores más vulnerables, es importante que haya un pacto con el sector empresarial.
“El gobierno mexicano ha tomado un camino distinto a las crisis pasadas, y ha decidido no incurrir a deuda como en ocasiones anteriores, pues el resultado final fue una concentración de la riqueza, y adelantó cuatro meses la pensión de adultos, otorgó becas, créditos a través de tandas, precios de garantía. México está haciendo programas de otra naturaleza, hay que ampliarlo con acciones fuertes para apuntalar ingreso para los más vulnerables. Sí lo está haciendo, pero sí me parece que haya un pacto empresarial más sólido”, puntualizó.

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