El actual gobierno acabó con los mejores contratos laborales

Patricia Muñoz Ríos

Periódico La Jornada
Viernes 24 de diciembre de 2010, p. 17


En una década, los derechos laborales se han desdibujado en el país, señala el abogado Alfonso BouzasFoto Francisco Olvera

El mercado laboral mexicano está plagado por prácticas ilegales, pues además de la “subcontratación” de trabajadores, “proliferan los contratos de protección”, así como el sindicalismo disfrazado por abogados empresariales que fungen como líderes obreros, además de que las empresas de outsourcing han sentado sus reales en el país; de forma que sólo una décima parte de empleados tiene un contrato legal, prestaciones y un sindicato real.

En el informe Perspectivas del Trabajo en México, el abogado laboralista Alfonso Bouzas detalla que en 10 años la contratación colectiva y los derechos de los trabajadores se han “desdibujado” en nuestro país –también a escala mundial por la presión de los capitales privados que buscan abaratar más los salarios– al grado que 90 por ciento de la población económicamente activa (PEA) en México carece de mínimas prestaciones, es decir, está al margen de la Ley Federal del Trabajo (LFT).

En este gobierno no se han perseguido las prácticas de subcontratación, o a quienes detentan los contratos de protección, por el contrario, “se ha atacado a los gremios que defienden los derechos laborales”; se ha terminado con los mejores contratos colectivos del país; mientras se consecuenta a empresarios que violan impunemente la legislación laboral.

El profesor Bouzas apunta que las prácticas laborales ilegales se dan en todos los frentes y situaciones, desde el despido de empleados fijos y la contratación de temporales; hasta la subcontratación de trabajadores y servicios; el aumento del número de turnos y la obligación de que sean cubiertos; la sustitución del pago por jornada por el salario a destajo; hasta la eliminación de los sindicatos reales por otros “blancos o de protección”.
Es decir, se ha dado en los hechos una “flexibilización” de los derechos en todos los órdenes y medidas, generándose inseguridad laboral para los trabajadores. Los empresarios pueden despedir trabajadores sin afrontar grandes problemas o costos, pueden moverlos o trasladarlos a puestos distintos para los que fueron contratados; reducir salarios, no pagar prestaciones, ni horas extras, subcontratarlos, imponerles sindicatos de protección, entre otras prácticas ilegales, sin temor a ser sancionados, sostuvo el experto.

En México, “hoy como nunca se contrata en todo el país sin respetar el principio de estabilidad en el empleo y la ironía es que la desocupación no sólo se mantiene sino aumenta”. Añade que se ha experimentado un desplome del trabajo formal.

La “flexibilización” laboral incluso se está ejerciendo en el monto del salario, la prolongación de la jornada, barriendo con todos los complementos del salario que habían tenido en años anteriores importantes conquistas, como primas de antigüedad, dominical, así como otras prestaciones adicionales, en especie y, por supuesto, con la amenaza permanente sobre las perspectivas de jubilación. A decir del catedrático se han contaminado absolutamente las relaciones laborales en el país.

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