La violencia en México, por falta de atención a los pobres: Lula

Roberto González Amador e Israel Rodríguez J.
Enviados
Periódico La Jornada
Sábado 9 de abril de 2011, p. 5
Acapulco, Gro., 8 de abril. Parte de la violencia que ocurre ahora en México tiene su origen en la cantidad de años en que los más pobres fueron tratados sin atención, aseguró este viernes Luiz Inacio Lula da Silva, ex presidente de Brasil, al pronunciar una conferencia magistral en la 74 convención bancaria.

“El problema que vemos hoy en día en el mundo es la falta de decisión política, no es un problema económico, es decisión política”, aseguró Lula, quien dejó la presidencia de Brasil en enero pasado, después de ocho años al frente del gobierno.

Lula afirmó, con base en su experiencia en la oposición y al frente del gobierno, que el político necesita un compromiso con su origen y con el pueblo. Eso sí forma a un político: saber para quién va a gobernar.

“Ustedes que son hombres de negocios, que trabajan en bancos, en la industria y en el comercio saben que parte de la violencia que vive México no ha surgido ahora, tiene su origen en la cantidad de años en que los más pobres fueron tratados sin atención aquí, en Brasil, en Honduras y en un montón de países”, afirmó Lula, cuya conferencia fue interrumpida en varias ocasiones por aplausos.

Abundó: “Me parece que eso debemos revertirlo y este es el momento. Tengo experiencia en Brasil, porque cuando veo que sólo en ocho años sacamos a 28 millones de personas de la pobreza extrema y elevamos 36 millones de personas a la clase media del país, puedo decirles que sí es totalmente posible cambiar la cara de nuestros países”.

Lula abordó, de forma extensa, la necesidad de elevar los salarios de los trabajadores y de mejorar la distribución de la riqueza que producen los países, así como levantar la autoestima del pueblo. “Ninguna nación será grande y respetada si su pueblo no tiene esperanza”, afirmó. Habló también de la reforma que realizó su gobierno a la estatal Petróleo Brasileiro (Petrobras).

Sobre los salarios, Lula relató que en su país era un tabú hablar de recuperación del poder de compra. “Decían que era imposible aumentar los salarios sin que creciera la inflación al mismo tiempo. Nosotros rompimos ese tabú. Durante mi gobierno todos los trabajadores tuvieron un aumento real de sus salarios, subieron arriba de la inflación, aumentó prácticamente 60 por ciento, la inflación sigue controlada y el mercado interno sigue creciendo”.
Al mismo tiempo que los salarios aumentaban, dijo a los banqueros reunidos en este foro, su gobierno logró impulsar una “excelente” distribución del ingreso. “En la década de 1970, cuando Brasil crecía a una tasa de 14.5 por ciento, los gobernantes decían así: ‘no podemos hacer distribución de ingresos en este momento, es necesario que el pastel crezca y cuando crezca bastante entonces lo distribuimos’. Y aquel pastel crecía y crecía y cuando los trabajadores querían comer un pedazo, simplemente ya se había acabado, sólo quedaban las bolitas de decoración”.

Lo que se hizo, explicó, fue demostrar que es posible crecer y distribuir mejor al mismo tiempo. El crecimiento de la actividad económica tiene sentido si la sociedad mejora su calidad de vida, principalmente los sectores más pobres, planteó ante banqueros como Roberto Hernández Ramírez, de Banamex; Carlos Gómez y Gómez, ex presidente de la ABM; Roberto González Barrera, de Banorte; Marco Antonio Slim, de Inbursa; Francisco Gil Díaz, presidente de la filial mexicana de Telefónica, además de directivos de instituciones de crédito privadas y de desarrollo del país.

“Muchos me criticaron diciendo que era una política populista, proselitismo, que era asistencialismo, que yo debería hacer puentes, construir carreteras y ferrovías. Y yo realmente quería hacerlo, pero también quería que el segmento más pobre de la población pudiera comer las calorías y proteínas necesarias para la vida del ser humano; y que pudieran ellos construir esos puentes y esas carreteras que el país tanto necesita”, añadió.

Impulsar el crecimiento

El ex mandatario consideró conveniente que Petróleos Mexicanos (Pemex) y Petrobras, empresa en la que el Estado brasileño posee 38 por ciento del capital accionario, formen alianzas estratégicas. Ambas compañías deben, sin temor, trabajar para impulsar el crecimiento económico en sus países.

“Yo soñaba con que un día Petrobras y Pemex, sin renunciar a sus características y a su nacionalidad, pudieran unirse, quizá construir otra empresa para explorar otros mercados”, apuntó.

El Estado, añadió, desempeña un papel importante en la actividad petrolera. Lo que el Estado no puede hacer es tener miedo de establecer alianzas con la iniciativa privada. “Lo que es necesario es establecer reglas del juego que sean claras”.


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