México: ¿Son Marcos, AMLO y Sicilia diferentes, pero cercanos al pueblo?

Marcos, el dirigente zapatista; López Obrador, el excandidato y hoy precandidato presidencial, y Javier Sicilia, quien ahora encabeza la lucha por la paz
Pedro Echeverría V. | Para Kaos en la Red

1. Hemos regresado de la caravana convocada por el escritor católico Javier Sicilia, (cuyo hijo fue asesinado) realizada en nueve días a partir del sábado 4 de junio y concluida en domingo 12. Salió de Cuernavaca –pasando por Morelos, DF, Estado de México, Michoacán, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Coahuila, Nuevo León, Chihuahua- hasta concluir en Ciudad Juárez y El Paso Texas. Participaron 15 autobuses, con 500 personas (muchos periodistas entre ellas) y un número igual de camionetas y automóviles; realizamos una veintena de mítines y reunimos en Ciudad Juárez una decena de mesas de análisis y discusión. Participó en los diversos actos como oradoras alrededor de un centenar de mujeres recordando a sus hijos asesinados, exigiendo justicia y castigo a los culpables. La asistencia a los actos fue de alrededor de 300 y dos mil 500 en cada población.

2. Puedo comparar esta caravana por la paz, la justicia y la dignidad con la realizada por los zapatistas en 2001 con 43 autobuses y con la convocada por los electricistas del SME contra la privatización y las llamadas reformas estructurales, que salió simultáneamente de cinco o seis ciudades del país (Yucatán, Sonora, Oaxaca, Tamaulipas y demás a la ciudad de México) que realizamos del 15 al 25 de noviembre de 2003. Distintas por los objetivos, los lugares visitados y la asistencia. El EZLN recorrió pueblos donde el indigenismo es grande: Chiapas, Oaxaca, Puebla Guerrero, Veracruz, Michoacán, Estado de México, Tlaxcala, Hidalgo y DF, La caravana de los electricistas dio prioridad a las zonas petroleras, de electricidad, de agua, bosques. ¿Cuál ha sido la más importante? La realidad es que fueron distintas y las opiniones pueden tener enorme carga ideológica.

3. Se han realizado muchas más caravanas y marchas del DF, Oaxaca, Michoacán, Veracruz, San Luis Potosí, Tabasco; de esos lugares han salido centenares de marchas y caravanas muy importantes, aunque no hayan tenido la repercusión nacional necesaria. El mismo López Obrador realizó de Villahermosa a la ciudad de México dos marchas caravanas a principios de los años 90. Desde entonces se empezó a perfilar como caudillo hasta que el desafuero de 2005 le confirmó el título. Y ser caudillo no es malo, puesto que –enseña la historia- es resultado de una actuación personal muy destacada y buena dentro de los movimientos de masas; sin embargo el caudillismo malo –que manipula, sustituye, es autoritario, despótico y vende los intereses de las masas- hay que combatirlo a fondo y con gran decisión. También ha habido caudillos derechistas que por naturaleza traicionan.

4. Caudillo –en sentido amplio- es un término que significa cabeza, es decir, dirigente, líder, cabecilla. Sin embargo es tan amplia esta definición, que podría caber en ella una enorme cantidad de políticos, militares, líderes sindicales y políticos por el sólo hecho de jugar un papel destacado, sea bueno o malo. Yo reduciré la palabra caudillo para designar a personajes que se rebelan contra los gobiernos, Estados, políticas públicas, que movilizan y encabezan a las masas y obtienen el reconocimiento y cariño de ellas. Hay otros términos paralelos como dirigente político, gobierno popular, cacique, líder social y demás. En México Díaz, Madero, Calles, Cárdenas, Echeverría, Salinas, Fox, fueron gobernantes derechistas del PRI y el PAN se distinguieron por su abundante demagogia y engaño, pero no llegaron a líderes sociales, mucho menos a ser caudillos.

5. Marcos, el dirigente zapatista; López Obrador, el excandidato y hoy precandidato presidencial, y Javier Sicilia, quien ahora encabeza la lucha por la paz, la justicia y la dignidad, me parecen los caudillos políticos únicos de los últimos 50 años, por lo menos. A los tres los he visto directamente nacer y desarrollarse como tales: uno desde enero de 1994, el otro desde 2004 y a Sicilia después de haber sido asesinado su hijo en los primeros meses de 2011. Los tres han movilizado ampliamente a las masas, han declarado estar contra los gobiernos del PAN y del PRI, contra la corrupción de las instituciones públicas y los tres poderes del Estado y han dicho que luchan por la transformación profunda del país en beneficio de los sectores mayoritarios. Tienen diferencias en cuanto los objetivos ideológicos de sus luchas, pero también muchas coincidencias.

6. El más radicalizado (quien va a la raíz), sin duda, es Marcos y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) No sólo pude estar en Chiapas como “articulista” durante los primeros 10 días del levantamiento de enero de 1994 y participar en la mayoría de las reuniones convocadas, sino que estuve en toda la caravana zapatista que se inició en San Cristobal el 24 de febrero de 2001 y concluyó en el Zócalo de la ciudad de México aquel domingo 11 de marzo. Marcos ha declarado de manera abierta que su lucha es por el socialismo, por la sociedad igualitaria, contra los procesos electorales organizados por la burguesía y sus partidos y ha delineado la idea de que la liberación de los pueblos no pasa por la toma del gobierno y del poder sino por la elevación de la conciencia crítica y participativa de la población. Aunque el EZLN aparenta estar inmovilizado en la selva chiapaneca, las experiencias de los Caracoles demuestran una práctica concreta hoy que debe estudiarse.

7. El lópezbradorismo ha demostrado, a través de los últimos seis años, un activismo imparable, particularmente de su caudillo López Obrador. Aunque sus objetivos son muy limitados por la ideología socialdemócrata, es decir electorera, como medio para ocupar cargos de gobierno y llegar a la Presidencia de la República, el proceso de radicalización hacia la izquierda al que lo han llevado lo convierte en cada vez en más interesante. No se sabe hasta qué grado –en caso de llegar a la Presidencia- podría confrontar a los poderosos empresarios, al gobierno yanqui y a esto que se llama los poderes fácticos. El único camino para que a los poderosos se les haga cambiar es por la presión del movimiento de masas. ¿Estará decidido a hacerlo como los hizo Fidel Castro en los sesenta y setenta y Hugo Chávez hasta 2010? Que López Obrador, Marcos y Sicilia son caudillos buenos hasta ahora, es indiscutible. (Continuaré sobre el tema)

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