El despido nos cortó la vida, pero nos hizo rebeldes

Tomás Oropeza Berumen Taller de Economía del Trabajo, UNAM -

(Entrevista al electricista en resistencia Jesús Pizano Medina)


El próximo 30 de noviembre vencerá el plazo acordado el 12 de septiembre entre el secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) Martín Esparza, el titular de la Secretaría de Gobernación Francisco Blake y el jefe de gobierno del D.F. Marcelo Ebrard, para desalojar el plantón que se mantuvo en el zócalo durante más de seis meses; que el gobierno de Felipe Calderón reinstale a los 16 mil trabajadores electricistas que se han mantenido en resistencia contra su decreto de liquidación del 11.X.2009 que terminó esa empresa paraestatal fundada en Canadá en 1898 ( The Mexican Light & Power Company, Ltd., concesión del dictador Porfirio Díaz para generar y distribuir electricidad en el Valle de México).

El acuerdo que despejó la plaza de la Constitución para la celebración de las “fiestas patrias” incluyó el reconocimiento de la dirección sindical (toma de nota) y el compromiso de agilizar los trámites para liberar a los 11 presos políticos electricistas, encarcelados desde el once de abril, así como de Miguel Márquez Ríos, también preso político desde el 21 de octubre del 2010 en el Cereso de San Miguel, Puebla.

Hasta el momento no hay indicios de que los puntos medulares del acuerdo se vayan a instrumentar.

Jesús Pizzano Medina, 56 años, trabajó 21 años como ayudante en el departamento de Intendencia de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, su salario era de 162.48 pesos. Su centro laboral estaba en Santa Clara, estado de México. Padre de dos hijas. Originario de Michoacán. Estudió hasta el tercer semestre de vocacional en el Politécnico Nacional, en la carrera de Contaduría. La dejó porque tuvo que trabajar y encontró empleo en la CLyF.

-¿Qué sucedió con su economía a raíz del despido que sufrió cuando el gobierno liquidó la CLFC?

- Para sobrevivir tuve que vender algunas cosas, como el coche. Para enfrentar los gastos. Y luego retiré el fondo del seguro de desempleo de las Afores. Posteriormente recibí el pago del aguinaldo, pero de ahí para acá no hay ningún ingreso. Y nos la vamos llevando con el apoyo de algunos familiares y algunos compañeros jubilados nos ayudan con los pasajes y algunas veces, con comida.

- ¿Pide apoyo económico, botea?

- Sí, en la Universidad, en la UAM Xochimilco. Dan poco. Pero uno entiende la situación económica del pueblo, hay desempleo, salarios miserables. La gente no tiene dinero. Pero hemos aprendido a vivir con lo que tenemos.

- En Michoacán los líderes del SME anunciaron la creación de un nuevo partido (la Organización Política de los Trabajadores) en el marco de un encuentro con dirigentes del sindicato minero y de maestros de la Sección XVIII. La noticia la dio Martín Esparza, secretario general del SME. ¿Qué piensa usted de esto?

- Yo estuve ahí y en lo personal le veo a futuro, pero como algo independiente de los resultados de nuestra lucha, porque si la apreciación de Martín Esparza es ser precandidato de ese futuro partido ¿Qué mensaje nos está dejando como base? ¿Qué nos vamos hasta el 2012? Debería primero solucionar nuestra problemática y luego continuar con sus proyectos pero muy independientemente.

-¿Las bases discutieron este proyecto del nuevo partido?
- Estuve en el Congreso y no escuché sobre la creación de ese partido. Nosotros fuimos a la firma de un pacto obrero minero – electricista.

- Hace unos días un grupo de ex trabajadores de la CLF que sí aceparon su la liquidación se quejó de que el gobierno no les ha dado empleo, como se los prometió, que de 27 mil liquidados nomás les ha dado chamba a 200 y que las empresas que iban a hacer no han cuajado.

-¿Cómo ven ustedes este asunto?

- El ofrecimiento lo hizo Javier Lozano, el secretario del Trabajo. De que los primeros 10 miel que aceptaran la liquidación serían re contratados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE). No sé qué tanto les haya ofrecido Alejandro Muñoz para convencerlos de que se liquidaran.

- ¿Cómo han cambiado sus ideas en estos 17 meses de lucha, enfrenando a un gobierno tan anti obrero como el actual?

- En primera, que recobrar la confianza en el gobierno va a ser difícil, al menos para mí. Que la decisión que tomó Calderón fue muy injusta porque nosotros no éramos los responsables de ejercer el presupuesto de la CLF y sin embargo, somos los que estamos pagando las consecuencias. El director, que era el responsable de los malos manejos de la empresa hoy vive tranquilo. Nadie le llamó a cuentas.

-Con voz indignada agrega:

-Yo nunca me imaginé, ni en mis peores pesadillas que tendría que irme a hacer cola para que me den un plato de comida. O estar esperanzado a que algún compañero jubilado nos brinde un apoyo para podernos mover. Y de la ayuda de la familia, ahora ya no es una ayuda, se ve como una obligación para ellos. Es incómodo para uno, es una situación difícil. Yo ni a mi peor enemigo se la desearía. No es sólo la carencia mía, es la carencia de la familia. El despido nos cortó el futuro. A los 56 años de edad, ¿En dónde me van a dar trabajo?

- ¿Cuando lo despidieron tuvo alguna muestra de solidaridad por parte de sus vecinos?

- No. Parece que domina la idea de que mientras a mí no me pase nada. Mientras le peguen al de enfrente y yo esté bien, que acaben con el de enfrente. Los que sí apoyaron de inmediato fueron los compañeros jubilados. Vieron que estábamos en resistencia y gracias a la tranquilidad económica que tienen por el momento nos han apoyado.

- ¿Había participado antes en algún movimiento social?

-No. Nunca.

- ¿Votaba cada vez que había elecciones, a eso reducía su participación? ¿Por qué partido votó?

- Ahora estoy pagando las consecuencias, yo voté por Calderón. Qué me gano con ocultarlo. Sus propuestas de campaña me parecieron adecuadas, lo del empleo. Y me dejé tomar el pelo.

-¿Le parecía muy radical Andrés López Obrador? ¿Le parecía que iba a llevar al país a una situación como la que hay ahora?

-Creo que no me di el tiempo de pensar qué bueno o que malo sería.

-¿Qué le interesaba hacer antes del decreto de Calderón?

- Me gustaba leer. No me interesaba la política, no me motivaba. Leía novelas como Caballos de Troya, periódicos, revistas. De todo.

-¿Cómo ve el plantón en el Zócalo? (la entrevista se realizó el 24.03.2011)

-Están en la negociación los diputados, Gobernación y el SME. Seguiremos en plantón hasta que solucionen.

-¿Cómo ve el futuro del país, hoy en que se está discutiendo en la Cámara de Diputados la reforma laboral que propone el PRI, que es muy contraria a los intereses de los trabajadores. También se pretende aprobar una reforma fiscal, que propone el PRI y que gravaría alimentos y medicinas; se está orquestando rematar la privatización de Pemex. La violencia de la narcoguerra, etc.

- Creo que si no hay un cambio, esto va a estar cada día peor. El cambio debe llevar hacia algo más justo, más apegado a la Ley. Y en consideración del pueblo. Una economía se tiene que basar en que haya buenos trabajos y buenos salarios.

- De la guerra contra el narco ¿Cómo es posible que nos estemos matando entre mexicanos? Un delincuente, aunque sea narco, tiene derechos. El gobierno primero mata y luego averigua. Y ya muertos todos son narcotraficantes. Si no hay un cambio verdadero, esto va a estar más difícil.

- ¿Cuando han realizado campañas para que los usuarios no paguen la luz a la Comisión Federal de Electricidad han tenido buena respuesta?

- Al principio muchos usuarios nos decían que estaban bien que nos corrieran, pero luego con el paso del tiempo y después de haber visto cómo les han subido la luz, hoy la gente se detiene, nos pregunta, nos pide asesoría. La gente toma los volantes, los leen. Hoy hemos encontrado apoyo.

- Y se queja del apoyo de saliva por parte de otras organizaciones sociales y partidos de izquierda, cuando nos cuenta:

-Han ido al Zócalo decenas de organizaciones sociales de todo tipo, y nos dicen que nos apoyan, que somos la punta de lanza de la lucha, etc. Pero creo que si hubieran ido aunque sea sus líderes a quedarse una noche en el campamento, ya las cosas hubieran cambiado.

Tomás Oropeza Berumen


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