México: Las propuestas de Fox
viernes 21 de octubre de 2011
Eduardo Ibarra Aguirre (FORUMENLINEA)
Con un más que intolerante “¿Quién pondrá el bozal al zorro?” comentó La Jornada en su Rayuela (19-X-11, p. 48) las propuestas que Vicente Fox formuló en Washington, DC, para hacer frente a la imparable ola de violencia del crimen organizado y al creciente número de víctimas mortales.
El senador que aspira a la candidatura para gobernar la ciudad más plural del país, Carlos Navarrete, fue más lejos y las calificó de “tonterías”. “Pertenece al pasado, está en el museo de los expresidentes y ha decidido destacarse de los expresidentes por ser hablantín; ése es su hobbie, bueno, pues hay que dejarlo que se entretenga.” Y la secretaria general del Partido Revolucionario Institucional explicó el “rotundo no” a establecer mecanismo alguno “para acercarse a la delincuencia organizada”, pese a que desde 1929 en que se fundó el primer referente del tricolor, los gobiernos forjados en sus filas coexisten sin dificultad con los capos.
Resulta sorprendente la convergencia en las descalificaciones, saturadas de moralina, de perredistas y priístas con “el gobierno del presidente de la república” para ignorar las fórmulas del marido de Martha Sahagún. Se comprenden de parte de los dirigentes y legisladores de Acción Nacional porque aquellas impugnan el corazón de la estrategia punitiva y militarista de Felipe Calderón, mas llama la atención que las oposiciones eludan que entre las propuestas se encuentran el retorno de los soldados a los cuarteles y la despenalización del consumo de las drogas, que ellos mismos y amplias franjas de la ciudadanía demandan.
Cierto es que Fox va mucho más lejos al proponer “la plena legalización de todas las drogas y toda la cadena de producción, distribución y venta”. Radical propuesta que, dicho sea de paso, acabaría con el negocio más rentable de la aldea global y también con las disputas a muerte que enlutan países enteros.
Por supuesto que es normal se difiera por completo de las formulas foxistas. Inaceptable es se les ignore y opte por descalificar a su portador, a la vez que se impugna la estrategia guerrerista de Calderón Hinojosa, pero se aprueban con toda oportunidad los presupuestos que la hacen posible y las iniciativas de ley del Ejecutivo –parcialmente modificadas– que dan cobertura jurídica al rumbo oficial de acusada militarización de la seguridad pública y el castigo draconiano a las infanterías de los presuntos delincuentes.
Legisladores del tricolor y del sol azteca apuntalan desde las cámaras las políticas militaristas, pero en los espacios mediáticos y las campañas electorales las impugnan sin miramientos, es una conducta esquizofrénica que de no existir sencillamente el general de cinco estrellas no podría imponer su autocrática voluntad.
La Comisión de la Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, por ejemplo, propuso un aumento de 6 mil millones de pesos para la Secretaría de la Defensa Nacional, monto extra al solicitado por el titular del Ejecutivo federal y comandante supremo de las fuerzas armadas. Así lo acordaron la veintena de diputados que se reunió a puerta cerrada, el miércoles 19, en la Sedena, en el marco de la denominada comparecencia de Guillermo Galván Galván. Estos legisladores que ni siquiera son capaces de respetar el reglamento del Congreso, impugnarán durante la campaña electoral la estrategia militarista del abogado, economista y administrador público, simplemente porque rinde votos.
La seguridad pública requiere de la coherencia de los tres poderes de la Unión y los tres niveles de gobierno y, sobre todo, que en el indispensable debate de cara al país no rehúyan las propuestas que rompen con los paradigmas establecidos hace medio siglo por el gobierno de Estados Unidos.
Fuente
Eduardo Ibarra Aguirre (FORUMENLINEA)
Con un más que intolerante “¿Quién pondrá el bozal al zorro?” comentó La Jornada en su Rayuela (19-X-11, p. 48) las propuestas que Vicente Fox formuló en Washington, DC, para hacer frente a la imparable ola de violencia del crimen organizado y al creciente número de víctimas mortales.
El senador que aspira a la candidatura para gobernar la ciudad más plural del país, Carlos Navarrete, fue más lejos y las calificó de “tonterías”. “Pertenece al pasado, está en el museo de los expresidentes y ha decidido destacarse de los expresidentes por ser hablantín; ése es su hobbie, bueno, pues hay que dejarlo que se entretenga.” Y la secretaria general del Partido Revolucionario Institucional explicó el “rotundo no” a establecer mecanismo alguno “para acercarse a la delincuencia organizada”, pese a que desde 1929 en que se fundó el primer referente del tricolor, los gobiernos forjados en sus filas coexisten sin dificultad con los capos.
Resulta sorprendente la convergencia en las descalificaciones, saturadas de moralina, de perredistas y priístas con “el gobierno del presidente de la república” para ignorar las fórmulas del marido de Martha Sahagún. Se comprenden de parte de los dirigentes y legisladores de Acción Nacional porque aquellas impugnan el corazón de la estrategia punitiva y militarista de Felipe Calderón, mas llama la atención que las oposiciones eludan que entre las propuestas se encuentran el retorno de los soldados a los cuarteles y la despenalización del consumo de las drogas, que ellos mismos y amplias franjas de la ciudadanía demandan.
Cierto es que Fox va mucho más lejos al proponer “la plena legalización de todas las drogas y toda la cadena de producción, distribución y venta”. Radical propuesta que, dicho sea de paso, acabaría con el negocio más rentable de la aldea global y también con las disputas a muerte que enlutan países enteros.
Por supuesto que es normal se difiera por completo de las formulas foxistas. Inaceptable es se les ignore y opte por descalificar a su portador, a la vez que se impugna la estrategia guerrerista de Calderón Hinojosa, pero se aprueban con toda oportunidad los presupuestos que la hacen posible y las iniciativas de ley del Ejecutivo –parcialmente modificadas– que dan cobertura jurídica al rumbo oficial de acusada militarización de la seguridad pública y el castigo draconiano a las infanterías de los presuntos delincuentes.
Legisladores del tricolor y del sol azteca apuntalan desde las cámaras las políticas militaristas, pero en los espacios mediáticos y las campañas electorales las impugnan sin miramientos, es una conducta esquizofrénica que de no existir sencillamente el general de cinco estrellas no podría imponer su autocrática voluntad.
La Comisión de la Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, por ejemplo, propuso un aumento de 6 mil millones de pesos para la Secretaría de la Defensa Nacional, monto extra al solicitado por el titular del Ejecutivo federal y comandante supremo de las fuerzas armadas. Así lo acordaron la veintena de diputados que se reunió a puerta cerrada, el miércoles 19, en la Sedena, en el marco de la denominada comparecencia de Guillermo Galván Galván. Estos legisladores que ni siquiera son capaces de respetar el reglamento del Congreso, impugnarán durante la campaña electoral la estrategia militarista del abogado, economista y administrador público, simplemente porque rinde votos.
La seguridad pública requiere de la coherencia de los tres poderes de la Unión y los tres niveles de gobierno y, sobre todo, que en el indispensable debate de cara al país no rehúyan las propuestas que rompen con los paradigmas establecidos hace medio siglo por el gobierno de Estados Unidos.
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