Gabinete con muy "mala suerte"
En
la cúpula gubernamental, dos secretarios de Gobernación. Juan Camilo
Mouriño y Francisco Blake, perdieron la vida en sospechosos accidentes
aéreos, cuyos expedientes fueron cerrados apresuradamente
Revista EMET
En este sexenio, cayó sobre los mexicanos el mal fario o salación de Felipe Calderón. El todavía inquilino de Los Pinos enlutó a más de 100 mil familias, si consideramos que de los desaparecidos, sus padres, madres, hermanos, primos y demás familiares los lloran como muertos, sin perder la esperanza de encontrarlos vivos, la cual se debilita cada vez que encuentran una fosa clandestina.
En la cúpula gubernamental, dos secretarios de Gobernación. Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake, perdieron la vida en sospechosos accidentes aéreos, cuyos expedientes fueron cerrados apresuradamente para frenar cualquier tipo de investigación que los relacionara con el crimen organizado como resultado de su desempeño como funcionarios de primer nivel del círculo calderonista. Las muertes de Mouriño y de Blake siguen bajo sospecha.
Formar parte del gabinete de Calderón fue también muy peligroso, un riesgo de muerte. La mala suerte que lo acompaña puede ser una explicación para las enfermedades mortales que resienten y resintieron algunos de sus colaboradores. Ahí esta el caso de Alonso Lujambio, ex secretario de Educación, que falleció a causa de un cáncer de médula ósea. También, muy reciente, el caso de Bruno Ferrari, secretario de Economía, que el día de ayer fue intervenido quirúrgicamente a causa de una trombosis cerebral que sufrió a su regreso de un viaje de trabajo a Ginebra, Suiza. A ellos habrá que sumarle que mataron a no menos de 10 mandos policíacos de nivel ligados a diversas investigaciones, la mayoría de ellos cercanos a Genaro García Luna. Ahí está el cadáver de Santiago Vasconcelos como botón de muestra.
Lilia Arellano - Revista EMET
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