Wikileaks: El Vaticano apoyó golpe contra Allende y colaboró con Pinochet
Libre Red
Uno de los cables -fechado el 18 de octubre de 1973- expone que el entonces sustituto del secretario del Estado Vaticano, Giovanni Benelli, expresó a diplomáticos estadounidenses “su grave preocupación, y la del papa Pablo VI, por la exitosa campaña internacional izquierdista para falsear completamente las realidades de la situación chilena”.
El número dos del papa Pablo VI (1963-1978) apoyaba, en nombre del Sumo Pontífice, el golpe de Estado en Chile, según el diario italiano La Repubblica, uno de los medios internacionales que participan en las publicaciones de WikiLeaks.
Otro documento sostiene que El Vaticano defendió al régimen de Pinochet, “negando las represiones denunciadas”, a las que tachó de “propaganda comunista”.
La Santa Sede tildó “la exagerada la cobertura de los acontecimientos (en Chile) como posiblemente el mayor éxito de la propaganda comunista”, y reconoció que hasta “círculos moderados y conservadores parecían muy dispuestos a creer las mentiras más burdas sobre los excesos de la Junta chilena”.
Aunque admitió que hubo algún derramamiento de sangre, El Vaticano citó a la Nunciatura en Santiago y al Episcopado chileno diciendo que “la Junta estaba haciendo todo lo posible para rectificar la situación y que los informes mediáticos que hablan de una represión brutal no tienen fundamento”.
Los documentos incluyen misivas de delegaciones diplomáticas, informes de órganos de inteligencia, así como la correspondencia del Congreso sobre los asuntos de política exterior.
El diario español Público explicó que Benelli era el segundo al mando de la Santa Sede, ya que el secretario de Estado Vaticano, Amleto Giovanni Cicognani, era demasiado anciano para el cargo y entregó sus funciones a su sustituto.
Durante su gestión como mano derecho de Pablo XI, Benelli se ganó el apodo de “el Kissinger del Vaticano”, debido a lo que describen como una gestión agresiva y autoritaria, tal como la del Secretario de Estado de EE.UU. en aquella época, Henry Kissinger.
Incluso, el mismo Benelli fue quien recibió al entonces presidente de EEUU, Richard Nixon (1969-1974), cuando aterrizó en helicóptero en la Plaza de San Pedro en 1969, para sellar la alianza anticomunista entre la Casa Blanca y la Santa Sede, origen de varios golpes militares en Latinoamérica.
El fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, precisó que estos documentos no han sido filtrados, pues ya estaban disponibles en los archivos nacionales de Estados Unidos. Wikileaks sólo los ha recopilado, indizado y sistematizado su consulta.
Radio Bío Bío
Wikileaks hizo públicos este lunes casi dos millones de documentos diplomáticos secretos de Estados Unidos, que datan de los años 70, incluidos varios que revelan la complicidad del Vaticano en el golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile (1973) y su colaboración y apoyo a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Uno de los cables -fechado el 18 de octubre de 1973- expone que el entonces sustituto del secretario del Estado Vaticano, Giovanni Benelli, expresó a diplomáticos estadounidenses “su grave preocupación, y la del papa Pablo VI, por la exitosa campaña internacional izquierdista para falsear completamente las realidades de la situación chilena”.
El número dos del papa Pablo VI (1963-1978) apoyaba, en nombre del Sumo Pontífice, el golpe de Estado en Chile, según el diario italiano La Repubblica, uno de los medios internacionales que participan en las publicaciones de WikiLeaks.
Otro documento sostiene que El Vaticano defendió al régimen de Pinochet, “negando las represiones denunciadas”, a las que tachó de “propaganda comunista”.
La Santa Sede tildó “la exagerada la cobertura de los acontecimientos (en Chile) como posiblemente el mayor éxito de la propaganda comunista”, y reconoció que hasta “círculos moderados y conservadores parecían muy dispuestos a creer las mentiras más burdas sobre los excesos de la Junta chilena”.
Aunque admitió que hubo algún derramamiento de sangre, El Vaticano citó a la Nunciatura en Santiago y al Episcopado chileno diciendo que “la Junta estaba haciendo todo lo posible para rectificar la situación y que los informes mediáticos que hablan de una represión brutal no tienen fundamento”.
Los documentos incluyen misivas de delegaciones diplomáticas, informes de órganos de inteligencia, así como la correspondencia del Congreso sobre los asuntos de política exterior.
El diario español Público explicó que Benelli era el segundo al mando de la Santa Sede, ya que el secretario de Estado Vaticano, Amleto Giovanni Cicognani, era demasiado anciano para el cargo y entregó sus funciones a su sustituto.
Durante su gestión como mano derecho de Pablo XI, Benelli se ganó el apodo de “el Kissinger del Vaticano”, debido a lo que describen como una gestión agresiva y autoritaria, tal como la del Secretario de Estado de EE.UU. en aquella época, Henry Kissinger.
Incluso, el mismo Benelli fue quien recibió al entonces presidente de EEUU, Richard Nixon (1969-1974), cuando aterrizó en helicóptero en la Plaza de San Pedro en 1969, para sellar la alianza anticomunista entre la Casa Blanca y la Santa Sede, origen de varios golpes militares en Latinoamérica.
El fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, precisó que estos documentos no han sido filtrados, pues ya estaban disponibles en los archivos nacionales de Estados Unidos. Wikileaks sólo los ha recopilado, indizado y sistematizado su consulta.
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