Rodríguez Barrera: tras 55 años, el sueño de la revolución cubana es una realidad
Ciro Pérez Silva
Periódico La Jornada
Lunes 27 de enero de 2014, p. 20
Lunes 27 de enero de 2014, p. 20
Hace 55 años, muy pocos creían que un país pequeño
iba a sostener sus ideales y principios en contra del terrorismo de
Estado y el criminal bloqueo económico que desde entonces ha aplicado
Estados Unidos.
–¿Cómo llegan al aniversario, que se cumplió el primero de enero?Hoy podemos decir que ese sueño, el de una sociedad con acceso pleno a la salud, a la alimentación y a la educación es una realidad, afirmó el embajador de Cuba en México, Dagoberto Rodríguez Barrera, quien en entrevista con La Jornada, reconoció que aún falta completar ese sueño
con una economía productiva y eficiente.
–En una situación muy favorable, sobre todo porque nadie imaginaba entonces que Cuba pudiera construir un sistema de justicia social para todos, teniendo la oposición de un país que ha empleado todo tipo de recursos para destruir la revolución cubana, como la práctica del terrorismo de Estado que ha dejado aproximadamente 3 mil 400 muertos y al menos 2 mil más con algún tipo de discapacidad.
O los intentos de invasión en Bahía de Cochinos y Playa Girón y la guerra económica que ha sido bestial, que dura hasta la actualidad y se ha recrudecido en la administración de Barack Obama, lo que le ha costado a Cuba miles de millones de dólares y ha sido, desde el punto de vista humano, un recurso que ha lastimado al pueblo cubano de una forma significativa.
–¿Qué otras acciones se han implementado desde Estados Unidos?
–Algo de lo que muy poco se menciona es la guerra bacteriológica, que practicó Estados Unidos para producir plagas en Cuba y afectar la población animal, cosechas, y también causó estragos humanos. La política de aislamiento diplomático y político que forzó a los gobiernos latinoamericanos en 1962, con la honrosa excepción de México, a romper relaciones con Cuba, y la política de subversión interna, dedicada a destruir el tejido social del país y crear el caos, todo ese andamiaje macabro hacía pensar que era muy difícil para un país pequeño llegar 55 años después a un momento en el cual uno aprecia que Cuba haya sido capaz de mantenerse, a pesar de Estados Unidos, de las crisis económica, financiera, ambiental, y llegar a un punto en el cual los derechos de los ciudadanos están garantizados.
–Hacia el futuro, ¿qué sigue?
–Los retos hacia el futuro son enormes y es precisamente la razón por la cual el país está inmerso en lo que llamamos actualización política, económica y social de la revolución, que no tiene otro fin que garantizar la continuidad de las conquistas de la revolución, garantizar un socialismo próspero y sustentable, que permita que los ciudadanos cubanos seamos de los pocos en el mundo que podemos disfrutar de servicios de salud y educación de manera gratuita.
–¿Y hacia afuera?
–Todo esto ha venido acompañado de una política exterior que ha permitido romper con ese aislamiento que pretendió desarrollar Estados Unidos contra Cuba. El resultado es que Cuba tiene relaciones con 188 países de los 193 que conforman las Naciones Unidas. Relaciones de cooperación con más de 100 países y el ejemplo vivo son los más de 60 mil cubanos que laboran en diferentes partes del planeta, asistiendo en programas de salud y educación y contribuyendo, en la medida de sus posibilidades, al desarrollo de países hermanos, sobre todo de América Latina.
–¿Qué les ha faltado?
–Poner más empeño en lograr una economía productiva y eficiente. Ese es el gran reto que tenemos. Vivimos en condiciones muy difíciles, en las cuales las reglas del mundo son muy desiguales. El intercambio comercial es desigual. Los precios de los productos. Nuestros países exportan muy barato e importan muy caro. Y desde el punto de vista financiero, vivimos en un mundo controlado por los grandes consorcios, el gran capital.
–A pesar de todos los obstáculos, Cuba es visto como un actor importante en el mundo.
–Eso se constatará en los próximos días, en La Habana, con la celebración de la Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac), que ha conducido Cuba de una manera responsable desde 2013. Por eso digo que en materia de política interna y exterior, hay motivos para celebrar estos 55 años con satisfacción.
–¿Cuál es el vínculo entre los países de la Celac?
–El de que con independencia de las preferencias ideológicas y de los sistemas de gobierno, el gran reto de América Latina es el hambre y la desigualdad, y a ese esfuerzo se abocó Cuba como presidente de la Celac. No por gusto la reunión está enfocada a esos temas.
–¿Cuba se ha sentido acompañada por México en este esfuerzo?
–Cuba y México tienen una relación que va más allá de sus gobiernos. Hay una permanente renovación de vínculos y hermandad entre mexicanos y cubanos. Desde el punto de vista institucional, asistimos a un momento de mayor contacto y dinamismo. Por su importancia en la región, nos complace que asista el presidente Enrique Peña Nieto a la cumbre de Celac, para que haga el aporte que considere al debate sobre temas esenciales como el hambre, la pobreza y la desigualdad.
–Todo esto ha venido acompañado de una política exterior que ha permitido romper con ese aislamiento que pretendió desarrollar Estados Unidos contra Cuba. El resultado es que Cuba tiene relaciones con 188 países de los 193 que conforman las Naciones Unidas. Relaciones de cooperación con más de 100 países y el ejemplo vivo son los más de 60 mil cubanos que laboran en diferentes partes del planeta, asistiendo en programas de salud y educación y contribuyendo, en la medida de sus posibilidades, al desarrollo de países hermanos, sobre todo de América Latina.
–¿Qué les ha faltado?
–Poner más empeño en lograr una economía productiva y eficiente. Ese es el gran reto que tenemos. Vivimos en condiciones muy difíciles, en las cuales las reglas del mundo son muy desiguales. El intercambio comercial es desigual. Los precios de los productos. Nuestros países exportan muy barato e importan muy caro. Y desde el punto de vista financiero, vivimos en un mundo controlado por los grandes consorcios, el gran capital.
–A pesar de todos los obstáculos, Cuba es visto como un actor importante en el mundo.
–Eso se constatará en los próximos días, en La Habana, con la celebración de la Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac), que ha conducido Cuba de una manera responsable desde 2013. Por eso digo que en materia de política interna y exterior, hay motivos para celebrar estos 55 años con satisfacción.
–¿Cuál es el vínculo entre los países de la Celac?
–El de que con independencia de las preferencias ideológicas y de los sistemas de gobierno, el gran reto de América Latina es el hambre y la desigualdad, y a ese esfuerzo se abocó Cuba como presidente de la Celac. No por gusto la reunión está enfocada a esos temas.
–¿Cuba se ha sentido acompañada por México en este esfuerzo?
–Cuba y México tienen una relación que va más allá de sus gobiernos. Hay una permanente renovación de vínculos y hermandad entre mexicanos y cubanos. Desde el punto de vista institucional, asistimos a un momento de mayor contacto y dinamismo. Por su importancia en la región, nos complace que asista el presidente Enrique Peña Nieto a la cumbre de Celac, para que haga el aporte que considere al debate sobre temas esenciales como el hambre, la pobreza y la desigualdad.
Además, el encuentro entre los presidentes Peña Nieto y Raúl Castro permitirá que la actualización de los acuerdos políticos que hemos alcanzado se conviertan en acciones concretas de educación, cultura, salud y en lo económico y comercial.
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