SE CIERRA UNA ÉPOCA EN NUESTRA HISTORIA (Documento de balance OPT)
31 de marzo de 2014 a la(s) 10:40
SE CIERRA UNA ÉPOCA EN NUESTRA HISTORIA
Artículo 39º. La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.
Artículo 136º. Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público, se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado a ésta.
Con la aprobación de la reforma energética por parte del llamado Congreso de la Unión durante la primera quincena del mes de diciembre de 2013, se cierra una época en la historia de nuestro país. 2013 será recordado como el año de la transformación radical oligárquica de las bases constitucionales heredadas del pacto social que puso fin al proceso revolucionario de 1910-17, de la destrucción de las principales derechos sociales que por primera ocasión quedarían plasmados en alguna Constitución en el mundo (Artículos 3º, 27º y 123º) y de la demolición de la estructura jurídico política que le otorgó estabilidad relativa a nuestro país, durante todo el siglo XX. Esta contrarrevolución conservadora, oligárquica y ultra liberal, constituye una victoria en toda la línea sobre el conjunto de las fuerzas sociales y populares, patrióticas, nacionalistas y revolucionarias de nuestra patria. Es necesario reconocer este hecho para sacar las lecciones correspondientes, y por tanto, definir las tareas estratégicas y tácticas para la nueva época que se abre.
Desde los tiempos de Antonio López de Santa Anna y Porfirio Díaz, no se habían constituido fuerzas tan regresivas y contrarias al interés nacional y popular como ahora se han unificado alrededor de Enrique Peña Nieto (EPN). Articulados en torno al mal llamado Pacto por México, los miembros de las cúpulas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Partido Acción Nacional (PAN), del Partido de la Revolución Democrática (PRD), del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y del Partido Nueva Alianza (PANAL), se comportaron como verdaderos operadores de las transnacionales y la oligarquía mexicana destrozando todo vestigio de legalidad, legitimidad, decoro y ética políticas, ofertando nuestros más preciados recursos materiales a las multinacionales.
Sólo bastaron 13 meses, el último de Calderón y los restantes 12 de Peña Nieto, para destruir las conquistas más preciadas que muchas generaciones logramos construir para alcanzar mayores libertades políticas y democraticas, así como condiciones de vida y trabajo medianamente dignas. En este periodo, se han reformado regresivamente: la Ley Federal del Trabajo; haciendo nugatorios los derechos a la estabilidad en el empleo, el pago de salarios suficientes para la manutencion de las familias obreras y para la propia reproducción de la fuerza de trabajo. E igualmente, los derechos a la contratación colectiva, a la organización sindical y a la huelga, han sido vulnerados y quedado en un verdadero predicamento. Con lo anterior, practicamente se deja en letra muerta y se vacía de contenido al Artículo 123º de la Carta Magna.
De la misma forma, se han reformado los Artículos 3º y 73º de nuestra Constitución Política con la mal llamada reforma educativa, que en el fondo no es más que una reforma laboral para los más del millón y medio de trabajadores de la educación, a los cuales se les coloca bajo un régimen de indefensión respecto de sus organismos de resistencia sindical quedando a merced de las desiciones autoritarias de las altas burocracias administrativas de la Secretaria de Educación Pública, al mismo tiempo que se le “otorga autonomia de gestión a las escuelas” para que los costos de la educación sean con cargo a los padres de familia, esto es, descarada privatización de la educación y carencia de derechos sindicales a sus trabajadores.
Por otra parte, con la reforma hacendaria se acuerda afilar y perfeccionar los instrumentos de recaudación fiscal para llenar los huecos que dejará la privatización petrolera, eléctrica y del gas, pasando la factura a los contribuyentes cautivos, esto es, a los trabajadores y al pueblo, para garantizar que aún los trabajadores de la “economía informal” paguen impuestos, desde luego, exceptuando de esa obligación a los grandes empresarios nacionales y foráneos. En una palabra, con esta reforma, se pretende institucionalizar que la aplicación de políticas públicas sea con cargo exclusivo a la plusvalía generada por la clase trabajadora.
Al mismo tiempo, con el esperpento de reforma política aprobada en la Cámara de Diputados, se pretende excluir de los derechos políticos y democráticos a millones de mexicanos y, especialmente a los trabajadores, sobre todo al aprobar la reeleción para senadores, diputados y presidentes municipales hasta por doce años y elevando de 2 a 3 por ciento de la votación para adquirir y/o refrendar el registro a los partidos políticos, con ello, se pretende perpetuar a una clase política parasitaria y putrefacta al servicio de la oligarquía y, por otro lado, se pretende consolidar un régimen político-electoral con tan sólo tres grandes partidos, excluyendo al resto de las fuerzas políticas.
Finalmente, la madre de todas las reformas contarrevolucionarias lo es, sin duda alguna, la reforma energética, aprobada completamente al vapor, con total desaseo y sin pudor alguno, tanto por las Cámaras de Senadores y Diputados federales como por los Congresos estatales, que sólo dejaron hacer evidente el total compromiso de la clase política (con muy pocas y honrosas excepciones) con las transnacionales y el imperialismo. Con ella, no se trata sólo de entregar el petróleo, la electricidad y el gas a las empresas extranjeras sino, peor aún, nos coloca ante el gravísimo riesgo de ver la intromisión de fuerzas militares foráneas, especialmente norteamericanas en nuestro territorio nacional, que van a tratar de hacer valer lo que los apátridas han entregado, y con ello, la posibilidad real de ver mancillado y cercenado, de nuevo, nuestro territorio y nuestra Soberanía Nacional.
Estamos pues, ante un verdadero golpe de estado técnico por parte de las fuerzas de la reacción y la ultra derecha contra los intereses nacionales y de los trabajadores, ese es el hecho. En tan sólo un año de gobierno de EPN, han surgido de los escombros del basurero de la historia los individuos más perversos, torvos, entreguistas e ignorantes de toda nuestra trayectoria como país. Cuando pensábamos que personajes como Miramón, Mejía o Márquez habían sido enterrados en lo más profundo de la insensatez, resulta que resurgen de las cenizas y tratan de culminar su tarea perenne: la entrega de nuestra patria. Antes lo hacían prometiendo nuestro país a emperadores europeos y ahora lo hacen ofreciendo nuestros recursos naturales y territorio nacional a las multinacionales, antes los conservadores ahora los neoliberales, pero siempre entreguistas: los apátridas de siempre. A esta labor se entregaron con especial denuedo, aquellos que sin pudor alguno se siguen denominando de izquierda; nos referimos al grupo compacto que jinetea al PRD, es decir, a los tristemente célebres Chuchos: Ortega y Zambrano, quienes decidieron empinar a ese partido a los designios imperiales de entrega de nuestro país y aunque hicieron una rabieta de último momento, lo cierto es que habían ya desarmado a esa organización política para efectuar cualquier forma de protesta medianamente efectiva.
Por su parte, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) tuvo una participación tan limitada durante todo este periodo, que genera un sin número de dudas, tal vez derivada del tipo de organización de carácter puramente electoral, su evidente ausencia en la pelea contra las reformas laboral, “educativa” y fiscal, acaso tenuemente remontada con cierta participación pero con escaso impacto durante la reforma energética.
En ese contexto, nuestra Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT) por el hecho de encontrarse prácticamente en la etapa de su nacimiento, poco o nada pudo hacer, si no es que acaso y sólo de modo testimonial tener cierta presencia en los plantones del Senado de la República durante las discusiones de la reforma energética. Lo cual no deja de ser trágico, en virtud del análisis precedente que nos indicaba a todos, que los neoliberales venian por todas las reformas, pasara lo que pasara.
Ahora, para el 2014 despertamos ante una situación íntegramente nueva, totalmente diferente de la que habiamos conocido la totalidad de los mexicanos y que continuará con la avalancha de la reformitis contrarrevolucionaria a través de las modificaciones a las leyes secundarias en materia petrolera y eléctrica, en lo sustancial nos encontramos ante una situación completamente inédita y adversa.
De ahí que desprendamos, la importancia capital de continuar con la construcción de nuestra fuerza política, la cual es hoy, más que nunca, vital y necesaria. En ese contexto, debemos tener la suficiente claridad sobre la tarea fundamental del presente periodo que se abre; dicha tarea no es otra, que la de lograr construir una correlación de fuerzas sociales y políticas que esté en condiciones de detener, primero, y pasar, después, a la ofensiva en contra de esta politica neoliberal entreguista. Para decirlo con Lenin: La teoría de Marx puso en claro la verdadera tarea de un partido socialista revolucionario: no inventar planes de reestructuración de la sociedad ni ocuparse de la prédica a los capitalistas y sus acólitos de la necesidad de mejorar la situación de los obreros, ni tampoco urdir conjuraciones, sino organizar la lucha de clase del proletariado y dirigir esta lucha, que tiene por objetivo final la conquista del Poder político por el proletariado y la organización de la sociedad socialista.
Por ello y ante las nuevas condiciones es que proponemos el siguiente
plan de acción:
1.- Vincularnos firme y consecuentemente con los movimientos sociales en lucha, especialmente entre los trabajadores de la educación, los electricistas y los usuarios de energía eléctrica, con el objeto de fortalecerlos ayudando en sus conjunción y articulación y evitar su derrota, así como el de hacernos fuertes y creciendo entre ellos.
2.- En este contexto, participar activamente en la constitución de la Nueva Central de los Trabajadores y en la construcción de un gran Movimiento Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica.
3.- Impulsar una gran Jornada Nacional de Propaganda, Movilización y Organización de la OPT durante los meses de enero y febrero de 2014, desarrollando su estructura nacional a través de la realización de las Asambleas Estatales y, por ende, de la constitución de sus comisiones ejecutivas para desde ahí, promover el trabajo político y organizativo de masas hacia los municipios y delegaciones, y especialmente hacia las zonas industriales, barrios obreros, colonias populares, comunidades campesinas y pueblos indígenas, y así, ir articulando los sectoriales de trabajadores, campesinos e indígenas, de estudiantes y jóvenes, de mujeres, etc.
4.- Intensificar la campaña de afiliación entre los trabajadores y el pueblo, al tiempo que continuemos llevando a cabo la política de alianzas para acercar a otras fuerzas políticas a participar en la OPT.
5.- Reorganizar a la Comisión Ejecutiva Nacional con el propósito de hacerla más eficiente y dinámica, relevando a los miembros que no asisten o no funcionan, e incorporando a aquellos miembros de otras organizaciones 4
que decidan incorporarse a la OPT, impulsando la necesaria división del trabajo para que a través de comisiones especializadas podamos estar en condiciones de atender los diferentes aspectos que nos imponen las actuales condiciones, cuestion que es correlativa a las comisiones estatales existentes.
6.- Preparación y realización de un gran acto político de masas en la capital de la República, que relance y coloque a la OPT como un nuevo referente en la lucha política de nuestro país y que concluya la campaña nacional de Propaganda, Movilización y Organización de enero-febrero del 2014.
7.- Definir y preparar los trabajos para la realización del Congreso Nacional, cuyo propósito central sea la estabilización de nuestra estructura, la redefinicion de nuestros documentos básicos y las siguientes actividades del próximo periodo.
Ejes programáticos
Por la abrogación de las reformas a los artículos 3º y 73º en materia educativa, a los artículos 25º, 27º y 28º en materia energética y a sus leyes secundarias en las anteriores materias y a la Ley Federal del Trabajo. ¡Por la defensa de la industria petrolera y eléctrica y de la educación pública, laica y gratuita!
Por la renacionalización de las industrias petrolera y eléctrica, por el derecho humano y social a la energía eléctrica y por una tarifa social justa. ¡Alto a la entrega del patrimonio energético a las transnacionales!
Por la creación de empleos suficientes, por salario constitucional y control de precios. Contra los despidos, el empleo precario, los topes salariales y la carestía de la vida. ¡Por la defensa del poder adquisitivo de los salarios y de los ingresos de la clase trabajadora!
Por el otorgamiento de apoyo económico y técnico para los productores del campo, la recuperación de la autosuficiencia alimentaria y contra la transnacionales agrícolas. ¡En defensa de la producción campesina agropecuaria y la independencia alimentaria!
Protección y respaldo a los autogobiernos de las organizaciones indígenas, cese inmediato al acoso a las comunidades zapatistas. ¡Por el respeto a la autonomía de las comunidades zapatistas e indígenas!
Apoyo y solidaridad a los grupos de autodefensa y guardias comunitarias en el territorio nacional, alto a la criminalización de las luchas sociales y contra los grupos delincuenciales que inhiben y acosan la lucha popular. ¡Por el inmediato retorno de las fuerzas armadas a sus cuarteles y zonas militares!
Contra la contaminación de ríos y territorios, contra la deforestación de bosques y selvas, fuera las empresas mineras extranjeras y contra el despojo de territorios a las comunidades.
¡Alto a la minería a cielo abierto, fuera las empresas multinacionales promotoras de los cultivos transgénicos!
Por la defensa de las libertades democráticas y políticas de los trabajadores y el pueblo, por el pleno derecho a la organización, manifestación y difusión de las ideas, no a la dictadura que comienza a aparecen en la vida política del país, contra los feminicidios y las desapariciones forzadas.
¡Por la plena libertad política y los derechos ciudadanos!
¡Presos políticos, libertad!
“Por la liberación nacional y la emancipación social”
Comisión Ejecutiva Nacional de la OPT
www.opt.org.mx
OPT Partido Nacional
SE CIERRA UNA ÉPOCA EN NUESTRA HISTORIA
Artículo 39º. La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.
Artículo 136º. Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público, se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado a ésta.
Con la aprobación de la reforma energética por parte del llamado Congreso de la Unión durante la primera quincena del mes de diciembre de 2013, se cierra una época en la historia de nuestro país. 2013 será recordado como el año de la transformación radical oligárquica de las bases constitucionales heredadas del pacto social que puso fin al proceso revolucionario de 1910-17, de la destrucción de las principales derechos sociales que por primera ocasión quedarían plasmados en alguna Constitución en el mundo (Artículos 3º, 27º y 123º) y de la demolición de la estructura jurídico política que le otorgó estabilidad relativa a nuestro país, durante todo el siglo XX. Esta contrarrevolución conservadora, oligárquica y ultra liberal, constituye una victoria en toda la línea sobre el conjunto de las fuerzas sociales y populares, patrióticas, nacionalistas y revolucionarias de nuestra patria. Es necesario reconocer este hecho para sacar las lecciones correspondientes, y por tanto, definir las tareas estratégicas y tácticas para la nueva época que se abre.
Desde los tiempos de Antonio López de Santa Anna y Porfirio Díaz, no se habían constituido fuerzas tan regresivas y contrarias al interés nacional y popular como ahora se han unificado alrededor de Enrique Peña Nieto (EPN). Articulados en torno al mal llamado Pacto por México, los miembros de las cúpulas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Partido Acción Nacional (PAN), del Partido de la Revolución Democrática (PRD), del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y del Partido Nueva Alianza (PANAL), se comportaron como verdaderos operadores de las transnacionales y la oligarquía mexicana destrozando todo vestigio de legalidad, legitimidad, decoro y ética políticas, ofertando nuestros más preciados recursos materiales a las multinacionales.
Sólo bastaron 13 meses, el último de Calderón y los restantes 12 de Peña Nieto, para destruir las conquistas más preciadas que muchas generaciones logramos construir para alcanzar mayores libertades políticas y democraticas, así como condiciones de vida y trabajo medianamente dignas. En este periodo, se han reformado regresivamente: la Ley Federal del Trabajo; haciendo nugatorios los derechos a la estabilidad en el empleo, el pago de salarios suficientes para la manutencion de las familias obreras y para la propia reproducción de la fuerza de trabajo. E igualmente, los derechos a la contratación colectiva, a la organización sindical y a la huelga, han sido vulnerados y quedado en un verdadero predicamento. Con lo anterior, practicamente se deja en letra muerta y se vacía de contenido al Artículo 123º de la Carta Magna.
De la misma forma, se han reformado los Artículos 3º y 73º de nuestra Constitución Política con la mal llamada reforma educativa, que en el fondo no es más que una reforma laboral para los más del millón y medio de trabajadores de la educación, a los cuales se les coloca bajo un régimen de indefensión respecto de sus organismos de resistencia sindical quedando a merced de las desiciones autoritarias de las altas burocracias administrativas de la Secretaria de Educación Pública, al mismo tiempo que se le “otorga autonomia de gestión a las escuelas” para que los costos de la educación sean con cargo a los padres de familia, esto es, descarada privatización de la educación y carencia de derechos sindicales a sus trabajadores.
Por otra parte, con la reforma hacendaria se acuerda afilar y perfeccionar los instrumentos de recaudación fiscal para llenar los huecos que dejará la privatización petrolera, eléctrica y del gas, pasando la factura a los contribuyentes cautivos, esto es, a los trabajadores y al pueblo, para garantizar que aún los trabajadores de la “economía informal” paguen impuestos, desde luego, exceptuando de esa obligación a los grandes empresarios nacionales y foráneos. En una palabra, con esta reforma, se pretende institucionalizar que la aplicación de políticas públicas sea con cargo exclusivo a la plusvalía generada por la clase trabajadora.
Al mismo tiempo, con el esperpento de reforma política aprobada en la Cámara de Diputados, se pretende excluir de los derechos políticos y democráticos a millones de mexicanos y, especialmente a los trabajadores, sobre todo al aprobar la reeleción para senadores, diputados y presidentes municipales hasta por doce años y elevando de 2 a 3 por ciento de la votación para adquirir y/o refrendar el registro a los partidos políticos, con ello, se pretende perpetuar a una clase política parasitaria y putrefacta al servicio de la oligarquía y, por otro lado, se pretende consolidar un régimen político-electoral con tan sólo tres grandes partidos, excluyendo al resto de las fuerzas políticas.
Finalmente, la madre de todas las reformas contarrevolucionarias lo es, sin duda alguna, la reforma energética, aprobada completamente al vapor, con total desaseo y sin pudor alguno, tanto por las Cámaras de Senadores y Diputados federales como por los Congresos estatales, que sólo dejaron hacer evidente el total compromiso de la clase política (con muy pocas y honrosas excepciones) con las transnacionales y el imperialismo. Con ella, no se trata sólo de entregar el petróleo, la electricidad y el gas a las empresas extranjeras sino, peor aún, nos coloca ante el gravísimo riesgo de ver la intromisión de fuerzas militares foráneas, especialmente norteamericanas en nuestro territorio nacional, que van a tratar de hacer valer lo que los apátridas han entregado, y con ello, la posibilidad real de ver mancillado y cercenado, de nuevo, nuestro territorio y nuestra Soberanía Nacional.
Estamos pues, ante un verdadero golpe de estado técnico por parte de las fuerzas de la reacción y la ultra derecha contra los intereses nacionales y de los trabajadores, ese es el hecho. En tan sólo un año de gobierno de EPN, han surgido de los escombros del basurero de la historia los individuos más perversos, torvos, entreguistas e ignorantes de toda nuestra trayectoria como país. Cuando pensábamos que personajes como Miramón, Mejía o Márquez habían sido enterrados en lo más profundo de la insensatez, resulta que resurgen de las cenizas y tratan de culminar su tarea perenne: la entrega de nuestra patria. Antes lo hacían prometiendo nuestro país a emperadores europeos y ahora lo hacen ofreciendo nuestros recursos naturales y territorio nacional a las multinacionales, antes los conservadores ahora los neoliberales, pero siempre entreguistas: los apátridas de siempre. A esta labor se entregaron con especial denuedo, aquellos que sin pudor alguno se siguen denominando de izquierda; nos referimos al grupo compacto que jinetea al PRD, es decir, a los tristemente célebres Chuchos: Ortega y Zambrano, quienes decidieron empinar a ese partido a los designios imperiales de entrega de nuestro país y aunque hicieron una rabieta de último momento, lo cierto es que habían ya desarmado a esa organización política para efectuar cualquier forma de protesta medianamente efectiva.
Por su parte, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) tuvo una participación tan limitada durante todo este periodo, que genera un sin número de dudas, tal vez derivada del tipo de organización de carácter puramente electoral, su evidente ausencia en la pelea contra las reformas laboral, “educativa” y fiscal, acaso tenuemente remontada con cierta participación pero con escaso impacto durante la reforma energética.
En ese contexto, nuestra Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT) por el hecho de encontrarse prácticamente en la etapa de su nacimiento, poco o nada pudo hacer, si no es que acaso y sólo de modo testimonial tener cierta presencia en los plantones del Senado de la República durante las discusiones de la reforma energética. Lo cual no deja de ser trágico, en virtud del análisis precedente que nos indicaba a todos, que los neoliberales venian por todas las reformas, pasara lo que pasara.
Ahora, para el 2014 despertamos ante una situación íntegramente nueva, totalmente diferente de la que habiamos conocido la totalidad de los mexicanos y que continuará con la avalancha de la reformitis contrarrevolucionaria a través de las modificaciones a las leyes secundarias en materia petrolera y eléctrica, en lo sustancial nos encontramos ante una situación completamente inédita y adversa.
De ahí que desprendamos, la importancia capital de continuar con la construcción de nuestra fuerza política, la cual es hoy, más que nunca, vital y necesaria. En ese contexto, debemos tener la suficiente claridad sobre la tarea fundamental del presente periodo que se abre; dicha tarea no es otra, que la de lograr construir una correlación de fuerzas sociales y políticas que esté en condiciones de detener, primero, y pasar, después, a la ofensiva en contra de esta politica neoliberal entreguista. Para decirlo con Lenin: La teoría de Marx puso en claro la verdadera tarea de un partido socialista revolucionario: no inventar planes de reestructuración de la sociedad ni ocuparse de la prédica a los capitalistas y sus acólitos de la necesidad de mejorar la situación de los obreros, ni tampoco urdir conjuraciones, sino organizar la lucha de clase del proletariado y dirigir esta lucha, que tiene por objetivo final la conquista del Poder político por el proletariado y la organización de la sociedad socialista.
Por ello y ante las nuevas condiciones es que proponemos el siguiente
plan de acción:
1.- Vincularnos firme y consecuentemente con los movimientos sociales en lucha, especialmente entre los trabajadores de la educación, los electricistas y los usuarios de energía eléctrica, con el objeto de fortalecerlos ayudando en sus conjunción y articulación y evitar su derrota, así como el de hacernos fuertes y creciendo entre ellos.
2.- En este contexto, participar activamente en la constitución de la Nueva Central de los Trabajadores y en la construcción de un gran Movimiento Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica.
3.- Impulsar una gran Jornada Nacional de Propaganda, Movilización y Organización de la OPT durante los meses de enero y febrero de 2014, desarrollando su estructura nacional a través de la realización de las Asambleas Estatales y, por ende, de la constitución de sus comisiones ejecutivas para desde ahí, promover el trabajo político y organizativo de masas hacia los municipios y delegaciones, y especialmente hacia las zonas industriales, barrios obreros, colonias populares, comunidades campesinas y pueblos indígenas, y así, ir articulando los sectoriales de trabajadores, campesinos e indígenas, de estudiantes y jóvenes, de mujeres, etc.
4.- Intensificar la campaña de afiliación entre los trabajadores y el pueblo, al tiempo que continuemos llevando a cabo la política de alianzas para acercar a otras fuerzas políticas a participar en la OPT.
5.- Reorganizar a la Comisión Ejecutiva Nacional con el propósito de hacerla más eficiente y dinámica, relevando a los miembros que no asisten o no funcionan, e incorporando a aquellos miembros de otras organizaciones 4
que decidan incorporarse a la OPT, impulsando la necesaria división del trabajo para que a través de comisiones especializadas podamos estar en condiciones de atender los diferentes aspectos que nos imponen las actuales condiciones, cuestion que es correlativa a las comisiones estatales existentes.
6.- Preparación y realización de un gran acto político de masas en la capital de la República, que relance y coloque a la OPT como un nuevo referente en la lucha política de nuestro país y que concluya la campaña nacional de Propaganda, Movilización y Organización de enero-febrero del 2014.
7.- Definir y preparar los trabajos para la realización del Congreso Nacional, cuyo propósito central sea la estabilización de nuestra estructura, la redefinicion de nuestros documentos básicos y las siguientes actividades del próximo periodo.
Ejes programáticos
Por la abrogación de las reformas a los artículos 3º y 73º en materia educativa, a los artículos 25º, 27º y 28º en materia energética y a sus leyes secundarias en las anteriores materias y a la Ley Federal del Trabajo. ¡Por la defensa de la industria petrolera y eléctrica y de la educación pública, laica y gratuita!
Por la renacionalización de las industrias petrolera y eléctrica, por el derecho humano y social a la energía eléctrica y por una tarifa social justa. ¡Alto a la entrega del patrimonio energético a las transnacionales!
Por la creación de empleos suficientes, por salario constitucional y control de precios. Contra los despidos, el empleo precario, los topes salariales y la carestía de la vida. ¡Por la defensa del poder adquisitivo de los salarios y de los ingresos de la clase trabajadora!
Por el otorgamiento de apoyo económico y técnico para los productores del campo, la recuperación de la autosuficiencia alimentaria y contra la transnacionales agrícolas. ¡En defensa de la producción campesina agropecuaria y la independencia alimentaria!
Protección y respaldo a los autogobiernos de las organizaciones indígenas, cese inmediato al acoso a las comunidades zapatistas. ¡Por el respeto a la autonomía de las comunidades zapatistas e indígenas!
Apoyo y solidaridad a los grupos de autodefensa y guardias comunitarias en el territorio nacional, alto a la criminalización de las luchas sociales y contra los grupos delincuenciales que inhiben y acosan la lucha popular. ¡Por el inmediato retorno de las fuerzas armadas a sus cuarteles y zonas militares!
Contra la contaminación de ríos y territorios, contra la deforestación de bosques y selvas, fuera las empresas mineras extranjeras y contra el despojo de territorios a las comunidades.
¡Alto a la minería a cielo abierto, fuera las empresas multinacionales promotoras de los cultivos transgénicos!
Por la defensa de las libertades democráticas y políticas de los trabajadores y el pueblo, por el pleno derecho a la organización, manifestación y difusión de las ideas, no a la dictadura que comienza a aparecen en la vida política del país, contra los feminicidios y las desapariciones forzadas.
¡Por la plena libertad política y los derechos ciudadanos!
¡Presos políticos, libertad!
“Por la liberación nacional y la emancipación social”
Comisión Ejecutiva Nacional de la OPT
www.opt.org.mx
OPT Partido Nacional
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