Trabajadores de la sección 65 cierran Buenavista del Cobre


Ulises Gutiérrez Ruelas
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 21 de agosto de 2014, p. 5
Hermosillo, Son., 20 de agosto.
Cerca de 800 integrantes de la sección 65 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, con sede en Cananea, cerraron este miércoles los tres principales accesos a la mina Buenavista del Cobre, filial de Grupo México, que contaminó los ríos Sonora y Bacanuchi con 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado.
Los trabajadores, cuya huelga fue declarada inexistente de forma injustificada, demandan mejores condiciones de seguridad e higiene en la mina. Señalaron que ellos ya habían denunciado el ‘‘negligente’’ manejo de tóxicos en la empresa propiedad de Germán Larrea, principal productora de cobre del continente.
‘‘Tiene que detenerse este crimen contra los habitantes de Sonora; a nosotros nos sacaron de la mina con el uso de las fuerzas federales (hace 3 años), cuando exigíamos mejores condiciones de seguridad y un mejor manejo de los contaminantes’’, manifestó Sergio Tolano, dirigente de la sección 65.
Explicó que la protesta es también para denunciar que cuando las autoridades federales en el sexenio de Felipe Calderón declararon inexistente la huelga, ‘‘atropellaron’’ los derechos de los trabajadores sin importarles que Grupo México ‘‘persistiera en su forma irresponsable de depredar el medio ambiente y maximizar las ganancias a costa de la salud de los habitantes de Cananea y los pueblos de las márgenes del río Sonora’’.
Aseguró que el derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado ‘‘confirma lo que habíamos dicho ante la autoridad, y en aquel entonces la misma autoridad les ayudó a arrebatarnos el contrato colectivo de trabajo (hoy en manos de la Confederación de Trabajadores de México)’’.
Tolano Lizárraga sostuvo que Grupo México ‘‘siempre ha dicho mentiras y ahorita todas han quedado al descubierto; por desgracia tuvo que pasar este derrame tóxico para que a escala internacional y nacional se viera la dimensión de esas mentiras’’.
Comentó que el sindicato minero cuenta con pruebas de las denuncias que interpuso en 2009 ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) sobre los derrames que ocurrían en los represos de jales (restos químicos y de metales pesados tras el proceso de producción de cobre y otros minerales) y cómo éstos iban a dar al río Bacanuchi y luego al Sonora.
‘‘Grupo México tiene a Sonora en jaque; ha contaminado uno de los pocos ríos que ya estaban corriendo con regularidad. En una entidad como ésta, en medio del desierto, esto es un crimen contra la población y algo de veras muy grave’’, aseveró el dirigente.
Agregó que el derrame de tóxicos ‘‘ha puesto en riesgo la salud de miles de personas y condenó a todas las comunidades aledañas al río Sonora a enfrentar una emergencia económica y social, la más grave de su historia’’.
Subrayó que los integrantes del gremio minero cuentan con el apoyo de la población y muchos residentes de diversos puntos del territorio estatal les han expresado su solidaridad tras el cierre de la mina, algo que la autoridad debería haber realizado desde que en 2009 denunciaron la contaminación flagrante que ocasionaba Grupo México.
‘‘Todo lo que huele a Germán Larrea huele a muerte; tenemos lo de Pasta de Conchos, los muertos en Sonora (en los movimientos sindicales recientes en Cananea y Nacozari) y en general en todas las minas vemos que deja una estela de impunidad’’, concluyó.

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