Gobierno de Peña adjudica tres de los cinco contratos petroleros
Lourdes
Melgar, subsecretaria de la CNH; Pedro Joaquín Coldwell, titular de la
Sener; y Juan Carlos Zepeda, presidente de la CNH. Foto: Octavio Gómez |
En efecto, tras el fracaso de la primera fase, realizada el 15 de julio, en la que sólo se asignaron dos (el 14%) de las 14 áreas petroleras licitadas, las autoridades decidieron “flexibilizar” las bases para hacer menos onerosa la participación de las empresas privadas, nacionales y extranjeras, generar más interés entre ellas y posibilitar mayores inversiones para levantar la alicaída producción nacional de petróleo y gas.
Y les resultó esa “flexibilización”, que no es otra cosa que el abaratamiento de las condiciones económicas para los interesados. Aunque a medias, porque de las grandes trasnacionales petroleras ninguna mostró interés.
Para esta segunda fase de la Ronda Uno lograron la precalificación 14 firmas petroleras, pero sólo se presentaron nueve, tanto en lo individual como en consorcio.
En la fase anterior, del 15 de julio, precalificaron 18 empresas y siete consorcios, pero sólo nueve presentaron su oferta económica y la respectiva garantía de seriedad.
Esta vez se presentaron en total 15 ofertas, pero sólo tres ganaron un contrato.
El primer bloque lo ganó ENI International, empresa italiana con 30% de capital del gobierno italiano y el resto en los mercados bursátiles.
El campo petrolero cuyo contrato le fue asignado está en el litoral de Tabasco, a unos 93 kilómetros de la costa, mide 67 kilómetros cuadrados y tiene un tirante (profundidad) de 33 metros.
De hecho, los bloques que hoy se licitaron, igual que los de la fase uno, están en aguas someras.
ENI International ofreció al gobierno 83.75% de la utilidad operativa, cuando aquél había puesto como mínimo 34.6%.
El área contractual 2 (bloque o campo petrolero) fue adjudicado a Pan American Energy LLC, quien participó junto con E&P Hidrocarburos y Servicios. Estadunidense la primera y argentina la segunda.
El consorcio ofreció al Estado mexicano una participación de 70% de las utilidades operativas, contra 35.9% que aquél solicitó como mínimo.
El bloque asignado a ese consorcio también está en el litoral de Tabasco, tiene una superficie de 40 kilómetros cuadrados, está a 22 kilómetros de la costa y tiene un tirante de agua de 28 metros.
Los bloques 3 y 5 fueron declarados desiertos, pues nadie se interesó en ellos. Ningún licitante presentó oferta alguna.
El bloque 4 fue asignado al consorcio formado por la estadunidense Fieldwood Energy LLC y la mexicana Petrobal. La primera es propiedad de fondos de capital privado e inversionistas institucionales de Estados Unidos.
La segunda, apenas creada a principios de este año y que sin duda levantará polémica, es la empresa petrolera del Grupo Bal, que comanda el magnate Alberto Bailleres –asiduo participante en las famosas listas de la revista Forbes, de los hombres más ricos del mundo–, el dueño de las mineras Peñoles y Fresnillo, así como de Seguros GNP y de las tiendas departamentales El Palacio de Hierro.
Según información de la agencia Reuters, Carlos Morales Gil, exdirector de Pemex Exploración y Producción de Pemex, se incorporó en febrero pasado como director general de Petrobal.
Es decir, información privilegiada al servicio de Alberto Bailleres.
El consorcio formado por Fieldwood y Petrobal ofreció al Estado por el área contractual número cuatro una participación de 74% contra el mínimo de 33.70% que solicitaba aquél como mínimo.
El campo petrolero está cerca de Campeche, tiene una superficie de 58 kilómetros cuadrados, está a 50 kilómetros de la costa y tiene una profundidad de 45 metros.
Lo que facilitó y motivó el interés de los inversionistas fue la modificación de las bases de licitación para esta segunda fase, luego del desinterés manifiesto en la primera.
Para la segunda fase, la Secretaría de Hacienda redujo la participación mínima solicitada por el Estado mexicano, en las utilidades operativas, a más cerca de 30 que del 40% fijo de la primera fase.
También, con el fin de interesar más a las empresas y atraer más inversiones, redujo la garantía operativa a la que se obligaban en la primera fase a efectos de proteger al Estado mexicano en casos de accidentes mayores.
En la regla anterior, la garantía operativa que debían ofrecer las empresas era equivalente a unos 6 mil millones de dólares; ahora es de sólo 2 mil millones.
Además, la Comisión Nacional de Hidrocarburos decidió flexibilizar las reglas para la formación de consorcios y su participación, y estableció previsiones ante la salida de un operador del grupo.
Otra modificación a las reglas de licitación indica que las empresas y consorcios participantes deben contar con un seguro de por lo menos mil millones de dólares para enfrentar responsabilidad ante derrames o accidentes propios de la industria.
Hoy, al término de la jornada de licitación, el comisionado presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, Juan Carlos Zepeda, echó las campanas al vuelo:
“Los resultados son muy satisfactorios. Estamos muy contentos. Se confirma el éxito de la reforma energética. Es un gran resultado para México el día de hoy”.
Eso dijo.
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