Generación del confinamiento: El costo laboral para los jóvenes estudiantes
En México, más de 11 millones de estudiantes de
nivel medio superior y superior están viendo afectada su formación para
el empleo debido al cierre de centros educativos por la emergencia
sanitaria.
Al interrumpir sus clases, una gran parte –principalmente quienes no tienen acceso a la tecnología para recibirlas en línea— cargará con el lastre del rezago educativo. La “generación del confinamiento”, como ya la ha nombrado la OIT, avanzará de ciclo escolar o saldrá al mercado de trabajo sin las habilidades y competencias que debieron haber formado en estos meses.
Por lo tanto, tendrá “mayores dificultades para encontrar empleo”, señala la cuarta edición del Observatorio de la OIT: El Covid-19 y el mundo del trabajo. Para muchas y muchos será difícil que puedan cubrir el perfil que piden las empresas.
La OIT afirma que, a largo plazo, Estados Unidos tendrá una pérdida de 2.5 billones de dólares por el cierre de centros escolares. Esta merma, que equivale a 12.7% de su Producto Interno Bruto (PIB), está directamente asociada a los ingresos laborales que los estudiantes no podrán generar.
A esto se suma el desempleo juvenil, que de por sí era más alto que en el caso de las personas adultas. Al empezar la crisis económica por la pandemia, 4 de cada 10 jóvenes en el mundo trabajaban en los sectores donde ha habido más desempleo: comercio, maquiladoras, actividades empresariales y hotelería y alimentación.
Casi 77% de la población juvenil mundial, 328 millones, estaba empleado en el sector informal, “frente a alrededor del 60% de los adultos trabajadores. Otros 267 millones no tenían empleo, ni participaban en ningún programa educativo o de formación.
En México, en el 2019 había más de 5.2 millones de estudiantes de nivel medio superior, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP). La mayoría estaba inscrita en el bachillerato general, casi 3.3 millones; lo que representa casi 63 por ciento.
La matrícula del bachillerato tecnológico era de más de 1.9 millones de jóvenes, es decir, 36 por ciento. Y había más de 62,000 en la educación profesional técnica, quienes representan 12 por ciento del total.
En cuanto a la formación superior, las cifras están así: más de 3.9 millones de alumnas y alumnos. La gran mayoría estudiaba una licenciatura, 3.6 millones, lo que representa 91.6 por ciento de la matrícula nacional.
En segundo lugar están quienes estudiaban un posgrado, un grupo de 240,000 estudiante, o sea, el 6 por ciento. Por último, las escuelas normales, ahí estudiaban casi 92,000 personas, lo que representa 2 por ciento.
Y en centros educativos dedicados a la capacitación para el trabajo había casi 2 millones de jóvenes. El 86% estudiaba en una escuela pública y 14%, en una privada.
Los resultados de una encuesta elaborada por la OIT, la Unesco y el Banco Mundial, indican que 98% de los estudiantes se quedó en sus casas debido al cierre íntegro o parcial de centros de educación y formación técnica y profesional y de centros de capacitación.
Más de dos terceras partes de las actividades de formación se imparten actualmente a distancia. Pero “únicamente una pequeña parte de los países de bajos ingresos ha llevado a cabo esa transición”. No siempre tienen la infraestructura para lograrlo, el acceso a la tecnología es limitado, por lo que los alumnos en esos lugares tendrán “repercusiones más adversas”.
También la falta de capacitación en competencias digitales de muchas de sus maestras o profesores contribuye a que la educación que estén recibiendo en estos momentos no sea la mejor.
Otros, estaban inscritos en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Este proyecto está dirigido a personas de 18 a 29 años que no estudian y estaban desempleados. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) los vincula con una empresa para que ahí reciban capacitación laboral.
Durante un año reciben una beca del gobierno de 3,748 pesos mensuales. Además de un seguro médico contra enfermedades, maternidad y riesgos de trabajo en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En la actualidad están inscritos casi 600,00 aprendices. Sin embargo, debido a esta emergencia sanitaria muchos han tenido que quedarse en sus casas.
En un video, la titular de la STPS, Luisa María Alcalde, ha informado que se permite a las empresas capacitar a los becarios a distancia sin la obligación de notificarlo a la dependencia. Y las evaluaciones de aprendices y tutores se seguirán realizando.
En la página electrónica del programa hay enlaces a otras plataformas que ofrecen capacitación. Entre ellas están las de la UNAM, el Tecnológico de Monterrey, Coursera, Facebook, LinkedIn y Microsoft.
Además, todas las semanas hay sesiones en línea desde las redes sociales de Jóvenes Construyendo el Futuro para desarrollar diferentes habilidades, como las de comunicación, gestión del tiempo, creación de proyectos.
Fuente
Escrito por:
Blanca Juárez
El cierre de escuelas y centros de capacitación, donde millones de jóvenes se forman para el empleo, podría afectar “de por vida su nivel de ingresos”.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el
distanciamiento social por la pandemia de Covid-19 está perjudicando su
presente y su futuro laboral.Al interrumpir sus clases, una gran parte –principalmente quienes no tienen acceso a la tecnología para recibirlas en línea— cargará con el lastre del rezago educativo. La “generación del confinamiento”, como ya la ha nombrado la OIT, avanzará de ciclo escolar o saldrá al mercado de trabajo sin las habilidades y competencias que debieron haber formado en estos meses.
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La OIT afirma que, a largo plazo, Estados Unidos tendrá una pérdida de 2.5 billones de dólares por el cierre de centros escolares. Esta merma, que equivale a 12.7% de su Producto Interno Bruto (PIB), está directamente asociada a los ingresos laborales que los estudiantes no podrán generar.
A esto se suma el desempleo juvenil, que de por sí era más alto que en el caso de las personas adultas. Al empezar la crisis económica por la pandemia, 4 de cada 10 jóvenes en el mundo trabajaban en los sectores donde ha habido más desempleo: comercio, maquiladoras, actividades empresariales y hotelería y alimentación.
Casi 77% de la población juvenil mundial, 328 millones, estaba empleado en el sector informal, “frente a alrededor del 60% de los adultos trabajadores. Otros 267 millones no tenían empleo, ni participaban en ningún programa educativo o de formación.
Más de 11 millones afectados en México
Antes del surgimiento de este nuevo tipo de coronavirus, casi 496 millones de personas jóvenes en todo el mundo cursaban la secundaria, la educación media superior y la enseñanza superior, según datos de la Unesco.En México, en el 2019 había más de 5.2 millones de estudiantes de nivel medio superior, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP). La mayoría estaba inscrita en el bachillerato general, casi 3.3 millones; lo que representa casi 63 por ciento.
La matrícula del bachillerato tecnológico era de más de 1.9 millones de jóvenes, es decir, 36 por ciento. Y había más de 62,000 en la educación profesional técnica, quienes representan 12 por ciento del total.
En cuanto a la formación superior, las cifras están así: más de 3.9 millones de alumnas y alumnos. La gran mayoría estudiaba una licenciatura, 3.6 millones, lo que representa 91.6 por ciento de la matrícula nacional.
En segundo lugar están quienes estudiaban un posgrado, un grupo de 240,000 estudiante, o sea, el 6 por ciento. Por último, las escuelas normales, ahí estudiaban casi 92,000 personas, lo que representa 2 por ciento.
Y en centros educativos dedicados a la capacitación para el trabajo había casi 2 millones de jóvenes. El 86% estudiaba en una escuela pública y 14%, en una privada.
Los resultados de una encuesta elaborada por la OIT, la Unesco y el Banco Mundial, indican que 98% de los estudiantes se quedó en sus casas debido al cierre íntegro o parcial de centros de educación y formación técnica y profesional y de centros de capacitación.
Más de dos terceras partes de las actividades de formación se imparten actualmente a distancia. Pero “únicamente una pequeña parte de los países de bajos ingresos ha llevado a cabo esa transición”. No siempre tienen la infraestructura para lograrlo, el acceso a la tecnología es limitado, por lo que los alumnos en esos lugares tendrán “repercusiones más adversas”.
También la falta de capacitación en competencias digitales de muchas de sus maestras o profesores contribuye a que la educación que estén recibiendo en estos momentos no sea la mejor.
Cierre de empresas, otra afectación
En México, el cierre de negocios también está perjudicando la formación para el trabajo de la población joven. Muchos estaban realizando ahí sus prácticas escolares, que les sirve como un acercamiento al mundo laboral y para ejercitar lo que están aprendiendo en la escuela.Otros, estaban inscritos en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Este proyecto está dirigido a personas de 18 a 29 años que no estudian y estaban desempleados. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) los vincula con una empresa para que ahí reciban capacitación laboral.
Durante un año reciben una beca del gobierno de 3,748 pesos mensuales. Además de un seguro médico contra enfermedades, maternidad y riesgos de trabajo en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En la actualidad están inscritos casi 600,00 aprendices. Sin embargo, debido a esta emergencia sanitaria muchos han tenido que quedarse en sus casas.
En un video, la titular de la STPS, Luisa María Alcalde, ha informado que se permite a las empresas capacitar a los becarios a distancia sin la obligación de notificarlo a la dependencia. Y las evaluaciones de aprendices y tutores se seguirán realizando.
En la página electrónica del programa hay enlaces a otras plataformas que ofrecen capacitación. Entre ellas están las de la UNAM, el Tecnológico de Monterrey, Coursera, Facebook, LinkedIn y Microsoft.
Además, todas las semanas hay sesiones en línea desde las redes sociales de Jóvenes Construyendo el Futuro para desarrollar diferentes habilidades, como las de comunicación, gestión del tiempo, creación de proyectos.
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