SHCP: Seis de cada 10 pesos de la riqueza nacional, en manos de 1% de la población
La pandemia, dolorosa oportunidad para una recuperación equitativa, señala
Viernes 26 de marzo de 2021, p. 21
El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera Gutiérrez, reconoció que México es de los países más desiguales del mundo comparado con el promedio internacional, al concentrarse 59 por ciento de la riqueza en sólo uno por ciento de la población.
Exhortó a aprovechar mejor la oportunidad tan dolorosa
que ha significado la pandemia del Covid-19 para regresar a una trayectoria de recuperación más justa y equitativa.
La pandemia del Covid-19, además de generar un crisis sanitaria y económica, agravó más la desigualdad del país, porque en la próxima encuesta nacional es posible que se vea un aumentó de la pobreza y la inequidad, anticipó.
En México existen 34.74 millones de hogares con un ingreso corriente total de 1.72 billones de pesos cada trimestre, según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) de 2018, la más reciente publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Según esos datos y la información aportada por Herrera Gutiérrez, 347 mil 400 hogares, uno por ciento del total de los existentes en el país, concentra ingresos por un billón 14 mil 800 millones de pesos al trimestre, que es 59 por ciento del ingreso corriente total. Mientras, el ingreso corriente promedio trimestral por hogar fue ese año de 49 mil 610 pesos, según la ENIGH-18.
Al participar en una mesa redonda sobre políticas para reducir las desigualdades y sus obstáculos políticos y económicos, organizada por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Arturo Herrrera señaló que entre las principales preocupaciones están los problemas de distribución del ingreso, así como la movilidad social, condición necesaria para sacar a las personas de la pobreza.
En el diálogo sobre desigualdad participó también el economista francés Thomas Piketty, quien a partir de su reciente libro Capital e ideología, plantea que los impuestos y el Estado juegan un papel clave para mitigar la desigualdad.
Piketty, también autor de El capital en el siglo XXI, propone imponer impuestos a la riqueza y la herencia buscando una redistribución de la riqueza más que una redistribución del ingreso.
Por su parte, Herrera Gutiérrez indicó que a nivel de concentración de la riqueza, México se ubica entre los 10 más altos, y consideró que en tiempos de postpandemia se presenta la oportunidad para construir un mundo mejor y reducir las desigualdades.
Expuso que en México existe una brecha muy grande en el territorio nacional entre el norte y el sur por la disparidad del PIB per cápita.
Señaló que la pandemia del Covid-19 puso en evidencia la precariedad de los servicios de salud, en un entorno en que la recaudación tributaria es menor a 14 por ciento como proporción del producto interno bruto (PIB).
Por ejemplo, en la Ciudad de México el PIB es siete veces mayor al de Chiapas, mientras el del norteño Nuevo León es cinco veces más que el de Oaxaca.
En México, además, se requiere trabajar más en la inclusión de género, pues menos de 50 por ciento de las mujeres en edad de trabajar están en la fuerza laboral, lo que nos ubica debajo de países como Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador.
Reconoció que en el país carecemos de un sistema de atención a niños y su cuidado, junto con el de los adultos mayores, recae en las mujeres, principalmente.
Para abatir la brecha de desigualdad también se plantea reformar el sistema de pensiones para aumentar la contribución del sector privado. Otras preocupaciones, dijo, son el cambio climático y el cambio tributario.
Thomas Piketty, al argumentar que buena parte de la adquisición privada de propiedad se ha hecho abusando de los mecanismos del poder estatal o apropiándose de bienes comunes, explica que buena parte del aumento reciente de la riqueza se ha debido a factores especulativos en sectores como el inmobiliario y el bursátil.
El economista propone reforzar la libertad de todo el mundo mediante un reparto más equitativo de la riqueza que no elimine, pero reduzca, la actual desigualdad.
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