Es hora de alcanzar la soberanía alimentaria

 

Pablo Moctezuma Barragán - 17 May 2022 a las 6:14 pm
en busca de la soberanía alimentaria
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La situación actual, tanto externa como interna, requiere que tomemos medidas extraordinarias para sortear la crisis en general y la alimentaria en particular.

México importó maíz en 2021 por 17.5 millones de toneladas, uno de los productos agropecuarios que más se han encarecido en los últimos meses, presionando al alza el precio de la tortilla. Importamos el 73 por ciento del maíz amarillo y México se mantiene como primer importador mundial de este cereal.

Esto ocurre México, donde nuestros antepasados inventaron en los alrededores de Tehuacán, Puebla, un nuevo híbrido, el maíz, hace más de 8 mil años, al combinar dos plantas silvestres: el Teozintle y el Tripzacum. México es la tierra del maíz. Se lo dimos al mundo. Desde el siglo XIX hasta la época del neoliberalismo exportábamos maíz. Es claro que debemos y podemos ser autosuficientes.

Además del maíz, los productos alimenticios se han encarecido. México importa, a precios altos, cereales y granos básicos, debido a que la producción interna es incapaz de cubrir la demanda local. Importa 83 por ciento del arroz y 65 por ciento del trigo que se consume. Las compras al exterior de agroproductos siguen en aumento. Informa Consejo Nacional Agropecuario (CNA) que, además de que México es el primer importador de maíz, es el tercero en sorgo (usado para el sector pecuario), noveno en trigo y el décimo en arroz. Asimismo, ocupamos el tercer lugar importar en pollo, el tercero en cerdo y el sexto en carne de res.

En el primer bimestre de 2022, el gasto de México para adquirir granos básicos del exterior subió 27 por ciento con respecto a igual periodo de 2021, según cifras oficiales. Urge lograr la soberanía alimentaria en el contexto actual.

En el campo se han consolidado grandes corporaciones agropecuarias frente a un 75 por ciento de productores de subsistencia y 55 por ciento de la población rural en la pobreza. El mercado agroalimentario de México –desde la comercialización y distribución de granos hasta la transformación industrial de productos agrícolas y la importación de alimentos– está en manos de Wal Mart, Kansas City, Cargill, Bimbo, Maseca, Bachoco, Herdez, Nestlé, Lala, Sigma, Monsanto, etcétera. Tan sólo en el caso del maíz, cuatro empresas controlan el 66 por ciento de la oferta del grano. Y además acaparan el agua en una situación en la que hasta el pasado 30 de abril, dos tercios de los municipios del país, 1 mil 698, presentaron condiciones de “anormalmente secas” hasta “sequía excepcional”. Hoy hay sólo 855 sin afectación, reportó el Monitor de Sequía del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Y en general la población no tiene agua suficiente. La información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) habla de que sólo 64 por ciento de mexicanos recibe diariamente agua entubada en sus hogares, pero al mismo tiempo el crecimiento del negocio del líquido embotellado se incrementó hasta 26 por ciento de 2016 a 2020.

Para la autosuficiencia alimentaria es necesario dotar de agua y apoyar cooperativas, pequeños y medianos productores de inmediato y que aumente la producción. México tiene 20 millones de hectáreas ociosas y 10 millones sin trabajo. Se requiere un Plan Nacional Agropecuario que revierta la situación actual y producir los alimentos de calidad y a bajo costo.

Los hogares en México con los ingresos más bajos (deciles I y II) tienen una baja diversidad en el consumo, destinan aproximadamente 60 por ciento de su ingreso monetario, en promedio, a la compra de alimentos, según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2020. Destinan sólo el 28.5 por ciento los hogares con los ingresos más altos.

La población requiere alimentos accesibles y baratos. La misión de Segalmex es promover la seguridad alimentaria y la nutrición, mediante programas de apoyo a pequeños productores, así como garantizar el acopio y distribución eficiente de alimentos básicos, para propiciar el bienestar de las comunidades más vulnerables de nuestro país. Y ahí precisamente en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) es donde se ha detectado un fraude por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y la Secretaría de la Función Pública (SFP) que podría alcanzar hasta 10 mil millones de pesos. Ya compareció el exdirector del organismo, Ignacio Ovalle, según revelaron mandos de la Fiscalía General de la República (FGR).

Por la crisis mundial, tenemos que prepararnos en lo relacionado con precios de alimentos básicos: maíz, frijol, arroz, pollo, huevo. “Lo básico se tiene que garantizar y debe servir esto de lección para buscar la autosuficiencia, producir en México lo que consumimos”, dijo el presidente López Obrador.

El problema inflacionario se ha agravado desde la invasión rusa a Ucrania y las medidas de confinamiento que se establecieron en ciudades de Asia para contener la Covid-19; pero además de la situación externa pesan factores internos que agravan el problema. Productores de maíz, frijol, miel, naranja, limón, café y maíz de los estados de Nayarit, Veracruz, Michoacán, Morelos y Guerrero denuncian que, ante la necesidad de obtener recursos para subsistir, se ven obligados a vender sus cosechas a los intermediarios o coyotes a un precio mucho menor de lo que posteriormente se ofertan al consumidor final (La Jornada, 4 de mayo 2022). Y luego grandes intermediarios ofertan al consumidor mexicano productos agrícolas básicos a precios de entre 100, 200 y hasta 680 por ciento más elevados respecto a los que los consiguen directamente de los campesinos, lo que indica claramente que la carestía de los alimentos es en gran parte consecuencia de especulación, acaparamiento y enriquecimiento de unos cuantos.

La inflación de la canasta básica se ubica en más de 13 por ciento, casi el doble de la general, que alcanzó 7.68 anual en abril, su mayor nivel desde enero de 2001 según informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esto atenta contra la seguridad alimentaria de la población mexicana.

En una situación en la que los salarios contractuales agravan su caída: sufren retroceso de 2.14 por ciento en términos reales. El poder adquisitivo de los salarios contractuales tuvo en abril el mayor revés desde octubre de 2017. El incremento promedio pactado en las negociaciones de jurisdicción federal fue ese mes de 5.4 por ciento nominal –el porcentaje más bajo en lo que va del año–.

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Hace falta inversión pública porque la banca privada sólo da facilidades a empresas extranjeras para obtener financiamiento y pone, según el Banco Mundial, barreras para las nacionales, principalmente las pequeñas. Además, hace falta mayor inversión en infraestructura. Por otra parte, el Banco de México (Banxico) elevó en marzo por su tasa de interés para llevarla a 6.5 por ciento, lo que encarece el crédito a productores.

Mientras que los agricultores sufren por falta de créditos, el conjunto de 50 bancos que opera en México tuvo entre enero y marzo pasados ganancias récord por 53 mil 175 millones de pesos, incremento de 50.3 por ciento con respecto de los 35 mil 374 millones reportados en el mismo periodo del año previo, como reporta la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Las utilidades de BBVA México y Citibanamex, dos de los principales bancos del sistema financiero del país, repuntaron 60.3 y 32 por ciento, respectivamente, en comparación con el primer trimestre del año pasado. Los banqueros extranjeros engordan sus bolsillos a costa de ahorradores y deudores y de sus trabajadores. Hace falta urgentemente una banca nacional y pública que ayude al desarrollo agropecuario y no sólo se mueva por el interés de lucro.

La falta de inversión y de oportunidades de trabajo, presiona la migración, el número de migrantes que intentaron cruzar la frontera sur de Estados Unidos en marzo alcanzó su mayor nivel de las últimas 2 décadas: las autoridades detuvieron a 221 mil 303 indocumentados en marzo. El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, reconoció el domingo 8 de mayo, que el país se prepara para recibir una oleada de inmigrantes y enfrentar una “presión extraordinaria” en la frontera con México una vez que se eliminen las restricciones de entrada relacionadas con la pandemia de Covid-19. Los migrantes que en marzo trataron cruzar la frontera sur de Estados Unidos es la más alta en 2 décadas.

Las remesas recibidas en México durante el 2021 sumaron 51 mil 594 millones de dólares, una cifra sin precedentes. Entre enero y marzo alcanzó 12 mil 521 millones de dólares por encima de los 10 mil 615 millones de dólares de 2021.

Pero no bastan las remesas, hacen falta recursos adicionales para el campo. Una medida necesaria sería el realizar una reforma fiscal progresiva, un impuesto especial a los más ricos y suspender el pago de la deuda pública, para auditarla y renegociarla.

Urge fomentar el desarrollo. Ya la Secretaría de Hacienda bajó del 4.1 al 3.4 por ciento la expectativa de crecimiento del producto interno bruto en 2022, por la prolongación de efectos derivados de la pandemia de la Covid-19. La Organización para la Cooperación y el Desarroll Económicos (OCDE) sostiene que la economía mexicana se ha debilitado desde la segunda mitad de 2021, por lo que su tasa de crecimiento para este 2022 será de 2.3 por ciento, lejos del 3.3 por ciento que pronosticó el organismo en diciembre pasado.

Hay que cobrar más impuestos, por ejemplo, a las mineras. De acuerdo con datos del Servicio de Administración Tributaria (SAT), las empresas del sector minero tuvieron entre 2016 y 2019 una tasa efectiva de impuesto sobre la renta (ISR) por debajo de 7 por ciento, pero de acuerdo con las autoridades fiscales entregaban sólo el 1 o 2 por ciento, siendo que en el país las personas morales –empresas y asociaciones– deben gravarse con 30 por ciento. Las empresas de extracción en México pagan de 8 a 188 pesos semestrales por cada hectárea de tierra que recibieron del Estado mexicano en concesión durante las anteriores administraciones federales, revelan datos oficiales. Esto pagan los mineros extractivistas. Según la última actualización del 12 de noviembre de 2021, 8.63 pesos los primeros 2 años, luego 12.91, 2 años, luego 26.68 pesos, luego 53.66 en el séptimo y octavo año, 107.32 el noveno y a partir de décimo la cuota queda en 188.86 pesos por hectárea.

La jefa del SAT, Raquel Buenrostro, aseguró que el sector minero tiene una de las tasas impositivas más bajas, pues hay empresas que pagan apenas el 0.0002 por ciento de sus ingresos. El sector representa el 4.8 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Ya hasta el presidente Biden pretende subir impuestos; 28 por ciento a corporaciones y 20 por ciento a los más ricos con ingresos anuales superiores a 100 millones de dólares. En México necesitamos recursos frescos para el campo, mientras que en 2021 se pagaron por intereses de la deuda pública 687 mil millones de pesos y la SHCP estima que pagará 869 mil millones de pesos para 2022, un aumento de 202 mil millones de pesos, el 27 por ciento de incremento nominal en un año. Y para 2023 el costo financiero será de más de un billón de pesos, más de un millón de millones de pesos. Si se suspende y audita el servicio de la deuda, mientras se reanudan pagos, nos ahorraríamos un millón y medio de millones de pesos para el desarrollo y si cobran impuestos justos, el gobierno federal tendría recursos suficientes.

Y desde luego aumentar impuestos en México y en todo el mundo ya que las corporaciones disparan sus ganancias y se favorecen en medio de pandemia, guerra y crisis. Desde que comenzó la pandemia de covid-19, seis compañías farmacéuticas que desarrollaron vacunas contra la enfermedad (Moderna, Pfizer, Biontech, AstraZeneca, Novavax y Johnson & Johnson) ganaron 227 mil millones de dólares en valor de mercado.

Frente a la guerra de Ucrania, al cierre del primer trimestre de 2022, Shell y BP, empresas de los sectores petrolífero y del gas natural, reportaron extraordinarios crecimientos en utilidades por mayores precios del petróleo. Shell reportó utilidades de 9.13 mil millones de dólares, récord para un primer trimestre, comparativamente, las utilidades casi se triplicaron.

Buscar la soberanía alimentaria, como ya se ha hecho con la soberanía energética. En la producción de diésel y en gasolina ya somos autosuficientes, por lo que se genera en las refinerías de Pemex y de Deer Park. En gasolina se han reducido las importaciones 45 por ciento. Luchar por la soberanía energética es básico. Hoy lo estamos viendo en todo el mundo. Indudablemente, así de importante y crucial es la soberanía alimentaria. Es hora.

Pablo Moctezuma Barragán*

*Doctor en estudios urbanos, politólogo, historiador y militante social 


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