Ramírez Acuña persiste en evadir temas polémicos, acusan diputados
Enrique Méndez y Roberto Garduño
Periódico La Jornada
Viernes 9 de abril de 2010, p. 14
Diputados de PRD y PT afirmaron que el presidente de la mesa directiva, Francisco Ramírez Acuña (PAN), se ha negado a cumplir un compromiso, asumido por él en octubre ante legisladores de todos los partidos, de no levantar unilateralmente las sesiones cuando se debatan temas polémicos. Los legisladores aportaron la versión estenográfica de la reunión en la que el panista sostuvo un agrio intercambio verbal con Gerardo Fernández (PT).
En la transcripción de la reunión de la mesa directiva del martes 27 de octubre se conoce que a propuesta del vicepresidente, Felipe Solís Acero (PRI), ese órgano legislativo admitió que Ramírez Acuña no debía volver a reventar las sesiones, como hizo en la del jueves 22 de ese mes, cuando consideró que no había condiciones para continuar con la comparecencia del secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, e incluso la dio por cumplida.
Durante la reunión, en la cual legisladores de PRI y PT intercambiaron acusaciones por el comportamiento de los líderes electricistas que en esa fecha ingresaron al recinto, Gerardo Fernández preguntó si en la sesión del 27 de octubre habría un nuevo debate sobre la extinción de Luz y Fuerza del Centro.
El presidente de la mesa le respondió que sí.
–Pues que Dios, que no existe, ¡nos coja confesados! –dijo el petista.
–Pues a mí que me salude. A usted que le haga lo que usted quiera, diputado –devolvió Ramírez Acuña.
A pesar del acuerdo, indicaron legisladores, el panista levantó la sesión del jueves 25 de marzo para evitar que se votara la integración de una comisión especial que medie entre el SME y el gobierno federal.
De acuerdo con la versión estenográfica entregada a La Jornada, en aquella fecha Solís Acero hizo una amplia argumentación jurídica sobre las atribuciones del presidente de la mesa directiva y fijó la posición de su partido, respecto de que no se daba por cumplida la comparecencia de Lozano.
En seguida propuso “que de aquí en adelante cada vez que se decrete un receso de una sesión del pleno, por cualquier razón, sea cualquiera el motivo, antes tengamos una reunión formal de la mesa directiva, y que no nos ocurra lo del jueves, que regresamos a la reanudación de la sesión sin saber lo que iba a suceder”.
El legislador priísta rebatió la visión del PAN de que los electricistas, a quienes se permitió ingresar a galerías a condición de no escandalizar, tenían la intención de agredir a Lozano. “Estaban en el tercer piso. Era imposible que pudieran introducirse al salón, porque para hacerlo primero se tendrían que matar. Tirarse desde donde estaban era absolutamente imposible”, dijo Solís Acero.
El vicepresidente de la mesa directiva, Francisco Salazar Díaz (PAN), quien al momento del ingreso de los electricistas conducía aquella sesión en ausencia de Francisco Ramírez, dijo que se había producido “no nada más la agresión física” entre legisladores, “sino también el lanzamiento de objetos contra el secretario; concretamente el diputado (Adán Augusto López, del PRD) arrojó un puñado de billetes de papel en la cabeza” de Lozano.
Jesús Zambrano (PRD), el otro vicepresidente de la Cámara, respaldó la propuesta de Solís Acero, para que ante situaciones críticas lo conveniente sea que la mesa directiva tome decisiones de manera colectiva. “Y que, si no hay consenso, se vote”, resaltó.
La diputada María Dolores del Río reclamó a Gerardo Fernández haberla empujado, y éste a su vez el empellón que a Laura Itzel Castillo le dio Luis Enrique Mercado. Los panistas, alegó, estaban “hechos una jauría”.
En el intercambio, Salazar soltó: “Le pregunto al diputado Fernández: ¿hijo de la chingada está en su catálogo de insultos o no está?”
–¿A quién se lo dije? –respondió el petista.
–No, no lo dijo usted. Salió de la izquierda. No vi quién fue, pero yo lo oí perfectamente. Sí profirieron insultos. Yo no estoy diciendo que lo dijo usted. Yo le pregunto si está en su catálogo de insultos.
–Yo no lo proferí.
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Periódico La Jornada
Viernes 9 de abril de 2010, p. 14
Diputados de PRD y PT afirmaron que el presidente de la mesa directiva, Francisco Ramírez Acuña (PAN), se ha negado a cumplir un compromiso, asumido por él en octubre ante legisladores de todos los partidos, de no levantar unilateralmente las sesiones cuando se debatan temas polémicos. Los legisladores aportaron la versión estenográfica de la reunión en la que el panista sostuvo un agrio intercambio verbal con Gerardo Fernández (PT).
En la transcripción de la reunión de la mesa directiva del martes 27 de octubre se conoce que a propuesta del vicepresidente, Felipe Solís Acero (PRI), ese órgano legislativo admitió que Ramírez Acuña no debía volver a reventar las sesiones, como hizo en la del jueves 22 de ese mes, cuando consideró que no había condiciones para continuar con la comparecencia del secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, e incluso la dio por cumplida.
Durante la reunión, en la cual legisladores de PRI y PT intercambiaron acusaciones por el comportamiento de los líderes electricistas que en esa fecha ingresaron al recinto, Gerardo Fernández preguntó si en la sesión del 27 de octubre habría un nuevo debate sobre la extinción de Luz y Fuerza del Centro.
El presidente de la mesa le respondió que sí.
–Pues que Dios, que no existe, ¡nos coja confesados! –dijo el petista.
–Pues a mí que me salude. A usted que le haga lo que usted quiera, diputado –devolvió Ramírez Acuña.
A pesar del acuerdo, indicaron legisladores, el panista levantó la sesión del jueves 25 de marzo para evitar que se votara la integración de una comisión especial que medie entre el SME y el gobierno federal.
De acuerdo con la versión estenográfica entregada a La Jornada, en aquella fecha Solís Acero hizo una amplia argumentación jurídica sobre las atribuciones del presidente de la mesa directiva y fijó la posición de su partido, respecto de que no se daba por cumplida la comparecencia de Lozano.
En seguida propuso “que de aquí en adelante cada vez que se decrete un receso de una sesión del pleno, por cualquier razón, sea cualquiera el motivo, antes tengamos una reunión formal de la mesa directiva, y que no nos ocurra lo del jueves, que regresamos a la reanudación de la sesión sin saber lo que iba a suceder”.
El legislador priísta rebatió la visión del PAN de que los electricistas, a quienes se permitió ingresar a galerías a condición de no escandalizar, tenían la intención de agredir a Lozano. “Estaban en el tercer piso. Era imposible que pudieran introducirse al salón, porque para hacerlo primero se tendrían que matar. Tirarse desde donde estaban era absolutamente imposible”, dijo Solís Acero.
El vicepresidente de la mesa directiva, Francisco Salazar Díaz (PAN), quien al momento del ingreso de los electricistas conducía aquella sesión en ausencia de Francisco Ramírez, dijo que se había producido “no nada más la agresión física” entre legisladores, “sino también el lanzamiento de objetos contra el secretario; concretamente el diputado (Adán Augusto López, del PRD) arrojó un puñado de billetes de papel en la cabeza” de Lozano.
Jesús Zambrano (PRD), el otro vicepresidente de la Cámara, respaldó la propuesta de Solís Acero, para que ante situaciones críticas lo conveniente sea que la mesa directiva tome decisiones de manera colectiva. “Y que, si no hay consenso, se vote”, resaltó.
La diputada María Dolores del Río reclamó a Gerardo Fernández haberla empujado, y éste a su vez el empellón que a Laura Itzel Castillo le dio Luis Enrique Mercado. Los panistas, alegó, estaban “hechos una jauría”.
En el intercambio, Salazar soltó: “Le pregunto al diputado Fernández: ¿hijo de la chingada está en su catálogo de insultos o no está?”
–¿A quién se lo dije? –respondió el petista.
–No, no lo dijo usted. Salió de la izquierda. No vi quién fue, pero yo lo oí perfectamente. Sí profirieron insultos. Yo no estoy diciendo que lo dijo usted. Yo le pregunto si está en su catálogo de insultos.
–Yo no lo proferí.
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