Indignante el aumento salarial, reclaman líderes sindicales en Michoacán
Francisco Lemus
Lunes 20 de Diciembre de 2010 • Enviar nota • Imprimir
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Morelia, Michoacán.- Desde indignante hasta una burla, fueron los calificativos que utilizaron líderes sindicales y sociales para referirse al aumento en el salario mínimo de 4.1 por ciento, que en Michoacán se traduce en 1.20 pesos. “Para comprar otro bolillo”, ironizó Fernando Amezcua, secretario del Interior del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
Amezcua, quien participó en el Foro por la Paz y la Seguridad con Justicia en Michoacán, inició su intervención señalando la falta de condiciones que existen en este país para que los trabajadores vivan de manera digna, lo que queda más que demostrado en el aumento del salario mínimo que apenas rebasó un peso para la zona C, en donde se encuentra esta entidad.
“Bueno, creo que ya estarán muy contentos aquí en Michoacán, porque con el gran aumento al salario mínimo van a poder comprar otro bolillo, no creo que les alcance para otra cosa”, ironizó; pero fuera de las tiendas de autoservicio en donde el bolillo cuesta justamente 1.20 pesos, en ningún otro establecimiento se podría comprar otro bolillo.
Jorge Cázares, secretario general de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en el estado, calificó a este aumento de indignante y advirtió que el polémico aumento, “lo único que va a hacer es agudizar la situación de crisis económica que golpea principalmente a los bolsillos de los trabajadores y sus familias”.
Para Cázares, esto es una respuesta de los grandes empresarios y del gobierno que los favorece, para hacer que los trabajadores sean quienes “carguen con el costo de esta crisis”, lo que acabará generando mayor inconformidad, razón por la cual estimó que de no darse un cambio en la política los brotes de inseguridad y la inestabilidad continuarán en el país.
Marcos Tello, uno de los principales teóricos del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), calificó de una burla al aumento, tanto para trabajadores formales como informales. Para el activista este aumento tiene tres efectos: uno físico, uno político y otro social.
En lo físico el aumento, “si es que puede llamársele así”, no representa nada, mientras que en términos políticos, “expresa la continuidad de un proceso de empobrecimiento radical de los trabajadores. En términos sociales es la apuesta del gobierno por el crecimiento de la pobreza extrema y a secas.
“El gobierno de (Felipe) Calderón ha generado en cuatro años diez millones de nuevos pobres, poco más de cuatro en los primeros dos años y casi seis millones en los últimos dos años, los cuales tuvieron mucho que ver con la gestión de la crisis”.
Por último, Camilo Valenzuela, presidente del Consejo Político del Partido de la Revolución Democrática, apuntó que ese aumento es ya inferior “al aumento del precio de la tortilla”; lo que para él es una muestra de que a las “élites gobernantes no les importan los sufrimientos ni los clamores del pueblo.
“Lo único que atienden es a las medidas que tratan de seguir asegurando más ganancias para el gran capital nacional y extranjero. Asimismo pretenden que con la militarización del país van a poder contener la posibilidad de uno o varios estallidos sociales que puedan presentarse a lo largo del país”.
Recuadro
La zona C está integrada por la mayoría de los estados y municipios en los que se supone el costo de vida es menor. Además de Michoacán en esta zona se encuentran todos los municipios de Aguascalientes, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas.
También están todos los municipios de Guerrero, menos Acapulco, y la mayoría de los municipios de las demás entidades, ya que sólo las dos Baja Californias y el Distrito Federal se encuentran de forma íntegra en la zona A; las grandes ciudades de los demás estados y zonas costeras o fronterizas de importancia son las que se ubican en zonas A o B.
Fuente
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Morelia, Michoacán.- Desde indignante hasta una burla, fueron los calificativos que utilizaron líderes sindicales y sociales para referirse al aumento en el salario mínimo de 4.1 por ciento, que en Michoacán se traduce en 1.20 pesos. “Para comprar otro bolillo”, ironizó Fernando Amezcua, secretario del Interior del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
Amezcua, quien participó en el Foro por la Paz y la Seguridad con Justicia en Michoacán, inició su intervención señalando la falta de condiciones que existen en este país para que los trabajadores vivan de manera digna, lo que queda más que demostrado en el aumento del salario mínimo que apenas rebasó un peso para la zona C, en donde se encuentra esta entidad.
“Bueno, creo que ya estarán muy contentos aquí en Michoacán, porque con el gran aumento al salario mínimo van a poder comprar otro bolillo, no creo que les alcance para otra cosa”, ironizó; pero fuera de las tiendas de autoservicio en donde el bolillo cuesta justamente 1.20 pesos, en ningún otro establecimiento se podría comprar otro bolillo.
Jorge Cázares, secretario general de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en el estado, calificó a este aumento de indignante y advirtió que el polémico aumento, “lo único que va a hacer es agudizar la situación de crisis económica que golpea principalmente a los bolsillos de los trabajadores y sus familias”.
Para Cázares, esto es una respuesta de los grandes empresarios y del gobierno que los favorece, para hacer que los trabajadores sean quienes “carguen con el costo de esta crisis”, lo que acabará generando mayor inconformidad, razón por la cual estimó que de no darse un cambio en la política los brotes de inseguridad y la inestabilidad continuarán en el país.
Marcos Tello, uno de los principales teóricos del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), calificó de una burla al aumento, tanto para trabajadores formales como informales. Para el activista este aumento tiene tres efectos: uno físico, uno político y otro social.
En lo físico el aumento, “si es que puede llamársele así”, no representa nada, mientras que en términos políticos, “expresa la continuidad de un proceso de empobrecimiento radical de los trabajadores. En términos sociales es la apuesta del gobierno por el crecimiento de la pobreza extrema y a secas.
“El gobierno de (Felipe) Calderón ha generado en cuatro años diez millones de nuevos pobres, poco más de cuatro en los primeros dos años y casi seis millones en los últimos dos años, los cuales tuvieron mucho que ver con la gestión de la crisis”.
Por último, Camilo Valenzuela, presidente del Consejo Político del Partido de la Revolución Democrática, apuntó que ese aumento es ya inferior “al aumento del precio de la tortilla”; lo que para él es una muestra de que a las “élites gobernantes no les importan los sufrimientos ni los clamores del pueblo.
“Lo único que atienden es a las medidas que tratan de seguir asegurando más ganancias para el gran capital nacional y extranjero. Asimismo pretenden que con la militarización del país van a poder contener la posibilidad de uno o varios estallidos sociales que puedan presentarse a lo largo del país”.
Recuadro
La zona C está integrada por la mayoría de los estados y municipios en los que se supone el costo de vida es menor. Además de Michoacán en esta zona se encuentran todos los municipios de Aguascalientes, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas.
También están todos los municipios de Guerrero, menos Acapulco, y la mayoría de los municipios de las demás entidades, ya que sólo las dos Baja Californias y el Distrito Federal se encuentran de forma íntegra en la zona A; las grandes ciudades de los demás estados y zonas costeras o fronterizas de importancia son las que se ubican en zonas A o B.
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