Aprovecha el PAN descontento de vecinos contra obra en Azcapotzalco
Raúl Llanos
Periódico La Jornada
Jueves 27 de enero de 2011, p. 34
En el pueblo de Santa Bárbara, delegación Azcapotzalco, la fachada de numerosas casas lo dice todo. Grandes mantas, cartulinas o improvisadas hojas de papel bond están pegadas o colgadas en puertas, ventanas, rejas o muros exteriores con un solo mensaje: rechazo a la construcción del foro-estadio en terrenos del deportivo Reynosa.
Es un panorama que se repite lo mismo en viviendas de las colonias Nueva España y Santa Inés que en las del Barrio de San Andrés o de las unidades habitacionales Tepaltongo y Ferrería, tal y como lo demuestra un recorrido por esa zona del norponiente del Distrito Federal.
Entre la comunidad hay no sólo reclamos, molestia, rumores al por mayor, amagos de que llegarán "hasta donde sea necesario", sino también una evidente desinformación respecto de ese proyecto inmobiliario, lo cual alimenta todo tipo de escenarios:
"¿Nos van a tirar nuestras casas?, ¿nos van a arrojar a la calle?, ¿van a derribar miles de árboles?, ¿van a acabar con un pulmón de la ciudad?, ¿quieren privatizar el deportivo?, ¿van a abrir ejes viales?, que si no nos salimos van a traer granaderos para sacarnos", alegan insistentemente los vecinos, quienes no tienen más datos que "lo que dicen los periódicos", y el acuerdo publicado en diciembre pasado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, donde se establece la construcción de dicha obra, que tendría financiamiento privado.
Caminar por las calles de Justo Sierra o Rosario; por la avenida San Pablo Xalpa o por los recónditos callejones y cerradas del pueblo de Santa Bárbara es encontrarse con esa protesta ciudadana. Una enorme manta cubre la fachada del domicilio ubicado en la esquina de Privada Díaz Ordaz y Manuel María Contreras con un mensaje y un destinatario: "Marcelo, no a la construcción del (sic) estadio Azcapotzalco ni a la destrucción de la Alameda Norte y deportivo Reynosa".
Atada de lado a lado de la calle en otra manta se lee: "No queremos foro-estadio. Queremos nuestras casas". Otros textos más rebasan los límites de la tolerancia y la consideración.
–Licenciada, ¿a dónde nos vamos a ir; nos quieren tumbar nuestras casas? –cuestiona, preocupada, Carla Buendía a la diputada del PAN Mariana Gómez del Campo.
–¿Ya les han dicho algo, ya les notificaron algo...? –suelta la legisladora.
–No, pero no queremos que toquen nuestros predios –alega la vecina de la calle Justo Sierra.
Así, con una fuerte dosis de pesadumbre, cerca de un centenar de vecinos de la zona aledaña al deportivo Reynosa hicieron manifiesta su inconformidad a Gómez del Campo, quien junto con el diputado local Jorge Palacios recorrió ayer las calles de esa zona para aplicar encuestas con las cuales confirmaban lo que era evidente: rechazo absoluto al foro-estadio Azcapotzalco.
Fuente
Periódico La Jornada
Jueves 27 de enero de 2011, p. 34
En el pueblo de Santa Bárbara, delegación Azcapotzalco, la fachada de numerosas casas lo dice todo. Grandes mantas, cartulinas o improvisadas hojas de papel bond están pegadas o colgadas en puertas, ventanas, rejas o muros exteriores con un solo mensaje: rechazo a la construcción del foro-estadio en terrenos del deportivo Reynosa.
Es un panorama que se repite lo mismo en viviendas de las colonias Nueva España y Santa Inés que en las del Barrio de San Andrés o de las unidades habitacionales Tepaltongo y Ferrería, tal y como lo demuestra un recorrido por esa zona del norponiente del Distrito Federal.
Entre la comunidad hay no sólo reclamos, molestia, rumores al por mayor, amagos de que llegarán "hasta donde sea necesario", sino también una evidente desinformación respecto de ese proyecto inmobiliario, lo cual alimenta todo tipo de escenarios:
"¿Nos van a tirar nuestras casas?, ¿nos van a arrojar a la calle?, ¿van a derribar miles de árboles?, ¿van a acabar con un pulmón de la ciudad?, ¿quieren privatizar el deportivo?, ¿van a abrir ejes viales?, que si no nos salimos van a traer granaderos para sacarnos", alegan insistentemente los vecinos, quienes no tienen más datos que "lo que dicen los periódicos", y el acuerdo publicado en diciembre pasado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, donde se establece la construcción de dicha obra, que tendría financiamiento privado.
Caminar por las calles de Justo Sierra o Rosario; por la avenida San Pablo Xalpa o por los recónditos callejones y cerradas del pueblo de Santa Bárbara es encontrarse con esa protesta ciudadana. Una enorme manta cubre la fachada del domicilio ubicado en la esquina de Privada Díaz Ordaz y Manuel María Contreras con un mensaje y un destinatario: "Marcelo, no a la construcción del (sic) estadio Azcapotzalco ni a la destrucción de la Alameda Norte y deportivo Reynosa".
Atada de lado a lado de la calle en otra manta se lee: "No queremos foro-estadio. Queremos nuestras casas". Otros textos más rebasan los límites de la tolerancia y la consideración.
–Licenciada, ¿a dónde nos vamos a ir; nos quieren tumbar nuestras casas? –cuestiona, preocupada, Carla Buendía a la diputada del PAN Mariana Gómez del Campo.
–¿Ya les han dicho algo, ya les notificaron algo...? –suelta la legisladora.
–No, pero no queremos que toquen nuestros predios –alega la vecina de la calle Justo Sierra.
Así, con una fuerte dosis de pesadumbre, cerca de un centenar de vecinos de la zona aledaña al deportivo Reynosa hicieron manifiesta su inconformidad a Gómez del Campo, quien junto con el diputado local Jorge Palacios recorrió ayer las calles de esa zona para aplicar encuestas con las cuales confirmaban lo que era evidente: rechazo absoluto al foro-estadio Azcapotzalco.
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