México: Le asiste la razón
Teodoro Rentería Arróyave (especial para ARGENPRESS.info)
Contrarios a toda intervención de las iglesias en los asuntos del Estado, como es obvio en estricto apego a nuestra Constitución que aplica el laicismo como norma invaluable de nuestra convivencia como nación, de ninguna manera nos ata a dejar de reconocer cuando una de estas organizaciones en forma pública se manifiesta a favor de los derechos humanos.
En esa misma línea de conducta, es válido hacer las menciones referentes cuando las autoridades encargadas de respetar y hacer respetar esos derechos fallan como ahora es el caso de los migrantes, en su inmensa mayoría centroamericanos, los cuales en su paso por nuestro país para alcanzar el “sueño americano”, son víctimas de toda clase de atropellos, situación que ha llegado al exceso del asesinato.
La Iglesia Católica a través del editorial del semanario “Desde la Fe”, órgano de la Arquidiócesis Primada de México, denunció este domingo que en los casos de extorsión, secuestro y asesinato contra migrantes centroamericanos en México, las autoridades federales “brillan por su irresponsable ausencia”.
No sólo eso, aclara, también las personas u organizaciones que “dan respuestas humanitarias a todos estos hombres y mujeres que caminan buscando mejores condiciones de vida”, son igualmente víctimas de esas agresiones.
El editorial titulado “Migrantes: justicia y solidaridad”, va directo en su severa crítica contra el Instituto Nacional de Migración y la Secretaría de Seguridad Pública federal, es ahí donde se pregunta: ¿Dónde están para hacer efectivo “el combate a la criminalidad” que tanto pregonan?
Reitera, lo que ha sido bandera del gobierno mexicano en sus reclamos a esos mismos excesos a nuestros compatriotas por parte de las autoridades de Estados Unidos, al afirmar que los indocumentados no son criminales, por lo que las leyes y las autoridades deben darles un trato digno, “de acuerdo a sus derechos y a su dignidad humana”.
También hay un apartado para otras autoridades, al exponer el editorial religioso: “¡De los gobernadores implicados, ni hablar, tienen cosas “más importantes” de que ocuparse! ‘No nos toca, podría ser su excusa inmediata”, i
Finalmente, se refiere a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH, en su denuncia de que durante el año pasado fueron secuestrados más de 10 mil indocumentados “para exigir su rescate a las empobrecidas familias centroamericanas”, que como todos sabernos le ganó una negación con reprimenda de las autoridades federales.
De acuerdo, nos solidarizamos en su denuncia: “Son muchos los testimonios que dan cuenta de la explotación inhumana y criminal de la que son objeto nuestros hermanos centroamericanos por el hecho de ser indocumentados, la misma condición migratoria en la que se encuentran muchos de nuestros connacionales en Estados Unidos”
Ojala, que quiere decir, “si quiera Dios”, haya una reacción positiva por parte del gobierno federal; tan católico como es, sería impensable una reacción tan virulenta como la que tuvo contra la CNDH. A la Iglesia le asiste, en este caso, la razón.
Fuente
Contrarios a toda intervención de las iglesias en los asuntos del Estado, como es obvio en estricto apego a nuestra Constitución que aplica el laicismo como norma invaluable de nuestra convivencia como nación, de ninguna manera nos ata a dejar de reconocer cuando una de estas organizaciones en forma pública se manifiesta a favor de los derechos humanos.
En esa misma línea de conducta, es válido hacer las menciones referentes cuando las autoridades encargadas de respetar y hacer respetar esos derechos fallan como ahora es el caso de los migrantes, en su inmensa mayoría centroamericanos, los cuales en su paso por nuestro país para alcanzar el “sueño americano”, son víctimas de toda clase de atropellos, situación que ha llegado al exceso del asesinato.
La Iglesia Católica a través del editorial del semanario “Desde la Fe”, órgano de la Arquidiócesis Primada de México, denunció este domingo que en los casos de extorsión, secuestro y asesinato contra migrantes centroamericanos en México, las autoridades federales “brillan por su irresponsable ausencia”.
No sólo eso, aclara, también las personas u organizaciones que “dan respuestas humanitarias a todos estos hombres y mujeres que caminan buscando mejores condiciones de vida”, son igualmente víctimas de esas agresiones.
El editorial titulado “Migrantes: justicia y solidaridad”, va directo en su severa crítica contra el Instituto Nacional de Migración y la Secretaría de Seguridad Pública federal, es ahí donde se pregunta: ¿Dónde están para hacer efectivo “el combate a la criminalidad” que tanto pregonan?
Reitera, lo que ha sido bandera del gobierno mexicano en sus reclamos a esos mismos excesos a nuestros compatriotas por parte de las autoridades de Estados Unidos, al afirmar que los indocumentados no son criminales, por lo que las leyes y las autoridades deben darles un trato digno, “de acuerdo a sus derechos y a su dignidad humana”.
También hay un apartado para otras autoridades, al exponer el editorial religioso: “¡De los gobernadores implicados, ni hablar, tienen cosas “más importantes” de que ocuparse! ‘No nos toca, podría ser su excusa inmediata”, i
Finalmente, se refiere a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH, en su denuncia de que durante el año pasado fueron secuestrados más de 10 mil indocumentados “para exigir su rescate a las empobrecidas familias centroamericanas”, que como todos sabernos le ganó una negación con reprimenda de las autoridades federales.
De acuerdo, nos solidarizamos en su denuncia: “Son muchos los testimonios que dan cuenta de la explotación inhumana y criminal de la que son objeto nuestros hermanos centroamericanos por el hecho de ser indocumentados, la misma condición migratoria en la que se encuentran muchos de nuestros connacionales en Estados Unidos”
Ojala, que quiere decir, “si quiera Dios”, haya una reacción positiva por parte del gobierno federal; tan católico como es, sería impensable una reacción tan virulenta como la que tuvo contra la CNDH. A la Iglesia le asiste, en este caso, la razón.
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