Rechazan que arte sea criminalizado
Escrito por Florencio Hernández, el 19-01-2011
“Trabajamos en la despenalización del grafiti porque creemos que es un golpe a la libertad de expresión, principalmente en los jóvenes. Lo único que hacen con eso es reprimirnos”, es la voz de Diego Alvarado, estudiante de la carrera de Artes Plásticas, que forma parte del “Colectivo El Zurdo”, donde una de sus actividades principales es la práctica del grafiti como medio de apoyo a los movimientos sociales que buscan el beneficio para la sociedad.
“No somos delincuentes; pensamos que, por medio del grafiti, podemos comunicarnos en las calles con la gente. Con nuestras imágenes comunicamos las situaciones de desigualdad políticas y sociales que se viven a diario.
“Por eso apoyamos las marchas que tienen que ver con la represión. Una de ellas fue cuando los electricistas del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) fueron despedidos. En Cuautla, pintamos murales relacionados con la contaminación del agua, porque se construyó una gasolinera en la zona de manantiales”.
El estudiante indicó que, en su ciudad, existen varios grupos de jóvenes que en sus obras plasman temas políticos y sociales; además de aquellos que tienen que ver con la identidad, o que llevan consigo mensajes de paisajes, cuestiones reales y de amor.
“Estamos abiertos a todo lo que quieran comentar; hay libertad de expresión”, señaló.
Diego recalcó que el tomar presos a los jóvenes y ponerlos tras las rejas, no resuelve el problema del grafiti, y que al contrario, los daña porque es en la cárcel donde el adolescente convive con los verdaderos delincuentes, por lo que está expuesto a delinquir, una vez que abandone la prisión.
Necesario comprender la actividad
“Cada trazo, cada línea, y todo lo que hay detrás de cada “pinta” tiene un significado (…), lo que para alguien es un rayón, para nosotros representa algo más que eso” Para Bruno, eso es la vida del graffiti.
Él es un ingeniero en sistemas electrónicos, tiene 27 años; 10 de ellos los ha dedicado a la práctica del grafiti. Afirma que es un arte muy extenso, por lo que a los legisladores y a la sociedad les resulta difícil comprenderlo.
“Tengo 10 años en el grafiti. Es una actividad que tiene varios enfoques que puede verse desde distintos puntos de vista: social, político, artístico. Tiene varios significados desde donde nosotros lo entendemos”.
“El grafiti es algo muy extenso, y en lo que se basaron los legisladores para catalogarlo como delito fue tomando la opinión de unas cuantas personas, y se dejó de lado a un amplio sector, donde existen más puntos de vista plurales y diversos”.
“Para mí es una forma de entender y de visualizar las cosas. Puede ser un acto de protesta en el momento en que se contrapone con las demás ideas; por ello no deja de ser una forma de las tantas maneras de expresión”.
“Creo que la libertad de expresión que tiene que ver con un joven no debe marcarse como un delito. Los legisladores y la sociedad deben entender un poco más el contexto social y comprender que el arte ha tenido modificaciones a través del tiempo”.
El joven señaló que deben ser tomados en cuenta todos los sectores de la sociedad (incluidos los jóvenes) para que cualquier aprobación que pretendan realizar los legisladores, se componga de todas las posturas y pueda llegarse a un acuerdo.
“Para que el grafiti no sea visto como un delito, creo que debe hacerse una comparación de Morelos con otros estados de la república.
Por ejemplo, en el Distrito Federal se promueve y se les da cierto apoyo a los jóvenes que lo practican, y no se cataloga como un delito.
“Los cambios, las cosas se deben dar con un diálogo, no con la opinión de una pequeña parte, que sólo ve un punto de vista de una situación; debe escucharse la postura de ambos lados”, dijo.
Fuente
“Trabajamos en la despenalización del grafiti porque creemos que es un golpe a la libertad de expresión, principalmente en los jóvenes. Lo único que hacen con eso es reprimirnos”, es la voz de Diego Alvarado, estudiante de la carrera de Artes Plásticas, que forma parte del “Colectivo El Zurdo”, donde una de sus actividades principales es la práctica del grafiti como medio de apoyo a los movimientos sociales que buscan el beneficio para la sociedad.
“No somos delincuentes; pensamos que, por medio del grafiti, podemos comunicarnos en las calles con la gente. Con nuestras imágenes comunicamos las situaciones de desigualdad políticas y sociales que se viven a diario.
“Por eso apoyamos las marchas que tienen que ver con la represión. Una de ellas fue cuando los electricistas del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) fueron despedidos. En Cuautla, pintamos murales relacionados con la contaminación del agua, porque se construyó una gasolinera en la zona de manantiales”.
El estudiante indicó que, en su ciudad, existen varios grupos de jóvenes que en sus obras plasman temas políticos y sociales; además de aquellos que tienen que ver con la identidad, o que llevan consigo mensajes de paisajes, cuestiones reales y de amor.
“Estamos abiertos a todo lo que quieran comentar; hay libertad de expresión”, señaló.
Diego recalcó que el tomar presos a los jóvenes y ponerlos tras las rejas, no resuelve el problema del grafiti, y que al contrario, los daña porque es en la cárcel donde el adolescente convive con los verdaderos delincuentes, por lo que está expuesto a delinquir, una vez que abandone la prisión.
Necesario comprender la actividad
“Cada trazo, cada línea, y todo lo que hay detrás de cada “pinta” tiene un significado (…), lo que para alguien es un rayón, para nosotros representa algo más que eso” Para Bruno, eso es la vida del graffiti.
Él es un ingeniero en sistemas electrónicos, tiene 27 años; 10 de ellos los ha dedicado a la práctica del grafiti. Afirma que es un arte muy extenso, por lo que a los legisladores y a la sociedad les resulta difícil comprenderlo.
“Tengo 10 años en el grafiti. Es una actividad que tiene varios enfoques que puede verse desde distintos puntos de vista: social, político, artístico. Tiene varios significados desde donde nosotros lo entendemos”.
“El grafiti es algo muy extenso, y en lo que se basaron los legisladores para catalogarlo como delito fue tomando la opinión de unas cuantas personas, y se dejó de lado a un amplio sector, donde existen más puntos de vista plurales y diversos”.
“Para mí es una forma de entender y de visualizar las cosas. Puede ser un acto de protesta en el momento en que se contrapone con las demás ideas; por ello no deja de ser una forma de las tantas maneras de expresión”.
“Creo que la libertad de expresión que tiene que ver con un joven no debe marcarse como un delito. Los legisladores y la sociedad deben entender un poco más el contexto social y comprender que el arte ha tenido modificaciones a través del tiempo”.
El joven señaló que deben ser tomados en cuenta todos los sectores de la sociedad (incluidos los jóvenes) para que cualquier aprobación que pretendan realizar los legisladores, se componga de todas las posturas y pueda llegarse a un acuerdo.
“Para que el grafiti no sea visto como un delito, creo que debe hacerse una comparación de Morelos con otros estados de la república.
Por ejemplo, en el Distrito Federal se promueve y se les da cierto apoyo a los jóvenes que lo practican, y no se cataloga como un delito.
“Los cambios, las cosas se deben dar con un diálogo, no con la opinión de una pequeña parte, que sólo ve un punto de vista de una situación; debe escucharse la postura de ambos lados”, dijo.
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