¿CFE, de clase mundial?
José Antonio Almazán González
Contra el SME se levantó una campaña de satanización que el propio tiempo, la heroica resistencia de miles de hombres y mujeres electricistas y la dura realidad de los hechos se han encargado de ir desmoronando. Parte de esa campaña de desinformación consistió en afirmar, sin sustento alguno, que la extinción de Luz y Fuerza del Centro y su sustitución por Comisión Federal de Electricidad iba a mejorar el servicio público de energía eléctrica y las tarifas eléctricas iban a bajar de precio, pues CFE se jura y se perjura es una empresa de clase mundial.
Ni falta hacen las cifras oficiales para mostrar que la presencia de CFE en la zona de LFC ha consistido en sembrar “bombas de tiempo”, resultado de la pésima calidad de servicio de sus empresas contratistas en la generación, la transmisión, la distribución y la comercialización. Por más que las instalaciones y los cfemáticos relumbren con pintura nueva, los apagones son constantes, las caídas de voltaje y las interrupciones eléctricas, etcétera, son la norma y los elevados y desproporcionados precios en las tarifas eléctricas domésticas es lo que ha dejado CFE en los últimos 17 meses. Nada más hay que ver los millones de usuarios que han dejado de pagar la luz, pues se ha convertido en una mercancía de lujo.
Las empresas contratistas de CFE, violando la Constitución y la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, con trabajadores carentes de formación técnica y de capacitación, con contratos temporales de 30, 60 y 90 días, muchos de ellos traídos bajo amenaza de perder el empleo que tenían en CFE, han sido incapaces de atender, reparar y dar mantenimiento a la compleja infraestructura eléctrica de LFC, en una zona de enorme densidad poblacional y económica a nivel mundial. En el área de generación las plantas de lechería, estado de México y Necaxa, Puebla, están paradas y a punto de perderse, pues el gobierno prefiere que se arruinen a reconocer que no cuenta con el personal técnico que las eche a funcionar y las mantenga en operación. Violando las normas técnicas más elementales CFE y su cauda de empresas privadas han venido sustituyendo el cableado de cobre por aluminio, realizando conexiones como si fueran agujetas de zapatos; instalando redes aéreas eléctricas fuera de normas de seguridad, como la que corre a unos metros de casas y edificios en la Calle de Antonio Caso en la San Rafael.
En aquel entonces para justificar la ilegal presencia de CFE en la zona centro de México, su ex director Elías Ayub se atrevió a afirmar en sus documentos secretos que para atender la zona de LFC sólo necesitaba a 8 mil 900 trabajadores. Lo hizo citando una investigación “Fuentes de sobre-costos y distorsiones en las empresas eléctricas públicas en México”, publicado en agosto de 2009. Falseando el estudio y amparado en que sus mentiras serían protegidas por la secrecía de 12 años que le otorgo el artículo 13 y 14 de la Ley Federal de Transparencia y acceso a la información gubernamental.
Hoy que en la nueva Mesa de Gobernación el SME, con la presencia de diputados federales de la 61 legislatura, propone una solución al conflicto electricista, a través de la contratación colectiva de 16 mil 599 trabajadores, resulta relevante recordar las tesis principales de dicha investigación y hacer un breve análisis estadístico:
1. Lo que el autor denomina sobre costos derivados de pérdida de energía y costos laborales son comunes a LFC y a CFE pero el mayor sobrecosto deriva del precio del combustible, fenómeno asociado a los altos costos de la energía generada por los productores privados de electricidad, a partir de sus plantas de ciclo combinado. Concordando con lo planteado por la Unidad de Evaluación y Control de la Cámara de Diputados en su cuaderno del 4 de febrero de 2011.
2. Dice CFE que para atender la zona de LFC sólo necesita 8 mil 900 trabajadores. Con sus propias cifras el gobierno se contradice: si para atender a 6.1 millones de usuarios de LFC, con 30 mil 361 GWh distribuidos e ingresos por 49 mil millones de pesos en 2008 sólo se necesitan 8 m il 900 trabajadores, entonces para atender a 26.3 millones de usuarios en CFE, una distribución de 153 mil 552 GWh e ingresos por 203 mil millones de pesos (sin contar la venta de energía en bloque a LFC), en CFE estarían sobrando entre 35 mil y 45 mil trabajadores de los 81 mil 950 que eran en 2009. Por el contrario, aplicando los indicadores de productividad de CFE, Usuarios, GWh distribuidos e ingresos peso por trabajador, entonces se estarían requiriendo entre 18 y 25 mil trabajadores para el caso de LFC, reconociendo que en CFE no existen ni fábricas de equipo y control de medición ni de estructuras y herrajes eléctricos y menos aún de construcción, porque estos trabajos, violando la Constitución, lo realizan las empresas contratistas de los altos funcionarios de CFE, que se vuelven millonarios con los recursos de la nación.
Finalmente, una revisión de la fuente ocultada con la que el gobierno pretendió justificar la extinción de LFC señala que de acuerdo con el Índice de la Calidad de la Electricidad publicado por The Global Competitiveness Report 2010-2011, del Foro Económico Mundial, México (incluida CFE) se encuentra relegado en términos de la calidad del servicio eléctrico (interrupciones y fluctuaciones de voltaje) en el lugar 91 de un total de 139 países y por debajo del promedio internacional. Debajo de Chile, Uruguay, Costa Rica, Panamá, Colombia, Puerto Rico, El Salvador, Guatemala, Brasil, Bolivia y Honduras. Cabe destacar que en el Reporte 2008-2009 México ocupo el lugar 87. Lo de clase mundial es un ardid publicitario para ocultar las ineficiencias eléctricas, la privatización acelerada y las altas tarifas eléctricas, la corrupción en CFE y la guerra de exterminio en contra del SME. ¡Nuevo organismo eléctrico ya!
www.banxico.org.mx/publicaciones-y-discursos/publicaciones/documentos-de-investigacion/banxico/%7B5104F34B-D059-88CC-F718-BF5CB8ABF534%7D.pdf
http://www3.weforum.org/docs/WEF_GlobalCompetitivenessReport_2010-11.pdf
Contra el SME se levantó una campaña de satanización que el propio tiempo, la heroica resistencia de miles de hombres y mujeres electricistas y la dura realidad de los hechos se han encargado de ir desmoronando. Parte de esa campaña de desinformación consistió en afirmar, sin sustento alguno, que la extinción de Luz y Fuerza del Centro y su sustitución por Comisión Federal de Electricidad iba a mejorar el servicio público de energía eléctrica y las tarifas eléctricas iban a bajar de precio, pues CFE se jura y se perjura es una empresa de clase mundial.
Ni falta hacen las cifras oficiales para mostrar que la presencia de CFE en la zona de LFC ha consistido en sembrar “bombas de tiempo”, resultado de la pésima calidad de servicio de sus empresas contratistas en la generación, la transmisión, la distribución y la comercialización. Por más que las instalaciones y los cfemáticos relumbren con pintura nueva, los apagones son constantes, las caídas de voltaje y las interrupciones eléctricas, etcétera, son la norma y los elevados y desproporcionados precios en las tarifas eléctricas domésticas es lo que ha dejado CFE en los últimos 17 meses. Nada más hay que ver los millones de usuarios que han dejado de pagar la luz, pues se ha convertido en una mercancía de lujo.
Las empresas contratistas de CFE, violando la Constitución y la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, con trabajadores carentes de formación técnica y de capacitación, con contratos temporales de 30, 60 y 90 días, muchos de ellos traídos bajo amenaza de perder el empleo que tenían en CFE, han sido incapaces de atender, reparar y dar mantenimiento a la compleja infraestructura eléctrica de LFC, en una zona de enorme densidad poblacional y económica a nivel mundial. En el área de generación las plantas de lechería, estado de México y Necaxa, Puebla, están paradas y a punto de perderse, pues el gobierno prefiere que se arruinen a reconocer que no cuenta con el personal técnico que las eche a funcionar y las mantenga en operación. Violando las normas técnicas más elementales CFE y su cauda de empresas privadas han venido sustituyendo el cableado de cobre por aluminio, realizando conexiones como si fueran agujetas de zapatos; instalando redes aéreas eléctricas fuera de normas de seguridad, como la que corre a unos metros de casas y edificios en la Calle de Antonio Caso en la San Rafael.
En aquel entonces para justificar la ilegal presencia de CFE en la zona centro de México, su ex director Elías Ayub se atrevió a afirmar en sus documentos secretos que para atender la zona de LFC sólo necesitaba a 8 mil 900 trabajadores. Lo hizo citando una investigación “Fuentes de sobre-costos y distorsiones en las empresas eléctricas públicas en México”, publicado en agosto de 2009. Falseando el estudio y amparado en que sus mentiras serían protegidas por la secrecía de 12 años que le otorgo el artículo 13 y 14 de la Ley Federal de Transparencia y acceso a la información gubernamental.
Hoy que en la nueva Mesa de Gobernación el SME, con la presencia de diputados federales de la 61 legislatura, propone una solución al conflicto electricista, a través de la contratación colectiva de 16 mil 599 trabajadores, resulta relevante recordar las tesis principales de dicha investigación y hacer un breve análisis estadístico:
1. Lo que el autor denomina sobre costos derivados de pérdida de energía y costos laborales son comunes a LFC y a CFE pero el mayor sobrecosto deriva del precio del combustible, fenómeno asociado a los altos costos de la energía generada por los productores privados de electricidad, a partir de sus plantas de ciclo combinado. Concordando con lo planteado por la Unidad de Evaluación y Control de la Cámara de Diputados en su cuaderno del 4 de febrero de 2011.
2. Dice CFE que para atender la zona de LFC sólo necesita 8 mil 900 trabajadores. Con sus propias cifras el gobierno se contradice: si para atender a 6.1 millones de usuarios de LFC, con 30 mil 361 GWh distribuidos e ingresos por 49 mil millones de pesos en 2008 sólo se necesitan 8 m il 900 trabajadores, entonces para atender a 26.3 millones de usuarios en CFE, una distribución de 153 mil 552 GWh e ingresos por 203 mil millones de pesos (sin contar la venta de energía en bloque a LFC), en CFE estarían sobrando entre 35 mil y 45 mil trabajadores de los 81 mil 950 que eran en 2009. Por el contrario, aplicando los indicadores de productividad de CFE, Usuarios, GWh distribuidos e ingresos peso por trabajador, entonces se estarían requiriendo entre 18 y 25 mil trabajadores para el caso de LFC, reconociendo que en CFE no existen ni fábricas de equipo y control de medición ni de estructuras y herrajes eléctricos y menos aún de construcción, porque estos trabajos, violando la Constitución, lo realizan las empresas contratistas de los altos funcionarios de CFE, que se vuelven millonarios con los recursos de la nación.
Finalmente, una revisión de la fuente ocultada con la que el gobierno pretendió justificar la extinción de LFC señala que de acuerdo con el Índice de la Calidad de la Electricidad publicado por The Global Competitiveness Report 2010-2011, del Foro Económico Mundial, México (incluida CFE) se encuentra relegado en términos de la calidad del servicio eléctrico (interrupciones y fluctuaciones de voltaje) en el lugar 91 de un total de 139 países y por debajo del promedio internacional. Debajo de Chile, Uruguay, Costa Rica, Panamá, Colombia, Puerto Rico, El Salvador, Guatemala, Brasil, Bolivia y Honduras. Cabe destacar que en el Reporte 2008-2009 México ocupo el lugar 87. Lo de clase mundial es un ardid publicitario para ocultar las ineficiencias eléctricas, la privatización acelerada y las altas tarifas eléctricas, la corrupción en CFE y la guerra de exterminio en contra del SME. ¡Nuevo organismo eléctrico ya!
www.banxico.org.mx/publicaciones-y-discursos/publicaciones/documentos-de-investigacion/banxico/%7B5104F34B-D059-88CC-F718-BF5CB8ABF534%7D.pdf
http://www3.weforum.org/docs/WEF_GlobalCompetitivenessReport_2010-11.pdf
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