Protestas pacifistas en EU y antinucleares en Europa
De la Redacción
Periódico La Jornada
Domingo 27 de marzo de 2011, p. 3
Además de la manifestación en la capital británica, este sábado se produjeron enormes protestas en países desarrollados: en Alemania, Suiza e Italia surgió el símbolo antinuclear que se ha adoptado en casi toda Europa: un sol radiante, caricaturizado y sonriente y el lema “¿Energía nuclear? ¡No gracias!” El motivo que reunió a estas multitudes es la preocupación por las fallas en reactores japoneses causadas por el terremoto y tsunami de hace dos semanas.
En la capital estadunidense se produjeron manifestaciones contra la guerra en Libia y en favor de que las operaciones militares foráneas en el país norafricano no devengan en ocupación.
En semanas recientes, la inconformidad ganó la calle en Egipto y contagió el norte de África y el mundo árabe. Los resultados han sido desiguales: un accidentado cambio de gobierno, una guerra y más manifestaciones, unas más pacíficas que otras, unas con saldos más sangrientos que otras.
El historiador Howard Zinn cree firmemente que las revoluciones provienen de la organización espontánea de grupos y comunidades. “Ver la historia es entender que cuando ocurre un cambio éste es resultado de multitudes de personas que realizan actos modestos, y sin siquiera conocerse unos a otros.”
Fuente
Periódico La Jornada
Domingo 27 de marzo de 2011, p. 3
Además de la manifestación en la capital británica, este sábado se produjeron enormes protestas en países desarrollados: en Alemania, Suiza e Italia surgió el símbolo antinuclear que se ha adoptado en casi toda Europa: un sol radiante, caricaturizado y sonriente y el lema “¿Energía nuclear? ¡No gracias!” El motivo que reunió a estas multitudes es la preocupación por las fallas en reactores japoneses causadas por el terremoto y tsunami de hace dos semanas.
En la capital estadunidense se produjeron manifestaciones contra la guerra en Libia y en favor de que las operaciones militares foráneas en el país norafricano no devengan en ocupación.
En semanas recientes, la inconformidad ganó la calle en Egipto y contagió el norte de África y el mundo árabe. Los resultados han sido desiguales: un accidentado cambio de gobierno, una guerra y más manifestaciones, unas más pacíficas que otras, unas con saldos más sangrientos que otras.
El historiador Howard Zinn cree firmemente que las revoluciones provienen de la organización espontánea de grupos y comunidades. “Ver la historia es entender que cuando ocurre un cambio éste es resultado de multitudes de personas que realizan actos modestos, y sin siquiera conocerse unos a otros.”
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