En algún lugar… Autocensura inducida
lunes 28 de marzo de 2011
Laura M. López Murillo (especial para ARGENPRESS.info)
.
“La Crítica es una renuncia a la aceptación irreflexiva de la realidad social tal y como se nos presenta y surge siempre desde una simple proposición:
otra sociedad es posible.”
Max Horkheimer y Theodoro Adorno
En algún lugar del silencio, en el rincón donde se ocultan las amenazas que conjuran contra el criterio establecido, yacen los datos y las cifras, los nombres y las fechas de la versión más perturbadora de la realidad…
Dicen los que saben que las líneas trazadas desde el poder siempre son las mismas, que las tendencias de la imposición suelen ser escasas y cíclicas porque los pueblos no tienen memoria. Es por eso que aún ahora, en el umbral de la sociedad de la información, se aplica el legendario principio griego que postula la coincidencia de la aritmética y la democracia en las relaciones de igualdad, mientras la geometría y la oligarquía convergen en las proporciones de desigualdad.
Hoy, como siempre y desde entonces, una de las prioridades del poder es reprimir el pensamiento crítico y reflexivo, ocultar todos los elementos de la realidad que no aparecen en los discursos oficiales y tipificar como conjura detestable todas las contradicciones. La imposición, como legado de los regímenes absolutistas y despóticos, sigue vigente y el ritual de la pompa y circunstancia de quienes se someten a los caprichos de los gobernantes ha sido, siempre, verdaderamente insufrible; como lo fue el magno evento de la Iniciativa México edición 2011. Si en la primera edición la sensibilidad social se tergiversó en un vulgar concurso de popularidad entre ciudadanos que asumen como propio el compromiso postergado del gobierno, en la segunda edición se traza la línea a la que deben someterse todos los partes informativos de una guerra sin cuartel.
Sí… quienes disienten adquieren el estigma de la mezquindad, se les excluye y se descalifican sus opiniones. Es una polarización feroz cuya paradoja es la desinformación en un entorno donde abunda la “información”. Una secuela alterna es que aquellos que no están representados por los medios de comunicación están realmente mudos y no existen. Pero esta minoría que se encuentra al final de la espiral del silencio está plenamente consciente que ése es el precio que debe pagar por encontrarse en la vanguardia del pensamiento.
Hoy por hoy, la manipulación es, aún, el procedimiento elemental para el control del discurso social, los artificios del poder sólo se detectan por una minoría marginada que no desiste y sólo obedece un imperativo ético y moral; no obstante, su visión del mundo constituye una amenaza, una conjura contra el criterio establecido, por eso, la censura oficial pretende eliminar los datos y las cifras, los nombres y las fechas de la versión más perturbadora de la realidad…
Laura M. López Murillo es Licenciada en Contaduría por la UNAM. Con Maestría en Estudios Humanísticos, Especializada en Literatura en el Itesm.
Fuente
Laura M. López Murillo (especial para ARGENPRESS.info)
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“La Crítica es una renuncia a la aceptación irreflexiva de la realidad social tal y como se nos presenta y surge siempre desde una simple proposición:
otra sociedad es posible.”
Max Horkheimer y Theodoro Adorno
En algún lugar del silencio, en el rincón donde se ocultan las amenazas que conjuran contra el criterio establecido, yacen los datos y las cifras, los nombres y las fechas de la versión más perturbadora de la realidad…
Dicen los que saben que las líneas trazadas desde el poder siempre son las mismas, que las tendencias de la imposición suelen ser escasas y cíclicas porque los pueblos no tienen memoria. Es por eso que aún ahora, en el umbral de la sociedad de la información, se aplica el legendario principio griego que postula la coincidencia de la aritmética y la democracia en las relaciones de igualdad, mientras la geometría y la oligarquía convergen en las proporciones de desigualdad.
Hoy, como siempre y desde entonces, una de las prioridades del poder es reprimir el pensamiento crítico y reflexivo, ocultar todos los elementos de la realidad que no aparecen en los discursos oficiales y tipificar como conjura detestable todas las contradicciones. La imposición, como legado de los regímenes absolutistas y despóticos, sigue vigente y el ritual de la pompa y circunstancia de quienes se someten a los caprichos de los gobernantes ha sido, siempre, verdaderamente insufrible; como lo fue el magno evento de la Iniciativa México edición 2011. Si en la primera edición la sensibilidad social se tergiversó en un vulgar concurso de popularidad entre ciudadanos que asumen como propio el compromiso postergado del gobierno, en la segunda edición se traza la línea a la que deben someterse todos los partes informativos de una guerra sin cuartel.
Sí… quienes disienten adquieren el estigma de la mezquindad, se les excluye y se descalifican sus opiniones. Es una polarización feroz cuya paradoja es la desinformación en un entorno donde abunda la “información”. Una secuela alterna es que aquellos que no están representados por los medios de comunicación están realmente mudos y no existen. Pero esta minoría que se encuentra al final de la espiral del silencio está plenamente consciente que ése es el precio que debe pagar por encontrarse en la vanguardia del pensamiento.
Hoy por hoy, la manipulación es, aún, el procedimiento elemental para el control del discurso social, los artificios del poder sólo se detectan por una minoría marginada que no desiste y sólo obedece un imperativo ético y moral; no obstante, su visión del mundo constituye una amenaza, una conjura contra el criterio establecido, por eso, la censura oficial pretende eliminar los datos y las cifras, los nombres y las fechas de la versión más perturbadora de la realidad…
Laura M. López Murillo es Licenciada en Contaduría por la UNAM. Con Maestría en Estudios Humanísticos, Especializada en Literatura en el Itesm.
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