¿Cómo deteriorar más el sector de energía?
Antonio Gershenson
En estas páginas hemos visto diferentes quejas de usuarios en materia de energía eléctrica. Además de los recibos locos y problemas similares, están las bajas de tensión que causan descomposturas, los apagones, etcétera. En suma, mala calidad del servicio.
Es sabido que prácticamente no se han instalado en el Valle de México y en general en la zona central, nuevas plantas de generación. Al ser necesario traer la mayor parte de la energía de áreas de generación lejanas, eso deteriora la calidad de la electricidad y aumenta “un riesgo permanente de colapso de voltaje en la zona”, como dice un documento de Luz y Fuerza del Centro de antes de que fuera liquidada.
Por si fuera poco, el gobierno federal y la CFE tienen un “Programa de retiros” de las plantas que hay en esta zona central. Prácticamente no se agrega la capacidad de generación durante años, pero sí se retira, lo cual va a empeorar el problema aun más.
Nos informan en la “Prospectiva del Sector Eléctrico”, recién publicado, que en 2010 retiran o retiraron de la planta Jorge Luque “224 MW” de unidades convencionales. En 2011, de las plantas Nonoalco y Lechería, retiran “286 MW” de plantas turbogás. Estas últimas se usan para cubrir emergencias, que ya no podrán ser cubiertas así.
Para 2013, ya se retiran plantas mayores, de la Valle de México son 450 MW, en tres plantas convencionales. Y en 2014, de la misma unidad, retiran “88 MW” de turbogás.
En todo este tiempo y en esta región se habla sólo de “requerimientos de capacidad adicional” de una posible planta con “esquema financiero por definirse”, de 660 MW de ciclo combinado. Aun si entrara (al fin que ya no van a estar en el gobierno) su aportación es mínima frente al retiro de los 674 MW “de planta”, más 316 MW de turbogás. La demanda seguirá aumentando en estos años, y el deterioro seguirá también.
Todas estas plantas por ser retiradas en este periodo fueron de Luz y Fuerza del Centro. De modo que se está condenando a los usuarios de la zona central a un servicio cada vez peor. En el mejor de los casos, un total de más de casi 700 MW de reducción en plantas “de base”, y 374 MW para atender casos de alta demanda. Esto, frente a una capacidad de 3000 a 5000 MW, según la fuente, que había de capacidad en la zona central. Los 3000 corresponden a Luz y Fuerza, se supone que ellos sabían cuanto manejaban. Y a estos problemas se agrega el aumento del consumo.
El sector oficial no sólo toma medidas como las mencionadas, siguen trasladando la generación a empresas privadas. Lo que cierran aquí ya mencionado, es sustituido, y no sólo esto, por energía que se compra a empresas privadas, los llamados Productores Independientes de Energía (PIE) aunque también hay generadores privados de electricidad, con las formas llamadas autoabastecimiento (que a menudo no lo es), y cogeneración. En la misma “Prospectiva”, las entidades oficiales confiesan datos para 2008 (después han empeorado) según los cuales el 56 por ciento de la generación de electricidad fue realizado por empresas privadas.
Hay otra dependencia más del exterior: se usa, y se plantea que se use cada vez más, gas natural, y dentro de él que se queme en la generación cada vez más gas importado. Del total de fuentes de energía, el gas natural pasó de 15 por ciento en 1999 a 51.8 por ciento en 2009. Y en la “previsión” oficial llegará a 67.2 por ciento en 2025. La mayor parte del gas es importado en relación con el total. Dentro del gas importado, el gas licuado, con contratos de 15 y 20 años, tiene un porcentaje creciente.
En cambio, el combustóleo sólo se usa para plantas convencionales, siendo el que se fabrica en su gran mayoría en el país, y no se construyen plantas eficientes y más limpias, que lo pueden usar, desulfurado, y ahorrar importaciones. Del 47.6 por ciento que ocupaba en la generación en 1999 pasa a 16.7 por ciento en 2009, y lo quieren dejar en 4.3 por ciento en 2025.
Se plantea, en cuanto al carbón, que sea cada vez más el importado y se use cada vez menos el nacional. En general, se ha hecho, y se quiere que siga así, que la dependencia del país en el terreno energético aumente cada vez más.
En suma, privatización de la generación, aumento de la importación de combustibles, que como tales son estratégicos, y en general aumento de la dependencia.
Ya hemos visto que con el traslado de producción a privados, con el contratismo y la gran importación de refinados y petroquímicos, también en Pemex hay una desnacionalización. Y arrienda equipos sin derecho a compra, para transferir recursos a las trasnacionales, claro que con su agradecimiento hacia los funcionarios.
Se habla de “año de Hidalgo”, que ya es tradición. Pero debemos evitar a como dé lugar que sea también el “año de Santa Anna”.
antonio.gershenson@gmail.com
Fuente
En estas páginas hemos visto diferentes quejas de usuarios en materia de energía eléctrica. Además de los recibos locos y problemas similares, están las bajas de tensión que causan descomposturas, los apagones, etcétera. En suma, mala calidad del servicio.
Es sabido que prácticamente no se han instalado en el Valle de México y en general en la zona central, nuevas plantas de generación. Al ser necesario traer la mayor parte de la energía de áreas de generación lejanas, eso deteriora la calidad de la electricidad y aumenta “un riesgo permanente de colapso de voltaje en la zona”, como dice un documento de Luz y Fuerza del Centro de antes de que fuera liquidada.
Por si fuera poco, el gobierno federal y la CFE tienen un “Programa de retiros” de las plantas que hay en esta zona central. Prácticamente no se agrega la capacidad de generación durante años, pero sí se retira, lo cual va a empeorar el problema aun más.
Nos informan en la “Prospectiva del Sector Eléctrico”, recién publicado, que en 2010 retiran o retiraron de la planta Jorge Luque “224 MW” de unidades convencionales. En 2011, de las plantas Nonoalco y Lechería, retiran “286 MW” de plantas turbogás. Estas últimas se usan para cubrir emergencias, que ya no podrán ser cubiertas así.
Para 2013, ya se retiran plantas mayores, de la Valle de México son 450 MW, en tres plantas convencionales. Y en 2014, de la misma unidad, retiran “88 MW” de turbogás.
En todo este tiempo y en esta región se habla sólo de “requerimientos de capacidad adicional” de una posible planta con “esquema financiero por definirse”, de 660 MW de ciclo combinado. Aun si entrara (al fin que ya no van a estar en el gobierno) su aportación es mínima frente al retiro de los 674 MW “de planta”, más 316 MW de turbogás. La demanda seguirá aumentando en estos años, y el deterioro seguirá también.
Todas estas plantas por ser retiradas en este periodo fueron de Luz y Fuerza del Centro. De modo que se está condenando a los usuarios de la zona central a un servicio cada vez peor. En el mejor de los casos, un total de más de casi 700 MW de reducción en plantas “de base”, y 374 MW para atender casos de alta demanda. Esto, frente a una capacidad de 3000 a 5000 MW, según la fuente, que había de capacidad en la zona central. Los 3000 corresponden a Luz y Fuerza, se supone que ellos sabían cuanto manejaban. Y a estos problemas se agrega el aumento del consumo.
El sector oficial no sólo toma medidas como las mencionadas, siguen trasladando la generación a empresas privadas. Lo que cierran aquí ya mencionado, es sustituido, y no sólo esto, por energía que se compra a empresas privadas, los llamados Productores Independientes de Energía (PIE) aunque también hay generadores privados de electricidad, con las formas llamadas autoabastecimiento (que a menudo no lo es), y cogeneración. En la misma “Prospectiva”, las entidades oficiales confiesan datos para 2008 (después han empeorado) según los cuales el 56 por ciento de la generación de electricidad fue realizado por empresas privadas.
Hay otra dependencia más del exterior: se usa, y se plantea que se use cada vez más, gas natural, y dentro de él que se queme en la generación cada vez más gas importado. Del total de fuentes de energía, el gas natural pasó de 15 por ciento en 1999 a 51.8 por ciento en 2009. Y en la “previsión” oficial llegará a 67.2 por ciento en 2025. La mayor parte del gas es importado en relación con el total. Dentro del gas importado, el gas licuado, con contratos de 15 y 20 años, tiene un porcentaje creciente.
En cambio, el combustóleo sólo se usa para plantas convencionales, siendo el que se fabrica en su gran mayoría en el país, y no se construyen plantas eficientes y más limpias, que lo pueden usar, desulfurado, y ahorrar importaciones. Del 47.6 por ciento que ocupaba en la generación en 1999 pasa a 16.7 por ciento en 2009, y lo quieren dejar en 4.3 por ciento en 2025.
Se plantea, en cuanto al carbón, que sea cada vez más el importado y se use cada vez menos el nacional. En general, se ha hecho, y se quiere que siga así, que la dependencia del país en el terreno energético aumente cada vez más.
En suma, privatización de la generación, aumento de la importación de combustibles, que como tales son estratégicos, y en general aumento de la dependencia.
Ya hemos visto que con el traslado de producción a privados, con el contratismo y la gran importación de refinados y petroquímicos, también en Pemex hay una desnacionalización. Y arrienda equipos sin derecho a compra, para transferir recursos a las trasnacionales, claro que con su agradecimiento hacia los funcionarios.
Se habla de “año de Hidalgo”, que ya es tradición. Pero debemos evitar a como dé lugar que sea también el “año de Santa Anna”.
antonio.gershenson@gmail.com
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